A raíz de la noticia de que en los Países Bajos se dispensará gratuitamente protección solar en escuelas ante una mayor incidencia de cáncer de piel, están circulando por Twitter publicaciones que establecen una vinculación entre el uso de crema solar con un mayor número de casos de este tipo de cáncer.
Uno de estos tuits decía: “Cuanta más crema protectora se echa la gente, más casos de cáncer hay… y algunos médicos piden más crema protectora… debemos protegernos de la crema protectora y de los médicos que la recomiendan” (sic). Sin embargo, esto es falso. No existe una relación concluyente entre el uso de protección solar y una mayor incidencia de cáncer de piel.
Desde INFOVERITAS nos hemos puesto en contacto con expertas en la materia para desmentir estas afirmaciones. Todos coinciden en que no existe tal vínculo.
No hay relación directa entre el uso de crema solar y una mayor incidencia de cáncer de piel
Tanto la doctora Olga González Valle, jefa de Dermatología en el Hospital Universitario de Getafe, como Raquel Aguado, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), concuerdan en que no existe un vínculo directo causal entre fotoprotectores y cáncer de piel y que no existen estudios concluyentes que determinen la relación entre el uso de crema solar y la incidencia de cáncer de piel.
“Al contrario”, explica la doctora González Valle, “la medida más importante que podemos utilizar para prevenir el cáncer de piel y el melanoma es protegernos adecuadamente de la radiación solar”. “Es muy clara la relación causa-efecto entre exposición solar y cáncer cutáneo”, completa Aguado.
La radiación solar es el factor de riesgo más importante en el desarrollo de cáncer de piel no melanoma, explica la vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM, y la radiación UV es “la responsable del 95%de carcinomas de células escamosas. Además de ser un factor de riesgo para el desarrollo del melanoma maligno”.
Una fotoprotección correcta incluye el empleo de crema solar. Aparte, hay que evitar “en lo posible la exposición solar. No por aplicarnos fotoprotección podemos pasar horas expuestos al sol”, concluye la jefa de Dermatología del Hospital de Getafe.
Susana Puig, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) y jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona, apunta que no hay estudios randomizados prospectivos que demuestren dicha relación. “Más bien al contrario. Hay estudios aleatorizados. Esto significa que a la mitad de las personas se les da fotoprotección y a la otra mitad se les recomienda que sigan sus hábitos. Y en aquellos que reciben de forma gratuita crema solar disminuye la incidencia de carcinoma escamoso, de melanoma, y además los melanomas tienen mejor pronóstico”.
Además, incide en que hay estudios en pacientes trasplantados y que padecen una inmunosupresión que apuntan que la utilización de fotoprotector disminuye el número de lesiones precancerosas, como las queratosis actínicas, y el de los carcinomas escamosos. “Por tanto, no hay ninguna evidencia de que favorezcan el cáncer, sino al contrario: hay evidencias de que lo previenen”, destaca.
Los bulos que relacionan protección solar y aumento de cáncer de piel son eso, bulos: carecen de base científica
La facultativa del Hospital de Getafe encuentra la razón de la proliferación de mensajes como el mencionado en la falta de información, “quizá se deba a ello”, apunta. Además, menciona que hay grupos negacionistas, como también los hay “en contra de otras muchas cuestiones demostradas científicamente”, destaca.
Por su parte, Aguado amplía al afirmar que desde determinadas corrientes de opinión se ha generado “erróneamente” la asociación entre producto químico, toxicidad y cancerígeno. Esto “con la determinación que ciertos ingredientes que se utilizan en la formulación de algunos fotoprotectores puedan absorberse a través de la piel y llegar al torrente sanguíneo, produciendo un riesgo para la salud”.
No obstante, la realidad es que todos los productos cosméticos autorizados (entre los que se encuentran las cremas solares, según la Recomendación de la Comisión Europea de 22 de septiembre de 2006, relativa a la eficacia de los productos de protección solar y a las declaraciones sobre los mismos) están aceptados por la legislación europea y son las autoridades sanitarias españolas y comunitarias las encargadas de evaluar la seguridad de sus ingredientes. Y concluyeron “que su uso es seguro para la salud”.
Algunos mitos sobre fotoprotectores: bronceado y sombrillas
“Muchas personas creen que al utilizar un fotoprotector no se produce vitamina D”, asevera la doctora González Valle. Sin embargo, la realidad es que es suficiente una exposición diaria de 15 o 20 minutos para producir la vitamina D necesaria. En este sentido, la jefa de Dermatología del Hospital Universitario de Getafe enumera los principales mitos sobre la protección de la piel.
Por ejemplo, cita que si se utiliza crema solar, no se broncea la piel. “No es cierto, el bronceado es más lento, pero al evitar las quemaduras y la inflamación y descamación posterior, será un moreno más uniforme y duradero”.
También es falso que si se está bajo una sombrilla no se necesite crema. “Una parte de los rayos UV atraviesa los tejidos, y también se reflejan en la arena, alcanzando las zonas de sombra”.
Protección en días nublados y fotoprotectores orales
Aun cuando el día está nublado hay que protegerse, ya que realmente “los rayos UV atraviesan la mayoría de las nubes”. Asimismo, los fotoprotectores orales han de usarse como complemento de la crema tópica, “nunca como sustituto”.
La doctora González Valle, por otro lado, expone que el sol no mejora y rejuvenece la piel. “Es totalmente falso, la radiación ultravioleta es la causa del fotoenvejecimiento, aumenta las arrugar y provoca la aparición de manchas, también conocidas como lentigos solares”.
¿Cuál es el origen de los bulos sobre protectores solares?
La doctora Puig apunta que en algunas ocasiones se había dicho que al utilizar fotoprotectores las personas no se queman con el sol, y prolongan la exposición. “Y como una crema protege mejor de unas bandas de radiación UV, la B, y no tanto de la A, a lo mejor podría aumentar el riesgo de cáncer relacionado con el UVA. Pero esto nunca se ha llegado a demostrar”.
En la actualidad, comienza Raquel Aguado, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM, existen diversos canales de comunicación, “más o menos especializados”, en los que se exponen “datos sin ningún criterio científico”. Ahí radica la importancia de buscar información en fuentes fiables, reconocidas entre los organismos sanitarios al aportar información suficientemente contrastada y con evidencia científica.
Así, los farmacéuticos comunitarios, “y el resto de los profesionales sanitarios, tenemos una labor educativa muy importante que realizar para asegurar que la población no se deja llevar por informaciones sin rigor que, además, pueden poner en riesgo la salud”, enfatiza.
Prevención del melanoma
El factor de riesgo más importante relativo al cáncer de piel, tanto melanoma como cáncer de piel no melanoma, es la exposición a los rayos UV de la luz del sol, afirma González Valle. Por su parte, Aguado señala igualmente la exposición prolongada a la radiación ultravioleta, de forma directa por exposición solar o en cabinas de bronceado, como un factor de riesgo modificable. Entre los no modificables se encuentran la predisposición genética si hay antecedentes familiares, la edad, la raza, el fototipo o tener muchos lunares, apunta la vocal.
En el caso del melanoma, puntualiza la facultativa, “es esencial evitar las quemaduras solares, especialmente en la infancia, pues es un factor de riesgo claramente demostrado en los estudios realizados”.
En resumen, ambas coinciden en que, dado que las exposiciones intensas e intermitentes al sol están vinculadas con un incremento de la incidencia del melanoma, la mejor forma de prevenirlo pasa por exponerse a la luz solar de forma saludable.
Factores de riesgo del melanoma
Hay que tener en cuenta, destaca Susana Puig, jefa de Dermatología del Clínic de Barcelona, que los principales factores de riesgo son las quemaduras solares en la infancia, las quemaduras solares a lo largo de la vida y la exposición a la radiación ultravioleta tanto de las camas de bronceado como del sol.
“Debemos evitar principalmente las quemaduras, exposiciones prolongadas y acumular radiación solar a lo largo de la vida. También hay que evitar las camas de bronceado, ya que se ha visto un aumento de la incidencia de melanoma y melanoma múltiple”, señala. También añade que el melanoma tiene un factor genético importante, por lo tanto, aquellas personas con antecedentes familiares de este o de otro cáncer cutáneo, o con piel que se quema con mayor facilidad, tienen más riesgo.
La importancia de la autoexploración
También subraya la importancia de la autoexploración y conocer qué lesiones tenemos en el cuerpo. “Si un lunar tiene una forma asimétrica, unos bordes irregulares, múltiples colores, un diámetro superior a 5mm… Todas ellas son criterios de sospecha. Cuando un lunar es un distinto de los demás, lo que llamamos el signo del patito feo, también es un síntoma de alarma”, enfatiza.
Asimismo, si un lunar empieza a cambiar, uno que siempre se ha tenido y que de repente se pone más oscuro, o más rojo, o se abulta de una forma extraña, diferente a los demás, también sería motivo de consulta. Así como si en la familia hay antecedentes de melanoma o de múltiples cánceres cutáneos. “El dermatólogo es el que mejor te podrá asesorar respecto a qué actitudes debes tomar frente al sol. No todas las personas con distinto fototipo debemos utilizar los mismos tipos de fotoprotectores o las mismas actitudes. Por ello, recomiendo que aquellas personas con alguno de los factores de riesgo que he comentado, y otros, como previa enfermedad cutánea, fotosensibilidad, medicación de otro tipo, tratamientos inmunosupresores…, deberían tener una visita con el dermatólogo para conocer mejor cómo cuidar su piel”, concluye la miembro de la Junta Directiva de ASEICA.
¿Cómo se realiza una correcta fotoprotección?
Lo primero es evitar exposiciones prolongadas, sobre todo en las horas centrales del día, de 12 a 16h. También hay que aplicar “sobre la piel fotoprotectores con filtros seguros, de amplio espectro frente a las radiaciones UVB, UVA e IR y alta remanencia”, y usar gafas de sol, sombreros, gorras, ropa oscura o tejidos técnicos, informa Aguado.
“Es recomendable reaplicar la protección solar al menos cada dos horas y en cantidad suficiente y cubriendo toda la superficie de piel expuesta al sol”, continúa. La doctora amplía y especifica que unos 30 ml en adultos, especialmente en áreas más expuestas, como cara, escote, hombros y espalda. Pero sin olvidar zonas como “orejas, empeines, palmas de las manos y plantas de los pies”, destaca la vocal.
Hemos de elegir productos con factor de protección solar (SPF, por sus siglas en inglés) “igual o mayor que 30, teniendo en cuenta la necesidad de elegir índices más altos cuando existan patologías dermatológicas previas o circunstancias especiales de pieles más sensibles a la radiación solar”, profundiza Aguado. En este sentido, concuerda con la doctora González Valle, que señala que el factor de protección depende de cada tipo de piel o fototipo. “Las pieles más claras con fototipos bajos deben usar un factor más alto, 50+, para las más oscuras puede ser suficiente un 30”.
La primera aplicación de la crema solar debe realizarse 15 o 20 minutos antes de la exposición, después “está indicado reaplicar cada dos horas”, concluye la facultativa.
Cremas para cada tipo de piel
A la hora de escoger una protección hay que tener en cuenta si es para un adulto o para un niño, el tipo de piel, si es seca o grasa, la actividad que se va a realizar, como baño o deportes acuáticos… “Algunos fotoprotectores son resistentes al agua, pero desaparecen tras inmersiones prolongadas, por lo que en principio se aconseja reaplicar la crema tras el baño”, destaca González Valle. Asimismo, existen protectores resistentes a la sudoración, específicamente diseñados para ser usados por deportistas.
Por otra parte, hay fotoprotectores para niños. Estos tienen factores físicos, es decir, con menos productos químicos, y resistentes al roce, “pues con los juegos se pueden revolcar en arena y eliminar el producto”, concreta la doctora del Hospital de Getafe. Además, los pacientes que ya han presentado un cáncer de piel o lesiones precancerosas, o con daño solar importante, “pueden beneficiarse de fotoprotectores específicos con función reparadora del daño solar”.
Otro mito sobre la protección solar: ¿caduca?
Sí, las cremas solares caducan. “Aunque por ley no están obligados a indicar su fecha de caducidad en el envase, sí lo están a incluir el símbolo PAO (period after opening), que indica el tiempo que el producto aguanta en óptimas condiciones de uso una vez abierto”, explica Aguado. Los fotoprotectores, puntualiza González, llevan impresa tanto en el embalaje como en el propio envase la fecha de caducidad, “después de la cual podría ser válido, pero no se garantiza su eficacia”.
La doctora recuerda que los envases abiertos no duran indefinidamente. “En el envase aparece un símbolo con una caja abierta y una cifra (6m-12m) que indica que, una vez abierto, ese envase solo se puede utilizar durante el período indicado, aunque no haya llegado a su fecha de caducidad”.
La vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM incide en que hay que recordar que los fotoprotectores son productos cosméticos a los que habitualmente exponemos a muchas variaciones de temperatura durante su empleo. “Esto hace que sean más susceptibles, y, pensando en su óptima eficacia, debemos cumplir con los períodos de uso indicados por el PAO”.
Como conclusión, Aguado añade que es importante exponerse al sol de “forma moderada y responsable”. Es necesario usar fotoprotección durante todo el año, adoptar hábitos de vida saludables “y educar a la población en técnicas de autoexploración para acudir al dermatólogo ante cualquier sospecha de lesión precancerosa ayudará a prevenir el cáncer de piel. Estos son tres mensajes clave que desde las farmacias transmitimos a la población como parte de nuestra labor asistencial”.
INFOVERITAS verifica que…
Es falso que el uso de protectores solares provoque un aumento de la incidencia de cáncer de piel. Al contrario, los expertos consultados por INFOVERITAS coinciden en que el uso de fotoprotección es uno de los métodos más útiles para la prevención de los tumores cutáneos.
Fuentes
Declaraciones de Olga González Valle, jefa de Dermatología en el Hospital Universitario de Getafe, como Raquel Aguado, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, y Susana Puig, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer y jefa de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona