Estos días nos ha tocado familiarizarnos con un término poco usual para el público general: “tierras raras”. Esto se ha debido a que Donald Trump, presidente de EE. UU., ha ofrecido ayuda militar a Ucrania, que, desde febrero de 2022, está en guerra con Rusia, a cambio de las tierras raras del país europeo, según ABC. “El argumento de Trump es que las tierras raras ucranianas son la garantía de que Estados Unidos va a recuperar todo el dinero que ha puesto hasta ahora en Ucrania”, destacan desde RTVE en la noticia en la que informan de esta propuesta.
Sin embargo, es un término engañoso. Las tierras raras no son tierras, son elementos químicos. Tampoco son raras, ya que están presentes en la tabla periódica de los elementos (el conjunto de los “ladrillos” de los que está hecha la corteza de nuestro planeta). Y con los elementos de las tierras raras se fabrican objetos que utilizamos en nuestra vida diaria.
Por ello, cabe preguntarse qué elementos forman estas tierras raras y para qué se utilizan.
¿Qué son las tierras raras?
Ni más ni menos que elementos químicos que forman parte de la tabla periódica. La publicación Tierra y tecnología, del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, exponía, ya en mayo de 2019, que estos elementos son escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. Todos se engloban en la categoría de metales, según la tabla periódica.
Jorge Méndez Ramos, profesor titular de Física Aplicada en la Universidad de La Laguna (isla de Tenerife) explica en este artículo la importancia de estas “tierras raras”. Se pueden hallar en diversos objetos, “desde las placas solares fotovoltaicas a los imanes, imprescindibles en los motores de los coches híbridos eléctricos pasado por los aerogeneradores de energía eólica y hasta la fibra óptica”.
Entonces ¿por qué se llaman tierras raras?
Según exponen desde la publicación del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, estos elementos no aparecen aislados en la naturaleza, sino como minerales, hasta 180 de ellos, y compuestos de minerales, “fundamentalmente óxidos”.
Por ello, explican, la nomenclatura de “tierras raras” es heredada, ya que, “en la historia de la química, a los óxidos se les llamaba tierras y a este grupo de elementos se les quedó pegado” este nombre.
¿Por qué son importantes las tierras raras?
Con estos minerales se llega a “un sinfín de aplicaciones industriales”, destacan desde Tierra y tecnología. Por ejemplo, para los potentes imanes que permiten desarrollar motores eléctricos modernos mediante el samario o para los pequeños dispositivos que permiten almacenar, cada vez con más capacidad, datos informáticos, que deben “parte de sus avances a las extraordinarias propiedades magnéticas del iterbio y del terbio”. Además, las tierras raras se utilizan en astrofísica “para calibrar unos dispositivos llamados espectrómetros y filtros de radiación infrarroja”. El refinamiento del petróleo, en fibras ópticas, tubos de rayos X o incluso microondas son también algunas aplicaciones que tienen estos materiales. Como se puede ver, no son tan “raras” estas “tierras”.
Por último, cabe destacar que el 95% de la producción mundial de óxidos de tierras raras procede de China, destacan desde la revista del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos. Asimismo, existen reservas de estos minerales para los próximos 625 años; igualmente, su principal ubicación es China.
Fuentes
Tierra y tecnología, del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos
Tabla periódica de los elementos
Artículo de Jorge Méndez Ramos, profesor titular de Física Aplicada en la Universidad de La Laguna