La tuberculosis es una de las enfermedades más antiguas. Según señala el artículo Breve Historia de la Tuberculosis de Roi Piñero publicado por la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) se estima que se trata de una de las primeras enfermedades descritas en humanos, con una antigüedad cercana a los 20.000 años. “Se han detectado indicios de su presencia en huesos humanos datados en el Neolítico, en relación con la domesticación de ganado bovino salvaje en África, momento en el que, según una de las hipótesis más extendidas, Mycobacterium bovis habría mutado a Mycobacterium tuberculosis, adquiriendo mayor capacidad para infectar al ser humano”.
Así no es extraño que muchas personas piensen que ya no existe. Y, aunque es antigua, está de actualidad. De hecho, en los últimos días, “la Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPCAT) estudia un brote de tuberculosis que ya ha afectado a, al menos, 25 personas desde 2022, especialmente en Barcelona y Hospitalet de Llobregat, aunque también se ha diagnosticado en Terrassa”, se señala en esta noticia de La Vanguardia.
Cada 24 de marzo de cada año se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis para concienciar sobre las terribles consecuencias sociales, económicas y para la salud de esta patología y acelerar los esfuerzos por poner fin a la epidemia mundial de esta enfermedad. Con ese motivo, y dado el repunte de casos en los últimos meses, desde INFOVERITAS te damos las claves de esta enfermedad.
¿Qué es la tuberculosis?
La Clínica Mayo explica que “la tuberculosis es una enfermedad grave que afecta principalmente los pulmones. Los microbios que causan la tuberculosis son un tipo de bacteria”.
La tuberculosis suena a enfermedad antigua. Y así es. Se han detectado indicios de su presencia en huesos humanos datados en el Neolítico. Las primeras referencias escritas aparecen en civilizaciones asiáticas entre los años 3.000 y 1.500 a.C. Hasta 1882 no se descubrió la bacteria que provocaba la enfermedad. Fue el que el Dr. Robert Koch quien la descubrió, lo que posibilitó diagnosticar y curar la enfermedad.
Como exponen los datos, antigua es, pero está de actualidad. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un nuevo informe sobre la tuberculosis que revela que en 2023 aproximadamente 8,2 millones de personas fueron diagnosticadas de tuberculosis por primera vez, “la cifra más alta registrada desde que la OMS iniciara el seguimiento mundial de la tuberculosis en 1995”, expone el organismo.
¿Cómo de fácil es su contagio?
La tuberculosis puede contagiarse cuando una persona con la enfermedad tose, estornuda o canta. “Esto puede hacer que se liberen gotitas diminutas con microbios en el aire. Después, otra persona puede respirar las gotitas, y los microbios pueden ingresar en sus pulmones”, detallan desde la Clínica Mayo.
“La tuberculosis se trasmite fácilmente cuando las personas se reúnen en multitudes o si viven con muchas otras personas. Las personas con VIH/SIDA y otras personas que tienen un sistema inmunitario debilitado corren un mayor riesgo de contagiarse con tuberculosis que aquellas que tienen un sistema inmunitario normal”, precisa este centro.
Desde MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, enumeran los principales síntomas: “dificultad respiratoria, dolor en el pecho, tos (algunas veces con expectoración de moco), expectoración con sangre, sudoración excesiva, especialmente en la noche, fatiga, fiebre, pérdida de peso y sibilancias”.
¿Tiene cura la tuberculosis?
La mayoría de las personas se recupera de la infección de tuberculosis primaria sin manifestación mayor de la enfermedad. La infección puede permanecer inactiva (latente) durante años. En algunas personas, se activa de nuevo (reactivación). “Las personas infectadas que no han enfermado no transmiten la enfermedad”, puntualizan desde la OMS.
Por suerte, esta afección se puede curar con antibióticos (isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol) durante cuatro o seis meses. No obstante, puede suceder que la tuberculosis no responda a los medicamentos habituales y sea farmacorresistente y se requiera un tratamiento con otros fármacos.
La farmacorresistencia surge cuando los medicamentos antituberculosos “se toman de manera inadecuada debido a una prescripción incorrecta por parte de los proveedores de atención de la salud, a la mala calidad de los medicamentos o a la interrupción prematura del tratamiento por parte de los pacientes”, señalan desde la OMS.
“Los bacilos multirresistentes no se ven afectados por la isoniazida y la rifampicina, los dos fármacos antituberculosos de primera línea más eficaces. La tuberculosis multirresistente se puede tratar y curar con otros fármacos, pero son más caros y tóxicos”, puntualizan desde este organismo.
Fuentes
Artículo Breve Historia de la Tuberculosis de Roi Piñero publicado por la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP)
Reportaje de La Vanguardia sobre el repunte de casos de tuberculosis
MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos
Información de la Clínica Mayo sobre la tuberculosis
Información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esta enfermedad