“Una vacuna prometedora”, “descubren un nuevo fármaco innovador” o “una terapia revolucionaria” consigue remitir el cáncer. Estos son algunos ejemplos de titulares que publican los medios de comunicación cuando informan sobre los últimos avances sobre el cáncer. Son llamativos, pero carecen de rigurosidad y generan falsas esperanzas en pacientes y familiares.
El lenguaje para hablar de esta enfermedad es fundamental, porque, a pesar de los grandes avances en cuanto al diagnóstico y tratamiento de los pacientes oncológicos en los últimos años, “palabras como cáncer, metástasis o quimioterapia siguen generando miedo en la población”, explica la doctora Mónica Granja, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médica del Hospital Universitario Clínico San Carlos (Madrid).
El peso de esa palabra se entiende al leer las cifras. En España, el cáncer es una de las principales causas de morbimortalidad. Según los cálculos de REDECAN recogidos en el informe “Las cifras del cáncer en España 2023”, elaborado por SEOM, se estima que el número de cánceres diagnosticados en España en el año 2023 alcanzará los 279.260 casos. “El cáncer nos afecta a todos. Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres padecerá un cáncer a lo largo de su vida”, puntualizan desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Dada su incidencia, la información que brindan los medios de comunicación es clave para poder desmitificar y perder el miedo al cáncer, pero también para saber cómo prevenirlo (dieta sana, deporte, no fumar, no beber…), conocer los avances en tratamientos y terapias y para reclamar, como sociedad, una mayor financiación para investigar sobre los diferentes tipos de cáncer.
¿Cómo deberían informar los medios de comunicación sobre cáncer?
La información sobre temas relacionados con la salud y, en concreto, el cáncer, ocupa un gran espacio en los medios de comunicación. Estos tienen un papel clave para divulgar y concienciar a la sociedad sobre la prevención y el tratamiento de esta dolencia. “Se deben comunicar los avances, pero deben ponerse en contexto, sin que parezca que son la solución inmediata al problema del paciente”, destaca Mónica Granja, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Coinciden desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC): “Se debe evitar la ‘titulitis’ y primar la rigurosidad”.
Para informar sobre cáncer de manera adecuada se requiere, por tanto, que los profesionales elaboren textos rigurosos, veraces y sin alarmismos. Además, la noticia debe ser clara, con un lenguaje que se adapte al público.
“Uno de los errores más comunes que se suelen cometer son los titulares/noticias de fármacos con resultados prometedores en ensayos preclínicos (realizados en células o animales). Es necesario insistir en un factor esencial: desde el desarrollo del fármaco y los primeros resultados obtenidos en células/animales hasta su comercialización pueden pasar de media 10-12 años. Además, un número nada desdeñable no llegarán a comercializarse bien porque la eficacia en pacientes no era la esperada o debido a sus efectos secundarios”, destaca la oncóloga Mónica Granja.
También se deben evitar los titulares que generan falsas expectativas mediante el anzuelo de productos o dietas milagro, “la gran mayoría sin ningún tipo de evidencia científica, y que pueden provocar que el paciente abandone el tratamiento oncológico”, añade Granja.
Las expertas coinciden en que este esfuerzo por comunicar de manera adecuada sobre cáncer no solo se limita a los medios de comunicación. A su juicio, el manejo de la información de esta enfermedad debe ser una responsabilidad global que incluya a periodistas, pero también a los médicos e investigadores, con el objetivo de desarrollar una cultura científica en la sociedad en la que los propios ciudadanos puedan discernir qué es verdad de lo que no lo es.
El peligro de la desinformación y las falsas esperanzas
Cuando un paciente recibe un diagnóstico de cáncer, este cae como una losa y genera multitud de incertidumbre, estrés y miedo tanto en la persona como a su entorno. Sobre todo, en aquellos diagnosticados en fases avanzadas de la enfermedad. En ese punto, la comunicación es clave para reducir esos sentimientos, “siempre que sea fiable y rigurosa”, destacan desde la AECC.
Sin embargo, estos titulares y estas desinformaciones se caracterizan por justo lo contrario, apunta Granja. “Generan una falsa expectativa al crear una sensación de inmediatez que no es real, lo que conlleva una mayor angustia en el paciente”, explica.
De hecho, los falsos titulares se traducen en preguntas en las consultas de oncología, ya que generan una falsa ilusión en los pacientes y unas expectativas enormes de curación que muchas veces no se cumplen, porque el medicamento todavía no se ha aprobado, se encuentra en fase experimental o, sencillamente, porque el paciente no reúne los requisitos que le permiten beneficiare de ese fármaco.
Es más, aunque no es habitual, estas desinformaciones pueden entorpecer la relación médico-paciente, generando dudas y desconfianza en cuanto al tratamiento pautado. “En el caso de las pseudoterapias, puede llevar al abandono del tratamiento oncológico buscando esa terapia milagro que promete la cura de su enfermedad”, concluye Granja
Fuentes
Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)
Declaraciones de Mónica Granja, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médica del Hospital Universitario Clínico San Carlos (Madrid)