A lo largo de la historia numerosos filósofos, literatos, psicólogos o músicos han investigado, escrito, analizado y cantado sobre el amor. Todo ser humano se enamora una vez en la vida. Con suerte, varias. Pero, ¿qué es el amor? Con motivo del Día de San Valentín, INFOVERITAS intenta dar respuesta a esta y otras preguntas de la mano de expertas en la materia.
Resulta complejo buscar una única explicación en la elección de la persona de la que nos enamoramos. Sin embargo, la Ciencia ha demostrado que el amor surge en el cerebro, si bien a la hora de elegir pareja también pesan factores psicológicos y culturales.
La neurobiología muestra que el enamoramiento es un proceso bioquímico en el que intervienen hormonas y neurotransmisores. Dicho de otra manera, el amor es “un atracón de bioquímica”, señala Elisa Múgica, codirectora del Centro Vitae Psicología de Zaragoza, para activar las emociones que nos ayudan a encontrar a la persona idónea y “garantizar la continuación de la especie.”
“Cuando nos enamoramos, a nivel cerebral se activan procesos que hacen que se liberen una serie de neurotransmisores como son la oxitocina, dopamina, norepinefrina, lo que genera un estado de semialucinación similar al de las drogas. Se trata de un “cóctel químico” que nos llevan a sucumbir al amor y a todos sus efectos”, describe la psicóloga sanitaria Rocío Monroy. Así, la persona de la que nos enamoramos se convierte en el centro de toda nuestra vida, llegando incluso, a veces, a generar obsesión.
El amor también evoluciona
Las relaciones amorosas pasan por distintas fases que difieren en intensidad, pasión, compromiso… La primera etapa se conoce como ‘enamoramiento’ y se caracteriza por una fuerte atracción. Las hormonas se activan (oxitocina, dopamina…) se activan y generan sentimientos y emociones como la euforia, mucha energía e ilusión. Es una fase de idealización hacia la otra persona. En definitiva, nos encontramos ‘en una nube’. Sin embargo, es muy común que aparezcan sentimientos contradictorios: felicidad y dependencia.
Respecto a las reacciones físicas, por ejemplo, el ritmo cardíaco se acelera, se siente un rubor en las mejillas incontrolable, se dilatan las pupilas y se pierde el apetito. Sin embargo, “el cuerpo no puede estar con el subidón de manera eterna”, explica Elisa Múgica. En concreto, las expertas señalan que esta fase dura entre seis meses y dos años.
A continuación, se pasa a la fase de ‘amor’. En esta etapa, se van calmando los síntomas del enamoramiento y se evoluciona hacia una fase más estable y equilibrada, donde se genera una fuerte conexión e intimidad con la persona amada. “Normalmente hay un nivel de comunicación alto, lo cual lleva a una sensación de seguridad y confort al estar junto a la persona. Es un amor más realista, baja la dosis de idealización”, apunta Monroy.
La tercera fase se denomina ‘amor compañero’ y se caracteriza por el desarrollo progresivo del compromiso. La psicóloga Rocío Monroy explica que se trata de una fase más madura, “hay una mayor consciencia de querer continuar con la pareja, pues, a pesar del declive pasional, se reconoce a ésta como una persona fundamental en su bienestar emocional y en su calidad de vida”.
¿Cómo elegimos de quién nos enamoramos?
Si nos centramos en el carácter psicosocial, la psicóloga Rocío Monroy, explica que escogemos en base a tres factores principales: “atracción física, atracción personal y la sospecha de reciprocidad en la atracción.”
Sin embargo, existe un componente cultural importante a la hora de elegir de quien nos enamoramos, así como la disposición hacia ello y el momento. Las circunstancias sociales y el entorno tienen un peso importante. En líneas generales, nos enamoramos de alguien parecido a nuestro nivel social, intelectual y cultural y atractivo físico.
El psicólogo estadounidense Robert Stenberg, experto en amor, da un paso más y señala que nos enamoramos de personas cuyas historias son similares a las nuestras, pero con diferencias que ayudan a complementarnos.
Amar mejora seriamente la salud
Aunque suene extraño, amor y salud están relacionados. Desde la Fundación Española del Corazón (FEC) destacan que el amor influye directamente en la salud de nuestro corazón, “reduciendo los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuyendo a alargar nuestra esperanza de vida.”
De hecho, “los vínculos afectivos que tenemos con nuestra pareja, amigos y familiares, mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como ‘factores psicológicos del riesgo’. Además, cuando una persona se siente amada, percibe “un mayor bienestar emocional”, señala Rocío Monroy, “aumentando así la autoestima de la persona, la confianza y la seguridad en uno mismo.”
También resulta un estimulador fundamental para el sistema inmunológico. “Ayuda a mejorar la respuesta ante tratamientos de enfermedades como el cáncer, la diabetes o las cardiopatías. Así lo demuestra un estudio llevado a cabo por la World Heart Federation en el que se demostró que las personas con unos fuertes lazos afectivos, mejoraban entre dos y cuatro veces su capacidad para reponerse de la enfermedad de la que estaban siendo tratados”, señalan desde la FEC.
¿Qué sucede cuando el amor termina?
Cuando una relación de pareja acaba se entra en una fase de duelo. “El duelo, como su palabra indica, es un proceso doloroso, que nos lleva a experimentar ciertos síntomas psicológicos y físicos como, por ejemplo, ansiedad, miedo, tristeza, angustia, nerviosismo… “, señala la psicóloga Rocío Monroy. Cada duelo es único y su tránsito varía en función de diferentes factores como la duración, la intensidad o el vínculo establecido.
En función de la experiencia y el nivel de expectativas, este puede durar “semanas o incluso años”, puntualiza la psicóloga Elisa Múgica. Eso sí, aunque haya dolor, si no hay mejoría en un mes, “puede convertirse en duelo patológico o enquistado y, en ese caso, es fundamental buscar apoyo.”
Fuentes
Declaraciones de la psicóloga Elisa Múgica, codirectora del Centro Vitae Psicología de Zaragoza
Declaraciones de la psicóloga sanitaria Rocío Monroy
Fundación Española del Corazón (FEC)
Estudio Las ideas del amor de R.J. Sternberg: la teoría triangular y la teoría narrativa del amor, elaborado por Alba Almeida de la Universidad Pontificia de Salamanca