La semana pasada, ProMED, un portal que recoge alertas y noticias sobre salud impulsado por la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas, publicaba una noticia del medio de Taiwán FTV News que informaba de un brote de neumonía infantil en algunas ciudades de China, como Pekín o Liaoning.
De acuerdo con lo expuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el día 13 de noviembre la Comisión Nacional de Salud de China celebró una rueda de prensa para informar del repunte de la incidencia de enfermedades respiratorias. Las autoridades del país asiático atribuyeron al levantamiento de las restricciones que se impusieron por la COVID-19 y a la circulación de virus conocidos, como el de la gripe, la mycoplasma pneumoniae, el respiratorio sincitial y el coronavirus.
Posteriormente, en un comunicado publicado el 23 de noviembre, la OMS puso de manifiesto que la organización internacional había solicitado información detallada a las autoridades chinas. Tras esto, se celebró una teleconferencia con la OMS, el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades y el Hospital Infantil de Pekín. La respuesta de las autoridades del país asiático fue que no se había detectado ningún patógeno inusual o incluso nuevo, ni se habían identificado cuadros clínicos inhabituales, tampoco en Pekín y Liaoning.
No obstante, la noticia ha alcanzado una gran repercusión estos últimos días en redes sociales y medios de comunicación. Algunos comentarios en plataformas sociales afirman que se trata de una enfermedad inusual o insinuando que se podría tratar de una nueva pandemia.
¿Qué está pasando en China con el brote de neumonía? ¿Es una enfermedad nueva? Aquí te damos todas las claves.
Brote de neumonía infantil en China: ni va a ser el nuevo COVID-19 ni es un incremento preocupante de casos
INFOVERITAS entrevistó ayer, 30 de noviembre, a Javier Membrillo, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. Este experto negó taxativamente que se pudiera afirmar que el brote de neumonía infantil vaya a ser el nuevo COVID-19. También aseguro que no era preocupante este incremento de la incidencia de la enfermedad en algunas ciudades de China.
“Esto nos recuerda también que hay muchos países, como China, en los que no tenemos todo el acceso que querríamos a la información epidemiológica”, explica Membrillo. “Y que si algo nos ha enseñado la COVID-19 es que vivimos en un mundo con más de mil millones de viajes internacionales al año, y que lo que afecte a un país puede afectar a toda la humanidad en unas semanas”. Por ello, estaca la importancia de contar con mejores mecanismos para divulgar y para poder tener acceso a la información epidemiológica de enfermedades infectocontagiosas en todo el mundo.
“Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la vigilancia frente a enfermedades emergentes es un sistema muy sensible y poco específico, y es como tiene que ser”, comienza este experto. El vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica comenta que, en ocasiones, se da una alarma por alguna señal de alerta de algo “que podría ser importante y que la mayor parte de las veces resulta ser una falsa alarma o nada fuera de lo esperado o de lo habitual”.
Y esto, continúa, es algo positivo. “Lo importante es que cuando aparece, como apareció en diciembre de 2019 en China el entonces llamado coronavirus, estemos detectándolo lo antes posible”. Con ello, se facilita que el nuevo patógeno pueda ser secuenciado y que se comienza a hacer investigación en vacunas y en tratamientos. No obstante, “la mayor parte de las veces estas alarmas no llevan a nada. Con lo cual, tenemos que intentar evitar crear una preocupación excesiva en la población”.
¿Qué está pasando en China con el brote de neumonía infantil?
La primera información que se tiene del repunte de neumonía infantil en China parte, como se ha dicho, de ProMED, “una red internacional de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas, en la que una serie de personas en todos los países del mundo publican cualquier noticia o cualquier dato interno que tengan que les pueda parecer llamativo”, explica Membrillo. Dichas informaciones, afirma, en un primer momento, “no están suficientemente contrastadas o no tenemos datos suficientes”.
La fuente de la alerta de ProMED es el medio FTV News, de Taiwán, “con lo cual hay un condicionante político o estratégico en el que algunas veces hay noticias de Taiwán referidas a China, o viceversa, en el que puede haber un interés propagandístico, de alguna forma. Que no quiere decir que no sea verdad, pero ya desde el primer momento era una noticia que había que vigilar con prudencia”, asevera Membrillo. Lo que sí es cierto es que el 22 de noviembre la OMS anunciaba que había solicitado información detallada a las autoridades chinas, lo que “le da más importancia a esta alerta”.
Actualmente, la información de la que se dispone indica que no hay ninguna sospecha de aparición de un nuevo microorganismo, lo que existe es un mayor número, que otros otoños e inviernos, de neumonías en niños en una región determinada de China. “Esto se está viendo en otros países, ya se estaba viendo antes de la COVID-19, y ya se ha visto en otros países, incluso europeos, durante estos años. Recordemos el año pasado, por ejemplo, el aumento de incidencia de neumonía neumocócicas en España, o los brotes de estreptococos A en niños”, añade el vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.
La bacteria mycoplasma pneumoniae es la responsable del aumento de la incidencia de neumonía en China. Esta es una bacteria conocida y uno de los muchos patógenos que pueden causar la enfermedad. “Lo que nos hace ver son las consecuencias, digamos, retardadas, en un país que fue muy estricto con las políticas de COVID cero, de dejar la circulación de virus o, en este caso, de bacterias, que han circulado menos de lo habitual durante los años anteriores”, concreta. Esto deviene en menos inmunidad individual y colectiva en los pacientes infantiles, en este caso, “y después de un año y medio de normalización de la circulación epidemiológica de los virus, vemos un aumento de los casos que, entre comillas y con mucha prudencia, podríamos decir que son los que tocaban de los tres años anteriores. Esto es lo que parece que está pasando. Con lo cual, una llamada a la tranquilidad”, concluye.
¿Hay diferencias entre esta y otras neumonías?
“No vamos a ver diferencias con otra neumonía”, asevera Javier Membrillo. Afecta más a los niños porque tienen el sistema inmune menos desarrollado, amplía. Habitualmente, la neumonía por micoplasma se describe como una dolencia que cursa sin tos, “pero ahora parece que los pacientes sí han tenido tos. Es decir, no vamos a encontrar una diferencia clara en los síntomas, igual que cuando tenemos una infección respiratoria vírica en las vías superiores, realmente, los padres del niño no encuentran diferencias en que el pequeño tenga un catarro común, una gripe o COVID-19”.
Los síntomas son muy similares y superponibles, explica. Por ello, “creo que lo mejor es no entrar en más profundidad y decir que en invierno, el frío y la concentración de los niños en colegios y guarderías favorecen la diseminación de enfermedades infecciosas. Como no puede ser de otra forma y como es natural”.
Control de las enfermedades infecciosas
Las redes sociales son muy sensibles y muchas veces tenemos personas sin mucho conocimiento científico en un campo, o con ganas de ganar de seguidores e impacto, teniendo en cuenta que en X a partir de un número determinado de impactos de una noticia te pagan”, profundiza Javier Membrillo, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.
Para este experto, la lección que debemos aprender a raíz de la COVID-19 es que, tanto en China como en España, hay que concienciarse que cuando se padezca una infección bacteriana o vírica, si presentamos síntomas respiratorios, hay que evitar “hacer cosas que puedan contagiar a otras personas. Independientemente de que yo tenga una neumonía neumocócica o por micoplasma, o un catarro común por rinovirus o por un coronavirus clásico, o COVID-19 o una gripe. Si tengo tos y mocos, o fiebre, o flemas, lo que tengo que hacer es cubrirme cuando toso, si voy a tener interacciones sociales, ponerme una mascarilla o no tenerlas, y si estoy enfermo, no ir a trabajar, o si está mi niño enfermo no hacer eso que era muy habitual antes de 2020, y que volvemos a ver mucho, es que, si mi hijo niño se levanta con fiebre, pero yo tengo que ir a trabajar, le doy un Paracetamol y le dejo en la puerta del colegio y me voy corriendo”, apunta.
De esta forma, razona el experto, no se pueden controlar las enfermedades infecciosas, el enfoque de la prevención de este tipo de dolencias “tiene que ser global, e implica a muchos actores”, entre los que se encuentran pacientes y familias, que tienen una labor complementaria a las vacunas y la vigilancia epidemiológica, continúa.
La importancia de la vigilancia
A modo de conclusión Javier Membrillo hace hincapié en la importancia de contar con profesionales formados y dedicados a la vigilancia frente a estas enfermedades emergentes. “Que esto haya sido o parezca ser una falsa alarma no quiere decir que en diciembre de 2019 tuvimos una alarma muy significativa. Y tenemos que estar preparados para una rápida respuesta”, asegura.
Para ello, enfatiza, son necesarios en España, y en todos los países, microbiólogos “con medios suficientes y disponibles 24 horas al día, siete días a la semana, que en muchos hospitales no los tenemos, estamos dejando de tenerlos”. Y también son necesarios, según este experto, especialistas en enfermedades infecciosas que sean los que lleven a cabo la primera vigilancia, “y que en caso de que pase a más o de que algún paciente proveniente de una zona con enfermedad emergente llegue a España sepan lo que están viendo y sepan diferenciar el tratamiento y las medidas de aislamiento que tiene que seguir”.
Fuentes
Comunicado del 22 de noviembre de la OMS
Declaración del 23 de noviembre de la OMS
Declaraciones de Javier Membrillo, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica