Con 336 votos a favor, 13 abstenciones y 300 votos en contra, el pasado miércoles 12 de julio se votó en el Parlamento Europeo la Ley de Restauración de la Naturaleza, de acuerdo con lo expuesto en la nota de prensa del Parlamento Europeo relativa al acontecimiento. La normativa, que cuando se apruebe será vinculante para los Estados miembro de la Unión Europea, se constituye como una de las principales propuestas del Pacto Verde Europeo, adoptado en junio de 2022.
Los objetivos del Pacto, según informan desde la Comisión Europea en otro comunicado, pasan por restaurar los ecosistemas dañados y recuperar la naturaleza en el continente, tanto los terrenos agrícolas como los urbanos, pasando por mares y zonas arboladas. Asimismo, la Comisión propone disminuir el empleo “y el riesgo” de los plaguicidas químicos a la mitad hasta 2030.
Sin embargo, la Ley de Restauración de la Naturaleza también ha generado polémica en algunos sectores de la sociedad. A raíz de la votación la semana pasada en el Parlamento Europeo, han surgido comentarios como el siguiente: “Vuelta a las cavernas. Luz verde a la ley de la restauración de la naturaleza en la Eurocámara. El progreso no es tener energía barata, industria, agricultura, carne, agua potable, medios de transporte asequibles… Hasta aquí se oyen las carcajadas de los chinos”.
¿En qué consiste realmente esta ley? ¿Cómo va a afectar al sector primario? Aquí te damos todas las claves.
El contenido de la Ley de Restauración de la Naturaleza
Desde INFOVERITAS nos hemos puesto en contacto con el departamento de prensa del Parlamento Europeo para conocer en profundidad los detalles de la norma. Como respuesta, nos remitieron a la rueda de prensa de César Luena, eurodiputado del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, según su página en el Parlamento Europeo, y ponente de esta ley, posterior a la votación de la normativa.
El político español explicó ante los medios la importancia de la norma: “Esta ley, cuando se apruebe, espero que a finales de año (…), asegurará que vamos a restaurar como tenemos que hacerlo y en los plazos que tenemos que hacerlo los ecosistemas, que ahora mismo están muy deteriorados y muy degradados en Europa. (…) Esta no es una ley contra nadie (…)”.
En este sentido, Luena añadió: “Esta es una buena ley (…) que va a otorgar tranquilidad y confianza a los Estados miembros (…). Y, repito, es una buena ley también para el sector primario, para agricultores, para ganaderos, para pescadores, para silvicultores… (…). Si los ecosistemas están sanos, los sectores económicos que dependen de estos ecosistemas funcionarán, rendirán, mejor (…)”.
Desde INFOVERITAS también nos hemos puesto en contacto con Luis Suárez, coordinador de Conservación de WWF para conocer en detalle la normativa. Este experto expone que la Ley de Restauración de la Naturaleza es un desarrollo de la estrategia europea de conservación de la biodiversidad. Es una normativa vinculante, obligatoria cuando se apruebe, para todos los países. “Y nos va a comprometer a recuperar, a restaurar parte de nuestra naturaleza, de nuestro ámbito terrestre, la vida marina y de los ecosistemas más dañados”.
Esta ley se desarrollará a través de planes nacionales, en los que se tendrá que definir en qué zonas, qué hábitats prioritarios, con qué calendario, con qué presupuesto… Pero establece un marco común para todos los países de la UE, continúa.
¿Cuáles son los plazos y objetivos de la ley?
En la nota de prensa de la votación en el Parlamento Europeo se informa de que los eurodiputados han apoyado la propuesta de la Comisión Europea con el fin de poner en marcha medidas de restauración para 2030 “que cubran al menos el 20% de todas las áreas terrestres y marítimas de la UE”.
Desde la Eurocámara se apunta que la normativa debe aplicarse únicamente cuando la Comisión haya aportado información sobre las condiciones necesarias que garanticen, en el largo plazo, la seguridad alimentaria y cuando los Estados miembro hayan cuantificado el área que necesita restaurarse para lograr las metas de recuperación para cada clase de hábitat. “La Cámara también plantea la posibilidad de posponer los objetivos en caso de consecuencias socioeconómicas excepcionales”, destacan desde el Parlamento.
De esta forma, un año después de la entrada en vigor de esta ley, la Comisión Europea deberá analizar cualquier desfase entre las necesidades económicas de restauración y los fondos de la Unión Europea disponibles, “y buscar soluciones para colmar dicha brecha, en particular a través de un instrumento comunitario específico”, subrayan en el mencionado comunicado.
Por su parte, Luis Ferreirim, responsable de la Campaña de Agricultura de Greenpeace, a la consulta de INFOVERITAS, explica que uno de los principales objetivos de la Ley de Restauración de la Naturaleza es recuperar aquellos ecosistemas que están dañados.
“Estos ecosistemas son la tabla de salvación para la crisis climática y ambiental que estamos viviendo, y precisamente debido al mal estado de los ecosistemas en Europa, se ha decidido poner en marcha una ley que permita restaurarlos”, apunta este experto. La primera de sus metas pasa por conseguir recuperar al menos el 20% de esos ecosistemas hasta 2030, y todos los que estén en mal estado hasta 2050. “Con esto, lo que busca esta ley es aumentar la resiliencia de la vida como tal, en Europa y también en el sector primario”, concluye.
¿Qué beneficios va a traer la Le de Restauración de la Naturaleza?
“La biodiversidad es la gran tabla de salvación para la producción de alimentos, para la seguridad alimentaria en Europa”, insiste Ferreirim. El responsable de la Campaña de Greenpeace enfatiza que se están viendo grandes amenazas, un deterioro muy importante, y restaurar los ecosistemas va a permitir tener una mejor capacidad para afrontar los problemas actuales y futuros. Y “no solo en materia de sequías”, destaca.
Otro de los aspectos más importantes de la ley es recuperar las poblaciones de polinizadores, “que son fundamentales para la seguridad alimentaria. Cerca del 75% de los cultivos de todo el mundo depende, en mayor o menor medida, de la polinización animal”. En Europa, apunta Ferreirim, el dato es de cerca del 84%. Y, por otro lado, “esto permite garantizar la producción de alimentos en el futuro”.
Por su parte, Luis Suárez, coordinador de Conservación de WWF señala que los beneficios más eminentes de esta ley pasan por la contribución al fin de la pérdida de biodiversidad. “Hay que pensar que solo el 15% de los hábitats y el 27% de las especies de la UE se encuentran en un estado de conservación favorable”. Por tanto, expresa, hay mucho que recuperar, y “conservar la naturaleza tiene muchos beneficios”.
Suárez ejemplifica con que es la principal herramienta para luchar contra el cambio climático, “porque tener ecosistemas sanos significa también tener ecosistemas capaces de mitigar el impacto del cambio climático, de absorber emisiones de gases de efecto invernadero”.
También hay beneficios en la salud. En los últimos años hemos vivido la pandemia de COVID-19, y “hemos visto que alterar y detener la naturaleza significa estar más expuestos a enfermedades” transmisibles de animales a humanos. “Luchar contra el cambio climático también significa mejorar nuestra salud, porque depende de la salud del planeta”, destaca el coordinador de Conservación de WWF.
Suárez destaca también los beneficios que va a reportar al sector primario, “porque una biodiversidad saba significa que tenemos más recursos, un suelo mejor, polinizadores, más recursos para la pesca…”.
La importancia de los polinizadores
“Esto es todo lo contrario a aquellos que están luchando contra esta ley”, asegura Luis Ferreirim, responsable de la Campaña de Agricultura de Greenpeace. “No podemos garantizar una seguridad alimentaria si no tenemos unos servicios ecosistémicos en buenas condiciones. Y eso es lo que estamos viendo en el presente. Y esta ley se intenta adelantar al futuro de conseguir unas condiciones óptimas para mantener la vida tal y como la conocemos”, asevera.
Ferreirim enfatiza que se trata de un problema mundial. Y destaca la importancia del declive de los polinizadores. “En Europa, el 37% de las especies de abejas está en peligro”, apunta.
Por su parte, Suárez coincide y amplía resaltando el protagonismo que otorga la Ley de Restauración de la Naturaleza a los polinizadores. “Los tienen en cuenta sobre todo a la hora de restaurar esa variedad de paisajes, ese equilibrio de paisajes, que hace que estas especies puedan tener refugio o un hábitat favorable y que, por lo tanto, puedan cumplir su función”.
El coordinador de Conservación de WWF señala que, si se continúa intensificando las actividades humanas y se convierte la agricultura únicamente en agricultura industrial, no habrá sitio para los polinizadores, que precisan de un hábitat y un refugio. “Encontrar un equilibrio es fundamental, y eso además repercute en positivo, porque vamos a tener un incremento de la productividad y una reducción de los costes”, finaliza.
El impacto en el sector primario
Los dos expertos coinciden en que esta ley puede tener un impacto positivo en el sector primario. “Si está bien desarrollada y aplicada”, puntualiza Suárez. A su vez, Ferreirim añade que la normativa establece las bases para poder mantener la producción de alimentos actualmente y en el futuro. “No ver esto está alimentado por una visión cortoplacista de maximización de los beneficios económicos sin una mirada más amplia de futuro”, destaca el responsable de la Campaña de Agricultura de Greenpeace.
“Estamos viendo que las consecuencias que está teniendo el cambio climático afectan directamente a la producción de alimentos. Si no somos capaces de revertir esto y de tener unos buenos cimientos, la producción de alimentos no la podemos garantizar. Esta ley lo que busca es eso, restaurar esos cimientos de todo lo que es la vida en el planeta”, subraya Ferreirim.
La seguridad alimentaria se puede garantizar hoy, continúa, pero un modelo industrial como el actual es “pan para hoy, hambre para mañana, porque al final, con todo lo que está ocurriendo, no va a poder garantizarse esa producción en el futuro”.
Suárez aporta, en consonancia con el punto anterior, que el 80% de los cultivos de Europa depende de los polinizadores. La falta de estas especies tiene un impacto notable en la pérdida de productividad, “que no podemos compensar siempre con la tecnología. Tener suelos sanos, luchar contra el cambio climático y frenar la desertificación significa también que ciertas actividades tengan un futuro”, asevera.
Lo mismo pasa con los ecosistemas marinos, informa el coordinador de Conservación de WWF. Si están sanos, habrá poblaciones de especies que en muchos casos pueden ser de interés comercial. “Hemos visto que la combinación de restaurar ecosistemas y proteger ciertos ecosistemas tiene muchos beneficios para las comunidades de pesadores. Y esa combinación es la que tenemos que abordar en unos ecosistemas cada vez más degradados. Hay que pensar que el 90% de las poblaciones pesqueras del Mediterráneo se consideran sobreexplotadas, y eso es una amenaza a largo plazo para la actividad”, concluye.
¿Qué consecuencias puede tener no aplicar la ley?
Lo más directo es que habría una menor producción de alimentos, asevera Ferreirim. En lo que atañe al sector primario, por sequías y falta de agua, hay determinados cultivos que no se pueden cultivar, otros que empiezan a perder rendimiento… “Ya lo estamos viendo en España, el país es un ejemplo claro de lo que son esas consecuencias”, señala.
Hay que tener en cuenta también el impacto que no aplicar la ley la ley tiene en el campo. “Estamos hablando de personas que se dedican a esto. Esto tiene una influencia socioeconómica muy importante también; no es solo la producción de alimentos, sino todo lo que va a generar en el sector. Y sin duda aquí hay soluciones”, explica.
El responsable de la Campaña de Agricultura de Greenpeace pone de manifiesto la necesidad de un cambio de mentalidad y de los patrones alimentarios. En la actualidad, apunta, gran parte de la producción agrícola se está destinando a alimentar una cabaña ganadera industrial “y a esto se le tiene que dar una vuelta”, afirma.
Entonces, ¿por qué ha generado polémica?
Ferreirim señala los “intereses de la industria de mantener un modelo que no cuenta con la naturaleza”. Este modelo, argumenta, está basado en el uso de insumos que genera “muchos beneficios a unos pocos, y mantener ese sistema es muy ventajoso para esos pocos y no para el bien común”.
Este experto ejemplifica con un modelo agrícola basado en la agroecología que no dependa tanto de esos insumos, como fertilizantes o plaguicidas. “Este paradigma no interesa al actual agroindustrial, sino que interesa que los agricultores dependan de estos fertilizantes sintéticos, de plaguicidas…” Una naturaleza en buen estado, si se consigue restaurar el equilibrio ecológico, no depende tanto de esos insumos, señala. “Y por eso no interesa”.
Por su parte, Luis Suárez, coordinador de Conservación de WWF, apunta que la polémica ha venido “por un interés político. Nos estamos acercando al final del período legislativo, dentro de unos meses va a haber elecciones europeas, y por lo tanto ha habido un movimiento político de crítica y de acoso a las iniciativas de la Comisión Europea”.
Suárez enfatiza que a esto hay que sumar determinados sectores “más ligados a la actividad pesquera industrial, o incluso agrícola industrial”, en consonancia con Ferreirim, “que creo que han manipulado ciertos mensajes y que han malinterpretado la ley” concluye.
En contraposición, destaca Suárez, se ha visto una “respuesta masiva de la ciudadanía, del mundo científico y empresarial, incluso de sectores como el cinegético, que han estado a favor de la Ley de Restauración de la Naturaleza”.
Fuentes
Nota de prensa del 12 de julio del Parlamento Europeo
Comunicado del 22 de junio de 2022 de la Comisión Europea
Consulta al departamento de prensa de Parlamento Europeo
Rueda de prensa de César Luena, posterior a la votación de la Ley de Restauración de la Naturaleza
Página de César Luena en el Parlamento Europeo
Declaraciones de Luis Ferreirim, responsable de la Campaña de Agricultura de Greenpeace
Palabras de Luis Suárez, coordinador de Conservación de WWF