El pasado 7 de octubre, el grupo terrorista Hamás lanzó un ataque relámpago contra Israel. Desde entonces se ha producido una escalada de violencia en la Franja de Gaza entre Israel y Palestina que está todavía vigente. Ante esta nueva situación en la región, surge la duda de si dicha escalada es una guerra o, en cambio, un conflicto.
Por ello, desde INFOVERITAS hemos consultado con expertos para arrojar algo de luz sobre las circunstancias del actual recrudecimiento de los ataques entre Israel y Palestina. En una guerra, una de las primeras víctimas es la verdad, y nuestro equipo ha seguido con ahínco los últimos acontecimientos relacionados con la situación actual para desmentir bulos y ofrecer contexto.
Aquí se encuentran todas las claves para esclarecer la terminología correcta.
¿Guerra o conflicto entre Israel y Palestina?
Cerca de dos semanas han pasado desde el inicio de los ataques, pero el problema en la región viene de lejos. Antonio Alonso, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad CEU San Pablo explica que, de forma global, la situación entre Israel y Palestina en un conflicto. Y dicho conflicto lleva enconado desde 1948. No obstante, la escalada de violencia actual en la Franja de Gaza es una guerra. Y esta guerra forma parte del conflicto general.
“Conflicto es el más apropiado, porque al final la guerra es solo una parte del conflicto, es solo una etapa más dentro del ciclo vital de los conflictos”, afirma Alonso. El concepto clásico de “guerra” como enfrentamiento armado entre dos estados ha quedado un poco “caduco; ya desde hace bastante tiempo se habla, por ejemplo, de guerra híbrida”.
Este experto ejemplifica con la denominada “amenaza asimétrica”, como el desafío que pueden plantear grupos terroristas o guerrilleros. También señala que no tiene por qué ser un enfrentamiento armado como tal, también puede ser una guerra económica, como cuando “un Estado decide subirle los aranceles a otro de manera imprevista, con lo cual le causa un perjuicio económico”. También puede serlo la reducción de la producción de petróleo o gas, “que cuando se hace con el propósito de minar la capacidad económica de otro país también se puede considerar un acto de guerra”. O incluso un ataque cibernético, en el que se secuestren los datos de un hospital o se hackeen las webs del Ministerio del Interior o de la Seguridad, “y no puedas hacer papeleos durante dos o tres días, una semana o casi un mes, eso también es considerado guerra híbrida, porque combina elementos nuevos a los ya tradicionales”.
“Queda claro que el concepto de guerra como tal ya no es solo dos ejércitos que se enfrentan en el campo de batalla, como en Rusia o Ucrania, sino que ahora entran muchas más cosas”, concluye Alonso.
Por su parte, desde el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, del Instituto Español de Estudios Estratégicos, apuntan que, en cuanto a terminología, “no se suele utilizar el término conflicto”.
Puntualizan que, desde el punto de vista palestino, se ha empleado el término “ocupación colonial” y, en ocasiones, “guerra”. “En opinión de Husni Abdel Wahed, Embajador de Palestina en España, (desde 2022) en Europa se denomina conflicto en contraposición a Ucrania, que se puede utilizar el término agresión. En su opinión, los palestinos no tienen derecho a la lucha armada y los ucranianos sí lo tienen”, destacan. En este sentido, en cuanto a definiciones, se considera un conflicto enconado o de larga duración.
“Sobre el tema religioso, algunos estudiosos opinan que este enfrentamiento” no tiene nada que ver con la religión. “Por ejemplo, el sionismo y la OLP (desde los Acuerdos de Oslo -entre el Gobierno de Israel y la Autoridad Palestina, encaminados a la resolución del conflicto en la región- se llama ANP, Autoridad Nacional Palestina) eran y son movimientos laicos y el 20% de la población palestina es cristiana. Pero está claro que en ambas hay un componente religioso esencial y en su evolución han ido hacia posiciones fundamentalistas (en general, hay radicalización en ambos lados)”.
Por otro lado, continúan desde el IEEE, “es evidente que la polarización, resultado de los actuales sucesos, también se ha trasladado a Europa y España y los judíos pueden estar desprotegidos. Ya han aparecido incidentes antisemitas en Europa; en España aún no”. Según las cifras de esta experta, en España hay 45.000 judíos y 31 sinagogas (las mayores comunidades judías están en Madrid y Barcelona).
“La situación reviste importancia, pero también es cierto es que es demasiado pronto para consolidar ningún tipo de análisis porque esto acaba de empezar”, concluyen.
“Conflicto implica que el nivel de violencia puede ser mínimo, pero lo que pone sobre la mesa es que hay un enfrentamiento, hay dos partes enfrentadas, ya sean estados o no, enfrentadas que tienen interesen contrapuestos y que van a luchar para que la opinión de uno prevalezca sobre el otro”, expresa, por otro lado, Antonio Alonso, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad CEU San Pablo.
¿Qué diferencia hay entre una guerra y un conflicto?
Antonio Alonso explica que los conflictos son mucho más extensos en el tiempo. En una guerra “sí o sí hay muertos, porque la guerra es una fase más crítica de la violencia, y es una cantidad de muertos y de destrucción material considerable”. Entonces, a lo largo del conflicto puede haber muertos o no, “pero son pocos muertos en un espacio de tiempo bastante amplio”. El punto crítico en el que comienza la guerra viene cuando, efectivamente, hay un “salto cualitativo” y una de las partes no acepta seguir con la situación que se estaba dando, “sino que da el salto a un incremento exponencial de la violencia”, asevera el experto.
La escalada actual entre Israel y Palestina es la guerra, insiste, el conflicto es lo que lleva enconado desde 1948. En este conflicto ha habido guerras, como la crisis del Canal de Suez o la Guerra de los seis días. “Y luego esto, que esperemos que se quede reducido a dos o tres semanas, pero que no vaya a más, porque si no es difícil de controlar”.
¿Cuál es el origen de la actual escalada de violencia?
El profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad CEU San Pablo señala que, en los últimos cuatro o cinco años, tras la firma de los Acuerdos de Abraham (de normalización de las relaciones entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin) la situación se estaba resolviendo; “parecía que Oriente medio iba a quedar pacificado”. También estalló la Guerra de Ucrania, lo que “ayuda a quitar el foco de atención sobre esa zona, y al final ayuda a que todo se vaya distendiendo”.
No obstante, “justo en estos años ha habido un par de asesinatos, de ejecuciones selectivas, que dice Israel, de líderes iraníes, por ejemplo, y de algunos terroristas. Creo que eso ha hecho que, al final, Hamás haya organizado todo ese ataque terrorista del día 7 de octubre. Y, obviamente, no solo, porque la forma de organizarlo indica que no han sido cuatro tíos con un kaláshnikov, ni mucho menos, sino que ha sido una cuestión que ha costado tiempo planificarla y millones de dólares organizarla. Y luego ha implicado muchas comunicaciones y asegurarse el secretismo y la lealtad de miles de personas. Y eso, sinceramente, es algo muy difícil”, amplía.
“El origen de este conflicto estaría ahí. No por algo en concreto, sino por esas ejecuciones selectivas”, enfatiza. Además, señala que la calificar de “provocación” la creación de asentamientos de colonos judíos cerca de Gaza o en Cisjordania “no tiene ninguna razón de ser. Es totalmente irrelevante. Porque eso es como decir que en España solo pueden entrar españoles a vivir, que es absurdo. No tiene mucho sentido. Al final, ellos lo saben. Los palestinos en Cisjordania tienen que aceptar que dentro de su territorio va a haber colonias de judíos. Lo tienen que aceptar sí o sí, no por nada, porque es lo normal es cualquier país civilizado actual”.
Alonso refiere también la inestabilidad política en Israel, que “puede haber ayudado a generar una brecha de vulnerabilidad en la seguridad del Estado”.
¿Por qué parece haberse recrudecido la escalada de violencia y por qué ha adquirido una dimensión tan internacional?
Como se ha señalado anteriormente, Antonio Alonso señala que, a tenor de la Guerra de Ucrania, se ha quitado el foco del conflicto en Israel y Palestina, por lo que se ha podido considerar que “hay que volver a reclamar la atención internacional sobre nuestro negociado y entonces hay que hacer esto. Yo lo veo como una salida un poco a la desesperada de esta gente, precisamente para llamar la atención sobre el conflicto”.
Este experto vuelve a poner el foco en las ejecuciones de los últimos años, “por ejemplo, la del general Soleimani, de la Guardia Revolucionaria de Irán, o algún otro científico del programa nuclear. Es decir, el Mossad ha estado implicado en una serie de ejecuciones selectivas, como las llaman ellos, fuera de su territorio”, y esto puede haber hecho que otros países de alrededor, “enemigos acérrimos de Israel, hayan visto ahora la oportunidad de hacerlo”.
“Pero ya digo, esto tiene toda la pinta de llevarse planificando, si no meses, años. Entonces han visto ahora esa oportunidad de hacerlo, digamos por la vulnerabilidad, por la inestabilidad política que hay en Israel desde el año 2020, prácticamente”. Alonso considera que eso ha pesado mucho a la hora de ver “esa ventana de oportunidad para atacar ahora”.
Además, el profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad CEU San Pablo apunta la importancia del simbolismo del 50º aniversario de la Guerra del Yom Kippur, que implicó a Israel y a una coalición de países árabes. “Nosotros a lo mejor no le damos tanta importancia, pero ellos sí que se la dan a este tipo de cosas. Hace 50 años les ganaron”, y esto puede ser “una manera de resarcirse de aquello que sucedió hace 50 años. Ya digo, nosotros eso a lo mejor no lo entendemos, porque quién se acuerda de lo que sucedió hace cuatro o cinco años”. No obstante, para los palestinos es algo muy significativo, “es parte de su vida cotidiana. Ese aniversario también puede ser parte de la explicación de por qué justo en ese momento ha surgido el ataque”.
Fuentes
Declaraciones de Antonio Alonso, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad CEU San Pablo
Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, del Instituto Español de Estudios Estratégicos