Buena parte de España se encuentra en la actualidad bajo un temporal de lluvia y nieve. Este fenómeno meteorológico ha afectado a varias carreteras de nuestro país. De acuerdo con la información que aportaba ayer la Dirección General de Tráfico (DGT), en su cuenta oficial de X, hay hasta 19 carreteras secundarias afectadas por la nieve, desde Castilla y León hasta Tenerife pasando por Andalucía.
Es habitual, con estas condiciones meteorológicas, ver las carreteras y las aceras preparadas para recibir a la nieve. ¿Cómo? Con sal. Este producto derrite la nieve y el hielo, lo que facilita la circulación de personas y de vehículos. No obstante, este elemento puede afectar a los coches, dañándolos por la oxidación del metal que recubre los automóviles.
Dada la estampa invernal que los últimos días nos están dejando, cabe preguntarse por las claves de cómo puede afectar la sal al coche y cómo solucionarlo. Desde INFOVERITAS te las ofrecemos todas a continuación.
En primer lugar, ¿por qué se echa sal?
Por una cuestión de química. En realidad, la sal no derrite la nieve de por sí; “la temperatura no sube cuando se mezcla agua y sal”, explican desde el portal especializado Meteored. Los elementos de la sal son el cloro (con carga negativa) y el sodio (positiva); el agua (en forma de nieve o hielo), por su parte, se compone de dos partes de hidrógeno y una de oxígeno.
Al echar sal en la nieve o el hielo, las moléculas de sal se descomponen en iones de sodio (que atraen al oxígeno que forma el agua) e iones de cloro (que hacen lo propio con el hidrógeno). Este vínculo del hidrógeno es lo que sube “la temperatura de fusión hasta los 0º C, siempre y cuando se pueda dar esta interacción. Es gracias a eso que el agua no se solidifica. En el caso de que la temperatura de fusión sea baja, hará falta menos energía para fundir el hielo, y por tanto se transformará de nuevo en agua”.
En el caso de la sal de las carreteras, la mezcla de este componente es “clave para que baje el punto de ebullición del hielo”. Con esto, “conserva las propiedades mecánicas de la carretera: el agarre entre el neumático y la vía”. El agua “pura” se congela a 0 grados centígrados, pero si este elemento tiene “algo disuelto pierda esa pureza y, por tanto, su temperatura de congelación es más baja”.
Es decir, que mediante la sal se puede bajar el punto de fusión del agua (en este caso, en forma de nieve) y, así, se derrite a menor temperatura.
¿Cómo daña al coche la sal?
La sal puede ser un gran aliado para derretir la nieve, pero también puede afectar a los coches. Así lo explica Juan Manuel Llorente, formador técnico del Real Automóvil Club de España (RACE), en este artículo que publica la institución en su web. La sal “acelera la oxidación de los metales que forman parte de la estructura de los vehículos”. Por ello, puede dañar la pintura, la carrocería u otros componentes, como llantas, frenos, amortiguadores o tubo de escape.
“Aunque de fábrica los coches salen con una imprimación de brea que protege los bajos, con el paso del tiempo y el roce con los badenes y baches se va quitando esa capa protectora, lo que facilita que esa sal esparcida por la carretera entre en contacto con la parte inferior del vehículo, lo que facilitará que la oxidación aparezca antes”, destaca Llorente.
Y los bajos no son la única parte del vehículo que puede sufrir estos daños. La sal también puede estropear el cierre del capó “y puede provocar, en casos extremos, que el morro se abra durante la marcha, con el consecuente peligro que eso supone al anular toda nuestra visibilidad al volante”.
¿Cómo evito los daños?
Para evitar estos daños, hay que lavar el coche con agua a presión después de conducir, asevera Llorente. “Cuanto más dejemos reposar la sal sobre la carrocería, más daño hará. Por eso, lo recomendable es aplicar el agua tanto en la carrocería, como en el paso de rueda (si giras el volante hacia un lado accederás mejor a todas las partes) como por debajo del coche, algo que no suelen hacer los conductores debido a su difícil acceso”, destaca.
En caso de no disponer de manguera de agua a presión, aunque hay en algunas gasolineras, existen túneles de lavado “que limpian las zonas bajas del coche con agua”.
Si no se elimina la sal del automóvil, “sufrirá averías antes de lo que le corresponde, lo que no solo afectará a tu seguridad y a los tuyos, también a tu bolsillo”.
Fuentes
Perfil oficial de la Dirección General de Tráfico (DGT) en X
Artículo de Juan Manuel Llorente, formador técnico del Real Automóvil Club de España (RACE), en la web de la entidad