En la actualidad son vestigios, pero hace millones de años los dinosaurios poblaron la Tierra. Los ha popularizado el cine en innumerables películas, pero detrás de una huella o un fósil hay mucha investigación científica. Y mucha historia. Un yacimiento de restos de estos animales siempre contribuye a que conozcamos más sobre el pasado de nuestro hogar, aunque sea a través de un eco lejano que se ha transmitido escrito en roca a través de incontables siglos.
Y uno de los lugares donde este eco ha resonado con más fuerza ha sido en Asturias. La región alberga la conocida Costa de los Dinosaurios. Este es el hogar de uno de los yacimientos de la época del Jurásico que cuenta con unas de las huellas de dinosaurios más grandes del mundo. Son las icnitas de la playa de la Griega, destacan desde la web de turismo de Asturias. Esta zona está próxima a la localidad asturiana de Colunga, en mitad de la Costa de los Dinosaurios, que se extiende desde Gijón hasta Ribadesella, de acuerdo con el Museo del Jurásico de Asturias.
Este conjunto muestra la “abundancia de huellas y restos óseos de dinosaurios y otros reptiles jurásicos. A lo largo de este tramo de costa pueden visitarse nueve yacimientos de icnitas de dinosaurios”, destacan. En la actualidad, el museo es muy conocido, el más visitado de Asturias, pero cuando las icnitas se descubrieron, en los años 60, no se contaba con los medios actuales. Y para conseguir información se utilizaba la vieja usanza: revistas científicas o consultando con investigadores. Todo, claro, por correo ordinario.
Desde INFOVERITAS nos adentramos en la Costa de los Dinosaurios de Asturias para contarte la historia de uno de los yacimientos jurásicos más importantes del mundo.
La Costa de los Dinosaurios de Asturias
Las huellas de dinosaurios de la costa de Asturias reúnen una serie de características que “hacen de ellas un ejemplo único a la hora de reconstruir lo que fue la vida de una comunidad de criaturas sorprendentes”, explican desde la web de turismo de la región. Cuando estos animales se movían sobre el fango o la arena de esta zona, dejaban sus huellas, lo que se conoce como icnitas.
Las condiciones de sedimentación que posibilitaron su origen fueron muy favorables para que se conservaran huellas y huesos, tanto de dinosaurios como de otros reptiles de aquel entonces. “Cuando las icnitas se formaron, el suelo era blando, y solo más tarde, después de haber sido profundamente enterradas, se convertirían en roca dura y llegarían, casi intactas, hasta nuestros días”, amplían.
Durante el Jurásico, Asturias estuvo poblada por una gran variedad de dinosaurios. Esto queda probado por los numerosos yacimientos de icnitas que pueblan parte del litoral central y oriental del principado. “De su estudio se desprende que habitaron la zona dinosaurios” bípedos y cuadrúpedos. “A juzgar por las dimensiones de estas huellas, hubo en Asturias dinosaurios de proporciones muy diversas: desde muy pequeños, del tamaño de un ave, hasta enormes, como es el caso de los braquiosáuridos”.
En conclusión, las icnitas de la playa de la Griega son las mayores que se han hallado en España y son unas de las más grandes del mundo.
¿Qué y cómo se encontró en la Costa de los Dinosaurios?
Para conocer en profundidad la importancia de la Costa de los Dinosaurios, desde INFOVERITAS hemos entrevistado a Laura Piñuela, investigadora del equipo científico del Museo del Jurásico de Asturias. Esta experta nos cuenta que en la zona se encontraron “muchísimas cosas. Se llama así precisamente por la gran cantidad de restos fósiles de estos reptiles, tanto de huesos como de huellas”.
No obstante, lo más característico del litoral asturiano, en este sentido, son las huellas de dinosaurios. Además, se encontraron también restos óseos y huellas de cocodrilos, de tortugas, de lagartos, peces… “Y todo esto acompañado por numerosos invertebrados y también por mucha flora, por muchas plantas del jurásico. Tenemos una muy buena colección de vegetales”.
Pero ¿por qué allí, por qué Asturias? Por la época en la que vivieron los reptiles y por las rocas, que son apropiadas para encontrar todo esto, comenta Piñuela. “Si buscamos, por ejemplo, dinosaurios, tenemos que irnos a rocas que representaron, en su momento, un ambiente continental”, porque los dinosaurios quizás pueden nadar y se meten en el agua como nosotros, pero el agua no es su medio de vida, explica. “Si por ejemplo queremos encontrar reptiles marinos, como también tenemos en la parte baja del Jurásico, nos vamos a aquellas rocas que se formaron bajo el mar. Tenemos varios restos de ictiosaurios y plesiosaurios bastante bien conservados”, apunta.
En general, los equipos científicos recorren los acantilados constantemente. “Siempre que hace buen tiempo en Asturias, evitamos siempre períodos de lluvias, porque los acantilados del Jurásico se mueven mucho, hay muchos desprendimientos, que la marea coincida a una buena hora… En el momento en que tenemos esas características juntas, salimos de campo. Y recorremos los acantilados sistemáticamente, no hay otra forma de encontrar los hallazgos que tenemos en la costa de los dinosaurios”, cuenta Piñuela.
Esta experta afirma que es “posible y seguro” que se vayan a hallar más restos en el futuro, porque por el tipo de roca de los acantilados hay muchos desprendimientos. “Y es ahí donde encontramos buena parte de los restos óseos o de las huellas. Y como aparentemente sigue lloviendo, no tanto, pero sigue, pues se irá cayendo más material”, señala. En este sentido, la parte más al sur de las rocas jurásicas de Asturias se encuentra a muchos kilómetros de la costa, en el interior, con lo que “va a seguir saliendo durante muchas generaciones”.
Huellas de dinosaurios por correo
Las primeras huellas de dinosaurio que se encontraron en España estaban en Asturias. “Fue José Carlos García Ramos, director del Museo del Jurásico de Asturias, en 1969” quien las encontró, cuenta Laura Piñuela. “En aquella época no había ninguna publicación sobre huellas de dinosaurios en Asturias. Lo que pasa es que él estaba estudiando la carrera y creía que unas huellas enormes que había encontrado en la playa de la Griega, muy cerca del museo, eran huellas de dinosaurios”.
La información con la que contaba, sin embargo, era muy escasa, porque los medios en aquella época eran menores. “La forma de obtener información era con las revistas que se podían conseguir en la facultad, por ejemplo, o pidiendo información a los investigadores. Pero todo eso era por correo ordinario, con lo cual, todo se retrasaba bastante”.
García Ramos vio que aquellas icnitas eran las primeras que se hallaban en España, y, además, según la bibliografía que pudo consultar, “eran las mayores del mundo para el Jurásico, en aquel momento las vio como las mayores del mundo. Pasaron los años, y hoy podemos decir que, si las hubiese publicado, efectivamente, habrían sido las primeras huellas publicadas en España”. Asimismo, en la actualidad se encuentran entre las huellas jurásicas más grandes del mundo.
¿Cómo se sacan las huellas de dinosaurios?
Las huellas asturianas, de dinosaurios y de otros grupos, presentan un estado de conservación “en ocasiones extraordinario”. Hay algunas que están muy mal conservadas, pero “tenemos todo el camino hasta las que son perfectas. Y tenemos muchas perfectas. Así, podemos ver las variaciones que existen en distintos grupos, y eso no es fácil de ver en otros yacimientos”, asevera Piñuela.
Lo que se conserva en Asturias son principalmente contramoldes. “Es decir, el dinosaurio pisaba en un barro y dejaba un hueco, ese hueco se rellenaba con otro material y producía lo que llamamos el contramolde. El dinosaurio pisa en el barro, deja un hueco que sería el ‘molde del flan’. Lo que tenemos ahora nosotros en Asturias es ‘el flan’, que es una arenisca bastante dura y que conserva perfectamente los detalles de los pies y de las manos de los vertebrados. Incluso tenemos impresiones de las escamas de la piel, de las garras, almohadillas…”, explica esta experta.
Esto ofrece muchas posibilidades a la hora de clasificar las huellas, estudiarlas, investigar el comportamiento de los dinosaurios, sus movimientos en función del tipo de suelo o de sedimento que estaban pisando… “A partir de las huellas obtenemos muchísima información”, concluye.
El paso de los dinosaurios por nuestro país está grabado en piedra. Las rocas de la costa de Asturias nos traen ecos de hace millones de años que nos cuentan cómo era nuestro hogar antes de que la especie humana lo habitara. Los anteriores inquilinos de esta tierra dejaron sobre el mismo suelo que hoy pisamos nosotros un testimonio de su existencia, un testimonio que nos fascina y que lleva detrás una historia que nos permite conocer un poco mejor la nuestra.
Fuentes
Museo del Jurásico de Asturias
Entrevista a Laura Piñuela, investigadora del equipo científico del Museo del Jurásico de Asturias