Era julio de 1969. Aquel año concluía el plazo de la promesa del presidente de Estados Unidos John. F. Kennedy de llevar, antes de que concluyera la década, al hombre a la Luna. Y la promesa se cumplió. El día 20 de aquel mes, los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin, a bordo del módulo lunar Eagle, alunizaron por primera vez en la historia de la humanidad, solo 60 años después de que se empezaran a realizar los primeros vuelos en la superficie de la Tierra.
Era la culminación del programa Apolo. Esta iniciativa no solo perseguía el objetivo de llegar a la Luna. Apolo tuvo otras metas de índole predominantemente científica, como “la exploración científica por parte de la tripulación del módulo lunar; el despliegue de una cámara de televisión para transmitir señales a la Tierra; y el despliegue de un experimento de composición del viento solar, un paquete de experimentos sísmicos y un retrorreflector de medición de distancia por láser”, exponen en la web de la NASA, la agencia espacial de EE. UU.
El contexto del viaje del Apolo XI era la guerra fría. Estados Unidos y la Unión Soviética competían en todos los terrenos y, por supuesto, también en el espacio. La URSS, a principios de los años 60, consiguió dos hitos: en abril de 1961, el ruso Yuri Gagarin fue el primer hombre en el espacio; y en junio de 1963, Valentina Tereshkova, la primera mujer.
En cualquier caso, Armstrong y Aldrin, el 20 de julio de 1969, pisaron la Luna tras bajarse el Eagle. El tercer tripulante, Michael Collins, controlaba la misión desde el módulo de mando del Apolo, el Columbia. Entonces, Armstrong pronunció su famosa cita: “Houston, aquí Base Tranquilidad, el Eagle ha aterrizado”. Pero estas palabras no se escucharon por primera vez en Houston (Estados Unidos), sino en Fresnedillas de la Oliva, un pueblo de la sierra de la Comunidad de Madrid.
Parece un relato increíble, pero es cierto. Desde INFOVERITAS te acercamos la historia de cómo en la estación que la NASA abrió en Fresnedillas de la Oliva se monitorizaron las constantes vitales de los astronautas que llegaron por primera vez a la Luna y cómo se transmitió la icónica frase de Neil Armstrong.
La misión Apolo XI
El 16 de julio de 1969 Armstrong, Aldrin y Collins salieron de Cabo Kennedy (Florida) con destino a la Luna. “Se estima que 650 millones de personas vieron la imagen televisada de Armstrong y escucharon su voz describir el evento mientras daba ‘un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad’ el 20 de julio de 1969” cuatro días después, resaltan desde la NASA.
Con Armstrong a los mandos, el Eagle aterrizó en lo que se conoció como Mar de la Tranquilidad, “a unas cuatro millas del punto de aterrizaje previsto y ocurrió casi un minuto y medio antes de lo programado”. Unas cuatro horas después, el piloto salió de la cápsula lunar y “desplegó la cámara de televisión para la transmisión del evento a la Tierra”. Armstrong pisó la Luna; 20 minutos después, Aldrin pisó la Luna. Cuatro días después del despegue de la nave, y 60 años después de que la humanidad comenzara a volar, el ser humano pisó la Luna.
La misión Apolo XI se asentó sobre las diez anteriores, así como en los dos primeros programas espaciales estadounidenses, Mercury y Gemini. El primer Apolo, no obstante, fue objeto de un trágico accidente en el que fallecieron los tres tripulantes en la plataforma de lanzamiento. Así, “en la superficie lunar se dejaron medallones conmemorativos con los nombres” de los astronautas que perdieron la vida en el Apolo I, así como “de dos cosmonautas que también murieron en accidentes. También quedó un disco de silicio de una pulgada y media que contenía mensajes de buena voluntad en miniatura de 73 países y los nombres de líderes del Congreso y de la NASA”.
Armstrong y Aldrin estuvieron, fuera del Eagle, en la Luna más de dos horas y media, durante las que desplegaron los experimentos que transportaron y recopilaron muestras de lunares. En total, pasaron más de 21 horas y media en la Luna. Regresaron con Collins y cuatro días después, y ocho desde el comienzo de la misión, los tres volvieron a la Tierra.
La estación de Fresnedillas de la Oliva
Kennedy anunció en 1961 que antes de que concluyera la década, la humanidad habría pisado la Luna. Y así fue. El Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva explica en su web que, para poder conseguir el objetivo, se estableció la Red de Vuelos Espaciales Tripulados en todo el mundo. Hasta 11 estaciones, cinco barcos adaptados con antenas de seguimiento y ocho aviones para apoyar los lanzamientos compusieron esta red.
Tres grandes estaciones fueron construidas con las mismas antenas para encargarse de mantener las comunicaciones con los astronautas de las naves Apolo. Estas “estaban situadas a distancias y longitudes equidistantes para que en todo momento se mantuviera comunicación con las tripulaciones de los cohetes”. Se ubicaron en Goldstone (California), Honeysuckle Creek (Australia) y Fresnedillas de la Oliva.
“Todas las comunicaciones con el módulo lunar y sus ocupantes durante el descenso se recibieron a través de la estación de Fresnedillas”, destacan. Además, durante el momento más crítico del Apolo XI, es decir, el despegue desde la Luna, esta fue la única de la red que podía ver ambos vehículos, el Eagle y el Columbia, ya que las otras dos “estaban ‘en la cara oculta de la Tierra’”.
“Houston, aquí Base Tranquilidad, el Eagle ha aterrizado”
La web del museo relata que aquel 20 de julio de 1969, el personal de la Estación Espacial de Fresnedillas de la Oliva fueron los primeros en escuchar las primeras palabras de Neil Armstrong al alunizar, “tras asumir con éxito la responsabilidad de tener el control del seguimiento y las comunicaciones del descenso y alunizaje de la nave”.
Elena Hernández, guía del Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva, y la divulgadora e influencer Astronauta Lili, encargada de la parte educativa del museo, las visitas de colegios y actividades familiares y de Agencia Europea del Espacio en Villafranca (Navarra), atienden a INFOVERITAS para hablar de este hito. “El español Carlos González Pintado fue el primero en escuchar la famosa frase de Neil Armstrong desde su puesto”, comentan.
“Esa frase tardó en llegar de la Luna a la estación de Fresnedillas aproximadamente 1,3 segundos”, amplían. Tras ello, tenía que ir por unos cables a una central que había en Madrid, y de allí se mandaba a dos sitios: Londres y Canarias, “desde donde con un cable submarino se mandaba a Nueva York y de ahí al Goddard Space Flight Center y desde allí a Houston. Eso llevaba como mínimo medio segundo más. Por tanto, el sonido, imagen y telemetría tardaron solo 1,8 segundos en viajar desde la Luna a Houston”.
Pero la primera parada fue Fresnedillas de la Oliva.
Las repercusiones para el pueblo y su gente
“El pueblo era muy pequeño, vivían unos 700 habitantes. Los medios de vida eran la ganadería, los huertos y la construcción. Algunos entraron a trabajar en la estación en mantenimiento y hostelería. Más de 20 familias de pendían de esos sueldos, bastante buenos”, explican Elena Hernández y Astronauta Lili. Asimismo, trabajaron técnicos de la localidad, que se especializaron con cursos específicos e inglés.
“Los vecinos poco a poco comprendieron el papel que jugaba su pueblo en la carrera espacial, y se involucraron totalmente. La NASA favorecía el trabajo en equipo, ya que les entregaba a todos los trabajadores, técnicos o no, diplomas de participación de las misiones Apolo”, apuntan.
En cuanto al legado de aquella época, ambas detallan que la gran antena de 26 metros a la que llegó la primera señal humana desde la Luna se trasladó en 1985 de la estación de Fresnedillas de la Oliva a la de Robledo de Chavela, “donde estuvo operativa hasta 2008 y hoy se conserva como una enorme pieza de museo visible desde la carretera”.
A los tres meses del alunizaje, Armstrong, Aldrin y Collins llegaron a España. En su visita, el piloto destacó la labor de la estación de Madrid, cuentan estas expertas. “En la actualidad todo el pueblo se siente implicado en la historia. Es el motivo por el que creamos el Museo Lunar hace ya 14 años. Es municipal y exponemos objetos, todos originales, cedidos por los antiguos trabajadores del pueblo, ingenieros, técnicos” e instituciones, entre ellas la NASA, y particulares que han visitado sus instalaciones.
“Queremos divulgar el papel que tuvo España y nuestro pueblo, Fresnedillas de la Oliva, en la llegada de los seres humanos a la Luna y en las misiones posteriores”, concluyen.
Unos 60 años después de aprender a volar, el ser humano pudo llegar a nuestro satélite. El 20 de julio de 1969 fue una fecha para la historia. Y los primeros en escuchar la historia fueron los trabajadores de la estación de Fresnedillas de la Oliva. El Eagle aterrizó y desde la sierra de Madrid se transmitió este hito increíble, este paso de gigante para la humanidad, a todo el mundo.
Fuentes
Información sobre Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova, respectivamente, en las webs de la Agencia Espacial Europea y el Museo Nacional de Ciencias Naturales
Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva
Declaraciones de Elena Hernández, guía del Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva, y la divulgadora e influencer Astronauta Lili, encargada de la parte educativa del museo, las visitas de colegios y actividades familiares y de Agencia Europea del Espacio en Villafranca