El próximo sábado 29 de marzo por la mañana habrá un eclipse parcial de sol que se podrá observar desde España. De acuerdo con los datos del Instituto Geográfico Nacional, en las capitales de provincia este fenómeno astronómico en el que la Luna, desde la perspectiva de la Tierra, oculta, en este caso parcialmente, el Sol alcanzará su máximo exponente entre las 11h y las 12h.
Se trata de un evento que atrae muchas miradas por su espectacularidad: es muy llamativo ver oscurecerse el cielo durante las horas de la mañana. No obstante, mirar directamente a un eclipse, especialmente uno parcial, conlleva una serie de riesgos y hay que tomar precauciones para poder disfrutar con seguridad del paso, visible desde nuestro planeta, del satélite frente al astro rey.
Desde INFOVERITAS te ofrecemos todas las claves para ser partícipe, con seguridad, del eclipse parcial del sábado 29 de marzo.
En primer lugar, ¿es seguro mirar directamente un eclipse parcial?
En pocas palabras: no. La NASA, la agencia espacial de Estados Unidos, explica en su web que los eclipses parciales no pasan por una fase en la que la Luna tape completamente el Sol. Por ello, durante estos fenómenos “nunca es seguro mirar directamente al Sol sin la protección ocular adecuada”.
Esta misma recomendación se da desde el Instituto Geográfico Nacional. En general, nunca se debe dirigir la vista directamente al Sol, ni con gafas de sol. Observar a simple vista un eclipse parcial “sin una protección segura y adecuada puede dañar los ojos, al igual que sucedería en un día cualquiera cuando no hay eclipse”.
De la misma forma, esta institución señala que no hay que mirar al Sol con aparatos o dispositivos, como cámaras o telescopios, que “no estén preparados para ello y dispongan de los filtros solares correspondientes. Tampoco debe observarse con filtros no homologados para la observación segura del Sol”.
Entonces ¿cómo puedo observar el eclipse de forma segura?
La NASA especifica que se deben utilizar gafas de observación solar segura o un visor solar portátil seguro. No son las gafas de sol comunes, que “no son seguras para observar el Sol”, destacan. “Los visores solares seguros son miles de veces más oscuros y deben cumplir con la norma internacional ISO 12312-2”.
En caso de contar con estos utensilios hay que inspeccionarlos bien antes de utilizarlos. “Si están rotos, rayados o dañados, deséchelos. Supervise siempre a los niños cuando utilicen visores solares”, concluyen. De no tener estos dispositivos, se puede recurrir a la observación indirecta.
El sistema más sencillo es proyectar el Sol en una cartulina desde otra a la que se le ha practicado un agujero de unos milímetros, apuntan desde el Instituto Geográfico Nacional. “Colocándose uno de espaldas al sol, se sujeta esta cartulina de manera que su luz pase por el agujero y aparezca en la otra, situada a dos o tres palmos de distancia y a la sombra de la primera”, apuntan. “En lugar de una cartulina agujereada puede usarse una espumadera de cocina, obteniéndose en este caso múltiples imágenes del Sol”, informan.
Además, desde la NASA ofrecen instrucciones para fabricar un proyecto de eclipse con una caja de cartón, un folio en blanco, tijeras y papel de aluminio. “Con el Sol de espaldas, la luz solar se filtrará a través de un pequeño agujero perforado en el papel de aluminio, pegado con cinta adhesiva sobre un agujero en un lateral de la caja. Durante las fases parciales de un eclipse solar, se proyectará un Sol creciente sobre una hoja de papel blanca pegada al interior de la caja. Mire dentro de la caja a través de otro orificio para ver la imagen proyectada”, destacan.
¿A qué me expongo si no miro al eclipse de forma segura?
El Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos describen los riesgos principales que se asumen si se mira directamente al Sol y en un eclipse. El primero es la retinopatía solar. Se trata de una afección que daña las células fotosensibles de la retina. La dolencia se produce debido a “la intensa luz solar y puede provocar pérdida permanente de la visión. Los síntomas incluyen visión borrosa, sensibilidad a la luz, manchas oscuras o ‘puntos ciegos’ en la visión central, cambios en la percepción del color (o dificultad para distinguir entre colores) o sensación de presión ocular”.
Estos síntomas, en este sentido, es posible que no aparezcan justo después de mirar al Sol, sino que se hacen notar paulatinamente durante horas o días. “En algunos casos, los síntomas pueden desaparecer por sí solos, pero en casos más graves, pueden persistir o empeorar con el tiempo”, destacan.
Otros riesgos de mirar directamente al sol: fotoqueratitis y edema macular
Seguidamente, se encuentra la fotoqueratitis, que se puede dar por la exposición intensa a la radiación ultravioleta del Sol. Se manifiesta con dolor, enrojecimiento, lagrimeo y la sensación de tener arena en los ojos. La enfermedad suele ser temporal, pero es incómoda, apuntan. “En algunos casos, la fotoqueratitis puede causar tics o espasmos involuntarios en los párpados (blefaroespasmo). Estos espasmos pueden ocurrir como mecanismo de protección ante la irritación ocular.
Los episodios repetidos de fotoqueratitis pueden aumentar el riesgo de daño ocular a largo plazo, como cataratas y pterigión, un crecimiento anormal de tejido en la conjuntiva (la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo) y la córnea (la superficie frontal transparente del ojo)”, señalan.
Por último, el edema macular. Exponerse de forma prolongada al Sol, sobre todo en un eclipse, puede incidir en el desarrollo de esta patología, en la que “la parte central de la retina se hincha, lo que produce distorsión de la visión y posible daño permanente. El edema macular puede reducir la sensibilidad al contraste, lo que dificulta distinguir entre objetos de colores o tonos similares. Los colores pueden parecer menos vibrantes y los detalles más difíciles de discernir”.
El cuadro del edema macular puede aparecer gradualmente y es posible que algunos afectados no presenten síntomas perceptibles hasta que la dolencia ha progresado, concluyen desde el Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos.
Fuentes
Web de la NASA
Recomendaciones de seguridad en eclipses, del Instituto Geográfico Nacional
Consejos de seguridad de la NASA en eclipses