Se ha viralizado en redes sociales como Instagram un vídeo en el que se asegura que las vacunas del actual calendario vacunal han sido elaboradas con fetos muertos y, por tanto, contienen restos de ADN fetal.
Sin embargo, esto es falso. Las vacunas aprobadas en España no han sido elaboradas con fetos muertos. No obstante, en algunas vacunas sí se emplean células creadas en laboratorio.
Ninguna vacuna contiene pedazos de fetos
Contrariamente a lo que se asegura en el vídeo, el Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) es tajante en este artículo “Vacunas, ‘células de fetos abortados’ y otras teorías irracionales” publicado en su página web: “La respuesta corta es que NO, rotundamente”. Ninguna de las vacunas aprobadas en España ha sido elaborada con fetos humanos.
Entonces ¿dónde surge la confusión? “Para la fabricación de algunas vacunas virales sí se usan cultivos de células de origen humano, fibroblastos, obtenidos en el laboratorio, llamadas WI-38 y MRC-5, y cuyo origen remoto fueron tejidos pulmonares de dos únicos fetos producto de abortos (uno en 1962 en Suecia y el otro en 1966 en el Reino Unido) efectuados de acuerdo con la legislación vigente entonces. Después algunas células se han reproducido mediante métodos naturales (división celular, mitosis) en el laboratorio, hasta la fecha”, exponen desde este organismo.
Por lo tanto, lo usado para la fabricación de vacunas “son nuevas células creadas en laboratorio, y no «células de fetos abortados», puntualizan.
¿Qué vacunas contienen estos elementos?
En la actualidad, las vacunas que utilizan los cultivos celulares WI-38 y MRC-5 son las siguientes, enumera el CAV, las de la rubeola, varicela, herpes zóster, rabia y hepatitis A.
También algunas vacunas contra la COVID-19 contienen estos elementos. Pfizer, por ejemplo, emplea la línea celular conocida como HEK 293, creada a partir de células de riñón extraídas de un feto abortado legalmente en 1973. La línea PER.C6, es una línea celular patentada y propiedad de Janssen, la farmacéutica de Jhonson & Jhonson. Esta línea celular fue desarrollada a partir de células retinianas de un feto de 18 semanas abortado en 1985, según se precisa en el artículo elaborado por el CAV.

Además, también se emplean estos cultivos celulares, precisa el CAV, en la fabricación de varios fármacos destinados al tratamiento de la hemofilia, fibrosis quística y artritis reumatoide, entre otras. “Otras vacunas utilizan células Vero de riñón de mono (rotavirus, polio y encefalitis japonesa), células embrionarias de pollo (Rabipur, gripe y fiebre amarilla) y células de levadura recombinantes (hepatitis B)”, añade.
El Vaticano permite su uso si no hay otra alternativa
El uso de estas vacunas ha generado mucha polémica en ciertos sectores sociales. Por ejemplo, ha sido puesto en duda por algunos representantes de la Iglesia católica. Sin embargo, en ese sentido, la Academia Pontificia para la Vida estableció en una declaración pública en 2005 “la legalidad de utilizar” estos preparados si no hay una alternativa.
Así, concluía que su uso es aceptable para los católicos en la medida de que son intervenciones que persiguen el bien de las personas vacunadas y mientras no se disponga de alternativas.
En ese sentido, en 2020, en plena pandemia el Vaticano, mediante un comunicado en su página web, también señalaba es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la COVID-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción.
Y agregaba: “Por consiguiente, debe considerarse que, en este caso, pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas”.
INFOVERITAS verifica que…
Las vacunas aprobadas en España no han sido elaboradas con fetos muertos. No obstante, en algunas vacunas sí se emplean células creadas en laboratorio.
Fuentes
Artículo “Vacunas, ‘células de fetos abortados’ y otras teorías irracionales” elaborado por el Comité Asesor de Vacunas (CAV)