Gripe, VRS, norovirus, rinovirus y COVID-19 campan a sus anchas en estos meses de invierno. Los cinco patógenos forman la llamada quintudemia, un término acuñado para definir la compleja situación sanitaria ante su circulación simultánea. Todos ellos son viejos conocidos y, en un principio, no revisten gravedad. No obstante, sí pueden provocar hospitalizaciones y complicaciones en grupos de riesgo: personas mayores de 65 años, bebés o inmunodeprimidos.
La realidad es que resulta difícil escapar de ellos. Y también resulta difícil diferenciarlos, puesto que la mayoría tiene síntomas comunes. En este artículo, te damos las claves para que sepas qué tienes.
Gripe, la estrella del invierno
También conocida como influenza, “la gripe es una enfermedad infecciosa aguda, que afecta al aparato respiratorio”, señalan desde la Clínica Universidad de Navarra. Existen tres tipos: A, B y C, siendo el primero el más habitual y el más peligroso, puesto que puede desembocar en una neumonía.
Se propaga fácilmente de persona a persona, al estornudar, toser o al hablar. Aunque también se contagia si se tocan objetos contaminados. Los síntomas más comunes son fiebre y escalofríos, cefalea, dolor muscular, tos y fatiga. Para minimizar los síntomas, lo más adecuado es vacunarse cada temporada. De todas maneras, lo esperable es que pase a los siete o diez días.
COVID-19, el virus más novel
Tanto la influenza (gripe) como la COVID-19 son enfermedades respiratorias contagiosas, pero son provocadas por virus diferentes. “La causa del COVID-19 es una infección por un coronavirus (el SARS-CoV-2), que se detectó por primera vez en 2019”, señalan desde el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). De acuerdo con este organismo, el coronavirus se propaga más rápido que la gripe, puede durar más tiempo y es más contagioso.
Eso sí, sus síntomas son parecidos. De hecho, resulta imposible diferenciar esos cuadros solo por sus síntomas, ya que muchos de los signos (fiebre y escalofríos, cefalea, dolor muscular, tos y fatiga) son los mismos. “Es necesario realizar pruebas de detección para confirmar un diagnóstico”, precisan desde el CDC. Para paliar sus síntomas, también existe una vacuna. No obstante, medidas como la higiene de manos frecuente o el uso de mascarillas se han demostrado efectivas para contener la propagación.
Norovirus, la gripe intestinal
Como explicamos en este artículo, son un tipo de virus muy contagioso que provoca, principalmente, vómitos y diarrea. Por suerte, no suele durar más de 72 horas. Desde los Centros de Control y Prevención de Enfermedades se destaca que, aunque a la infección por norovirus se le suele conocer como “gripe estomacal”, los patógenos que causan gastroenteritis y gripe son diferentes.
La clave es, para evitar males mayores, hidratarse con frecuencia. Así, en algunos casos, “recibir muchos líquidos adicionales a través de una vena (IV o intravenosa) es la mejor manera de evitar que el cuerpo resulte deshidratado”, explican desde MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Rinovirus, el resfriado común
Las infecciones por rinovirus son las que causan un resfriado común. Se denomina “resfriado común” por una buena razón, señalan desde MedlinePlus: el alto número de constipados. “Probablemente usted y sus hijos tendrán más resfriados que cualquier otro tipo de enfermedad”, señalan.
¿Cómo sabemos que estamos ante uno? Porque padeceremos rinorrea o secreción nasal, congestión nasal y estornudo. Asimismo, es posible que se presente dolor de garganta, tos, dolor de cabeza u otros síntomas. Como se observa se trata de síntomas muy parecidos a los de la gripe, solo que los del catarro son más leves.
Por desgracia, no hay tratamiento, más allá del descanso y de la ingesta abundante de líquidos. Aunque es un proceso molesto, lo previsible es que se cure en 10 días, explican desde el portal de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
VRS, el virus causante de la bronquiolitis
Si tienen niños pequeños, seguro que este virus les suena, porque es el causante de la bronquiolitis y neumonías, especialmente graves en recién nacidos y lactantes. De hecho, según se informa en el portal web de la Comunidad de Madrid, además, son la primera causa de hospitalización en menores de 1 año durante la temporada en la que circula.
El VRS circula durante todo el año, “pero especialmente en otoño-invierno (octubre a marzo) en lo que se denomina ‘la temporada del VRS’”, precisan desde la AEP. Los síntomas del virus respiratorio sincitial son tos, fiebre, estornudos, irritabilidad, moqueo, reducción del apetito, dificultad para respirar y sibilancias.
Por suerte, el 31 de octubre de 2022 se aprobó un medicamento llamado nirsevimab “para proteger a los menores de 1 año en su primera exposición a este virus”, destacan en el portal de la Comunidad de Madrid. Con este fármaco, se inyectan los anticuerpos contra el VRS para bloquear al virus, pudiendo disminuir en alrededor de un 75% las infecciones más graves.
Fuentes
Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés)
Clínica Universidad de Navarra
Asociación Española de Pediatría (AEP)
MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos
Portal web de la Comunidad de Madrid