¿Qué es el ChatGPT? Esta es una pregunta que muchas personas se están haciendo ahora mismo. El ChatGPT es una nueva forma de comunicación que está ganando popularidad entre los usuarios de Internet. Esta tecnología permite a los usuarios chatear con un bot inteligente que puede responder preguntas.
Lo normal es que el anterior párrafo lo hubiera escrito un periodista de este medio. Sin embargo, las primeras frases de este artículo han sido redactadas por ChatGPT, un novedoso sistema de inteligencia artificial (IA), todavía en versión beta, de la empresa Open IA.
Expertos como Julio Gonzalo Arroyo, coordinador del grupo de investigación de la UNED en Procesamiento del Lenguaje Natural, ofrecen una descripción parecida: “Es un cerebro artificial con el que se puede conversar y preguntarle sobre cualquier tema.” Es capaz de realizar una redacción escolar, elaborar un informe empresarial, escribir un poema, ofrecer consejo sobre un tema concreto o, como en este caso, comenzar un artículo periodístico.
Sin embargo, que se le pueda preguntar por cualquier tema no quiere decir que sus respuestas sean fiables. “De hecho, no lo son, y ofrece con frecuencia información falsa o excesivamente genérica”, señala este experto. Como les sucede a los humanos, también se equivoca. En ese caso, a veces, pide disculpas, pero en otras ocasiones no es capaz de admitir su fallo.
ChatGPT, un algoritmo que se basa en probabilidades
GhatGPT no es otra cosa que un modelo predictivo de lenguaje generativo. Esto significa que se basa en probabilidades, adivinando qué palabra es la siguiente en cada frase. Es decir, no consulta ninguna base de datos, por lo que no puede comprobar si la información que dice es cierta. De ahí que no sea demasiado confiable. Ante esta situación, Julio Gonzalo Arroyo bromea y aconseja que, si decides escribir un informe usando esa tecnología, “lo mejor es que lo revises antes de entregárselo al jefe”.
Para conseguir que acierte en sus predicciones lingüísticas, ChatGPT ha sido entrenado en dos fases. En la primera, aprendió de forma autónoma un modelo del lenguaje para muchos idiomas (habla con fluidez en inglés y español, entre otros muchos idiomas). En la segunda, la actual, está aprendiendo a mantener conversaciones y a responder de forma pertinente a las preguntas y solicitudes que se le plantean.
“ChatGPT muestra el camino a una nueva generación de buscadores con los que interaccionar en forma de diálogo y que, en lugar de devolver una lista de páginas web como resultado de la búsqueda, son capaces de sintetizar y razonar sobre la información disponible online. Pero solo muestra el camino. De momento, no ofrece información fiable, ni podrá hacerlo sin cambiar de forma disruptiva su forma de funcionar”, explica este profesor.
Sin embargo, aunque conversar con una máquina parece algo novedoso, no es el primer bot capaz de hacerlo. Es más, casi todos hemos charlado alguna vez con uno. ¿Quién no ha preguntado alguna vez a Siri o Alexa? Mucho antes, en 1966, nació Eliza uno de los primeros programas en procesar lenguaje natural, que emulaba a una psicóloga. Fue idea de Joseph Weizenbaum, profesor de informática del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Entonces, ¿qué es lo que hace distinto a ChatGPT? La diferencia es que este sistema, al ser público, se ha probado de forma masiva. No obstante, si se compara con los sistemas desarrollados hasta ahora, como Sparrow (de DeepMind), LaMDA (de Google) y Claude (de Anthropic), “no parece excesivamente diferente”, apostilla Gonzalo.
¿Cómo puedo fabricar un arma?: el sistema limita algunas preguntas
Idoia Salazar, presidenta de OdiseIA, una asociación que promueve un uso responsable de la inteligencia artificial, señala que la IA es como un bebé. “Aprende lo que existe en su mundo”, señala. Por eso, al ser un modelo entrenado por los propios individuos, puede perpetuar ciertos estereotipos. Para evitar esos prejuicios, desde la compañía tecnológica Open IA supervisan el sistema de manera constante. De hecho, como se puede comprobar, no contesta determinadas preguntas.
Por ejemplo, si se le interroga sobre cómo fabricar un arma, responde el siguiente mensaje: “No se recomienda fabricar armas. La fabricación de armas es una actividad ilegal en la mayoría de los países. Si desea obtener un arma, debe obtener un permiso de armas de fuego de su estado o país y comprar un arma a través de un distribuidor autorizado”.
Para esta experta, la tecnología en sí no es buena o mala. “Depende del uso que le demos”, señala. Y lo que tiene claro es que, si no es ChatGPT, vendrá otra IA con otro nombre: “la IA ha llegado para quedarse. Ahora la pregunta es: ¿estamos preparados para convivir con la IA?”
Debido a la falta de conocimiento de esta tecnológica que existe en gran parte de la sociedad, Salazar considera que se deben crear planes para alfabetizar a la sociedad sobre estas herramientas. De esta manera, se podrían evitar algunos ‘peligros’ relacionados con los algoritmos: que tome decisiones por los humanos, como sucede, por ejemplo, con algunas plataformas, donde el algoritmo dispone qué película ver. “La clave es que prime nuestro criterio, que seamos nosotros los que elijamos”, resalta Salazar.
¿La automatización del trabajo?
Aunque predecir el futuro no es sencillo, los expertos consultados por INFOVERITAS consideran que ChatGPT afectará al mercado laboral, pero no tanto como algunos piensan. “Permitirá automatizar ciertos procesos, como la redacción de informes, por ejemplo”, explica Idoia Salazar.
No obstante, a juicio de Julio Gonzalo Arroyo será difícil que sustituyan a los profesionales, especialmente en aquellos trabajos en los que se requiera empatía. Para entender mejor su profecía pone un ejemplo. “Recientemente, una organización que presta atención a personas con tendencias suicidas desarrolló una IA para atenderlas telefónicamente”, relata. Los primeros minutos de conversación, la herramienta conseguía su objetivo: hacer que la persona se sintiera escuchada. “Sin embargo, cuando sabían que era una máquina, perdía su eficiencia”, agrega Gonzalo.
La conclusión de la historia es clara. La IA, por lo menos, de momento, no puede reemplazar a los humanos. Ya lo dice ChatGPT: “La Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta creada por los humanos para ayudarles a realizar tareas de manera más eficiente. La IA no puede reemplazar a los humanos porque no tiene la capacidad de tomar decisiones complejas basadas en la emoción, la intuición y la creatividad”.
Fuentes
Declaraciones de Idoia Salazar, presidenta de OdiseIA
Declaraciones de Julio Gonzalo Arroyo, investigador principal del grupo UNED de investigación en Procesamiento del Lenguaje Natural (nlp.uned.es) y Vicerrector Adjunto de Investigación y Transferencia de la UNED