La invasión de Ucrania ha despertado el miedo a un ataque nuclear por parte de Rusia en el Viejo Continente, ya sea por el uso de este tipo de armas o por un ataque militar a alguna de las centrales nucleares ucranianas. En estos momentos, el número de plantas asciende a 15, según los datos del Organismo Internacional de la Energía Atómica.
Este temor ha provocado “un aumento de las consultas acerca del aporte de yodo en caso de una hipotética radiación”, señalan desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, un elemento que actúa como protector de la glándula tiroides en caso de accidentes nucleares.
Sin embargo, el yodo que se dispensa en las farmacias no es eficaz contra la radioactividad. Se puede adquirir como medicamento, bajo prescripción médica, o como suplemento, pero en ambos casos tiene cantidades mínimas. “Las dosis empleadas en caso de ataque nuclear son de 130 miligramos, entre 400 y 1300 veces superiores a las que disponibles en las farmacias, que rondan entre 0,1 y 0,3 miligramos”, apunta Eduardo Perales Sarría, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.
Ante la psicosis desatada en algunos ciudadanos, el Colegio de Farmacéuticos de Cantabria remite a INFOVERITAS a las palabras del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) y piden tranquilidad a la ciudadanía, ya que “no se ha producido una emergencia nuclear en Ucrania que pudiera justificar la ingesta de yodo”.
¿Por qué se utiliza yodo en caso de accidente nuclear?
El yodo administrado en forma de Yoduro Potásico “actúa como protector de la tiroides en el caso de que haya riesgo de exposición interna a yodo radiactivo, como puede ocurrir tras un accidente nuclear”, destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el artículo Uso de yoduro de potasio para proteger la tiroides durante las emergencias nucleares o radiológicas.
En este caso, la función del yodo será “sobresaturar la glándula tiroides”, puntualiza Perales Sarría, para que no pueda absorber el yodo radiactivo en caso de accidente o explosión de una bomba nuclear, evitando que dicha glándula desarrolle cáncer. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este antídoto no evita que el yodo radiactivo entre en el organismo, sino que impide que lo capte la tiroides.
Para que este compuesto funcione debe administrarse en el momento oportuno. Desde la OMS precisan que “el periodo óptimo para ingerirlo es entre menos de 24 horas antes y 2 horas después del inicio previsto de la exposición”. También es eficaz si la ingesta se produce hasta 8 horas después de la exposición, pero a partir de las 24 horas no ofrecería ninguna protección.
¿Cómo se distribuiría a la población?
Ante una emergencia, como, por ejemplo, un accidente o una explosión nuclear, “existen planes de contingencia para distribuir a la población dicha medicación”, explica Eduardo Perales Sarría a INFOVERITAS, recogidos en el Real Decreto 1546/2004, de 25 de junio, por el que se aprueba el Plan Básico de Emergencia Nuclear (PLANBEN).
Tal y como recoge el documento, el principal objetivo es “reducir el riesgo o mitigar las consecuencias de los accidentes en su origen y evitar o, al menos, reducir en lo posible los efectos adversos de las radiaciones ionizantes sobre la población y los bienes”.
Entre las medidas previstas para mitigar los daños de una explosión nuclear en la población hay tres principales: confinamiento, profilaxis radiológica y evacuación. En este caso, los responsables de administrar esta medicación sería la Dirección de Protección Civil y Emergencias de España, dependiente del Ministerio del Interior, y preparada y almacenada en el Centro Militar de Farmacia de Defensa, situado en Colmenar Viejo (Madrid). Por lo que, llegado el momento, serán las autoridades competentes las que digan qué es lo que se tiene que hacer.
Según se detalla en la Guía Técnica sobre utilización de yoduro potásico en la profilaxis radiológica, en emergencias nucleares, elaborada por la Subdirección General de Planificación, Operaciones y Emergencias, la experiencia tras el accidente de Chernóbil demuestra que los fetos, los neonatos y los niños “son los que tienen mayor riesgo de enfermedad tiroidea inducida por la radiación (cáncer y adenomas).”
¿Por qué el yodo es importante para el organismo?
El cuerpo humano necesita el yodo para la producción de hormonas tiroideas, encargadas de regular el metabolismo del cuerpo. Además, durante el embarazo y la infancia promueven un correcto desarrollo. Este elemento se encuentra de manera natural en ciertos alimentos, principalmente en pescados, mariscos, algas, lácteos y sal yodada, por lo que normalmente su aporte está garantizado mediante la dieta.
El farmacéutico Perales Sarría recuerda que la ingesta recomendada para la población en general, incluyendo a los niños, es de 150 microgramos al día, una cantidad equiparable a una cuchara de café de sal yodada. En el caso de las mujeres embarazadas, la ingesta de yodo recomendada asciende a 200 microgramos al día para evitar malformaciones en el feto o en el recién nacido.
Su deficiencia, como se señala en el Informe elaborado por el Grupo de Trabajo de Trastornos por Déficit de Yodo, de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición puede causar diferentes patologías, que varían en función de la etapa vital de la persona. En el feto puede provocar malformaciones, abortos o deficiencia mental. En recién nacidos: hipotiroidismo, bocio y retraso mental, entre otros. La falta de este elemento en niños y adolescentes puede provocar déficit de atención, retraso del crecimiento, hipotiroidismo o bocio, mientras que, en adultos, una baja ingesta de yodo puede desencadenar hipotiroidismo, bocio, neoplasias tiroideas e hipertiroidismo.
En la actualidad, los suplementos de yodo se encuentran a la venta en las farmacias, ya sean como medicamentos o como complementos alimenticios, “siendo su principal indicación la prevención de trastornos por deficiencia de yodo en mujeres que estén planeando un embarazo o embarazadas en el primer trimestre”, apostilla Perales Sarría. En el caso de los suplementos alimenticios también se puede adquirir en otros establecimientos, tales como herbolarios.
Riesgos del exceso de yodo
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid recuerda que “no se debe tomar yodo ni siquiera de forma preventiva”. Tampoco se debe consumir sin supervisión médica, porque un exceso en la ingesta puede tener consecuencias nocivas para la salud. Entre otros efectos, puede provocar náuseas, malestar estomacal, dolor de cabeza, trastornos de la tiroides, edema y bocio.
Fuentes
Organismo Internacional de la Energía Atómica
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria
Real Decreto 1546/2004, por el que se aprueba el Plan Básico de Emergencia Nuclear
Eduardo Perales Sarría, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza