El tipo de interés se denomina comúnmente “precio del dinero” ya que, al igual que cualquier bien o servicio que adquirimos o vendemos, el dinero también conlleva un coste para el comprador y un ingreso para el vendedor. Quien tenga una hipoteca o tenga colocado su dinero en algún producto de ahorro o inversión en una entidad bancaria estará familiarizado con el término porque en el momento de la contratación tuvo que ser informado sobre el tipo de interés aplicable. Aunque pueda parecer complejo entender cómo funcionan los tipos de interés y su impacto en los préstamos, y por tanto en nuestras finanzas personales, lo cierto es que con algunas nociones básicas como las que explicamos en este artículo resulta todo mucho más sencillo.
¿Qué es el tipo de interés?
En la práctica, el tipo de interés, también llamado tasa de interés o simplemente interés, es un porcentaje que determina la cantidad adicional que se paga o se recibe por el dinero (es decir, el capital) que nos han prestado o que hemos invertido.
Se deduce, por tanto, que el tipo de interés puede entenderse desde dos puntos de vista distintos. Por un lado, puede referirse al coste que pagamos a nuestro banco por dejarnos temporalmente una cantidad de dinero, utilizada, por ejemplo, para la compra de una vivienda, un coche o comprar a crédito. Por otro, puede referirse también a la rentabilidad que obtenemos de nuestros ahorros e inversiones, por ejemplo, si tenemos colocado nuestro dinero en un depósito bancario, un fondo de inversión o una letra del Tesoro.
En ambos casos, el tipo de interés se expresa en forma de porcentaje y, en general, se calcula de forma anual. Por ejemplo, un préstamo de 1.000 euros a un año a un tipo de interés del 5 % implicaría, además de devolver los 1.000 euros iniciales, devolver un 5 % adicional en concepto de intereses; en este caso otros 50 euros lo que da un reembolso total de 1.050 euros. Por lo contrario, si tenemos contratado un producto de ahorro como una cuenta remunerada de 1.000 euros a un 5% anual, recibiremos en concepto de intereses 50 euros que nos pagará nuestro banco al cabo del año. De manera que, tendremos un total de 1.050 euros ahorrados en nuestra cuenta.
Como estamos empezando a comprender, al igual que los precios están siempre vinculados a un bien específico – hablamos del precio de una vivienda o del precio de un kilo de manzanas- los tipos de interés también están invariablemente ligados a un producto, en este caso, financiero -hablamos del tipo de interés de las hipotecas, el de los depósitos, los bonos o las letras del Tesoro-. Dicho de otro modo, hay tantos tipos de interés como productos financieros, pero siempre hacen referencia a lo mismo: el precio que pagamos (o recibimos) por el dinero prestado (o ahorrado e invertido)
¿Por qué es importante el tipo de interés?
El tipo de interés es un indicador financiero clave que afecta directamente al funcionamiento de los mercados financieros y a las decisiones de los actores involucrados: desde los intermediarios como los bancos, fondos de pensiones u otros comercializadores de productos financieros hasta las empresas, autónomos y familias que son quienes piden prestado, ahorran o invierten.
Además, no hay que olvidar que los tipos de interés fluctúan a lo largo del tiempo y, por tanto, condicionan nuestras decisiones financieras en todo momento.
¿El BCE es quien fija los tipos de interés?
Cómo decíamos existen múltiples tipos de interés referidos cada uno a un producto financiero. Pero por encima de todos ellos, están los tipos de interés oficiales que determinan o condicionan al resto. Veámoslo.
Los bancos centrales, como responsables de dirigir la política monetaria de sus respectivos países, son quienes fijan el precio oficial del dinero, es decir los tipos de interés oficiales.
Esto explica que los tipos de interés varíen entre diferentes países, excepto en los de la eurozona que comparten los mismos tipos oficiales, es decir, los establecidos por el Banco Central Europeo (BCE).
Es crucial entender que los tipos oficiales de los bancos centrales sirven como referencia esencial para determinar el precio de todo tipo de productos financieros.
Por eso, desde que en julio del año pasado el BCE empezó a subir los tipos, hemos asistido a un encarecimiento progresivo de los préstamos bancarios, como las hipotecas o los créditos empresariales y, al mismo tiempo, a una mejora de la rentabilidad de los productos de ahorro e inversión, como las cuentas remuneradas o las letras del Tesoro.
¿Por qué el BCE ha subido los tipos de interés?
Los tipos oficiales son una poderosa herramienta con la que cuenta el BCE (y cualquier banco central) para contener la inflación, es decir, la subida generalizada de los precios, asegurándose de que se mantenga por debajo del objetivo oficial del 2 % a medio plazo.
Como sabemos, desde la guerra de Ucrania la inflación en la eurozona se ha desbocado, alcanzando niveles que no veíamos desde hacía décadas. El BCE ha respondido elevando de manera agresiva los tipos oficiales a fin de encarecer los préstamos bancarios y reducir así su contratación por parte de familias y empresas. Con esta medida, el BCE consigue contraer la demanda de bienes y servicios. Además, como sabemos por la ley de la oferta y la demanda, si esta última se reduce, bajan los precios y se reduce la inflación.
Las decisiones del BCE afectan al euríbor, el índice de referencia para calcular nuestras hipotecas
El euríbor (Euro Interbank Offered Rate) es el tipo de interés al que se prestan dinero los bancos entre sí. Quizás mucha gente no lo sepa, pero los bancos, además de prestar a familias y a empresas, también prestan dinero a otros bancos si tienen necesidad de liquidez. Como cualquier otro producto financiero, este tipo de préstamos es sensible a los cambios de los tipos oficiales del BCE de manera que si suben también lo hace el euríbor.
Además, el euríbor es el índice de referencia que se emplea para calcular el tipo de interés a aplicar en la mayoría de las hipotecas en España.
¿Por qué ha subido tanto el euríbor?
Desde julio del año pasado, el BCE ha subido los tipos de interés oficiales en 10 ocasiones, elevándolos del 0 % hasta el 4,5 % actual, situándolos en menos de un año y medio en el nivel más alto de los últimos 20 años. Como hemos visto, aunque el BCE no sube el euríbor, sí que influye directamente en su nivel y por eso la subida del euríbor ha sido muy parecida a la subida de los tipos oficiales: rápida y pronunciada.
Tipo de interés fijo, variable o mixto
En cuanto a los préstamos hipotecarios, existen tres clases de tipos de interés que se pueden aplicar en nuestra hipoteca: fijo, variable y mixto, explican desde el Banco de España. Con el primero, se paga el mismo tipo de interés y la misma cuota durante todo el préstamo. Con el segundo, el tipo de interés se revisa semestral o anualmente y varía en función del índice de referencia, es decir, el euríbor. Por último, con el mixto, en un primer momento se cobra un interés fijo que, con el tiempo, pasa a ser variable, y puede subir o bajar según el índice referencial.
La subida de los tipos de interés del BCE encarece las hipotecas
Ahora, a la vista de lo que hemos explicado hasta aquí, tendría que quedar claro que el encarecimiento de las hipotecas a tipo variable que estamos viendo desde el año pasado no responde a una decisión arbitraria de nuestra entidad bancaria, sino que es consecuencia automática del alza del euríbor provocado por la fuerte subida de los tipos oficiales acometida por el BCE. El encarecimiento de los préstamos se aprecia tanto en las nuevas hipotecas, que se contratan ahora a un interés (precio) más alto, como en las antiguas en las que la cuota hipotecaria se ha tenido que actualizar al euríbor vigente en el momento de la revisión anual o semestral.
Pero si todavía tienes alguna duda, te recomendamos que veas este video explicativo de CECA, la asociación de cajas de ahorros y bancos creados por ellas.