Con el inicio de la recuperación económica global tras la pandemia y posteriormente el estallido de la guerra en Ucrania en 2022, la inflación se ha convertido en un tema recurrente en titulares y medios de comunicación. El fuerte aumento de la demanda de bienes y servicios después de la crisis de la COVID-19, junto con los problemas de suministro del gas natural procedente de Rusia y la carencia de cereal proveniente de Ucrania, se ha traducido, en los últimos dos años, en una inflación elevada que nos trae a la memoria algunas crisis económicas globales del siglo pasado.
¿Qué es exactamente la inflación?
El Banco de España define la inflación como el crecimiento generalizado de los precios de los productos de consumo. Estos productos son los que se incluyen en lo que se conoce como “cesta de la compra”, es decir, un conjunto de productos y servicios básicos similares a los que consumen las familias. Se refiere a artículos de consumo diario (alimentos, carburantes y prensa, entre otros), bienes de consumo duradero (ropa, calzado, electrodomésticos y ordenadores, por ejemplo) y servicios (transporte, alquiler, peluquería…).
El precio promedio de esta cesta de la compra es lo que se conoce como IPC o Índice de Precios al Consumo. Como sabemos, los precios de los bienes y servicios varían en el tiempo y, por tanto, varía también el IPC. La variación del IPC en un periodo determinado es lo que se conoce como inflación.
A modo de ejemplo, si decimos que la inflación en marzo fue del 5 % quiere decir que, en comparación con el mes anterior, el IPC aumentó un 5 % o, lo que es lo mismo, que el precio promedio de la cesta de la compra se encareció un 5 % en un mes. De la misma manera que hablamos de inflación mensual también podemos hablar de inflación anual, trimestral, semestral o de cualquier otro periodo.
Si quieres saber cómo ha variado el IPC y cuál ha sido la inflación en los últimos tiempos, puedes consultar la web del Instituto Nacional de Estadística (INE), seleccionando los periodos que te interesen.
¿Cómo y quién calcula la inflación?
En nuestro país, el INE es el organismo oficial responsable de calcular la inflación. Para ello, parte de una cesta de la compra formada por 479 artículos y 220.000 precios obtenidos de 22.000 tiendas alojadas en 177 municipios distintos. Mensualmente el INE recopila todos esos precios para actualizar el IPC, calcular su variación y publicar la tasa de inflación mensual e interanual.
En la Unión Europea, Eurostat es el organismo que se ocupa de publicar mensualmente la inflación, utilizando en este caso un índice parecido al IPC conocido como el Índice Armonizado de Precios al Consumo (IAPC). Este índice permite comparar las tasas de inflación en los distintos países de la eurozona, ya que su cálculo sigue la misma metodología.
El IAPC se ha diseñado para que la cesta de la compra sea válida en todos los países y refleje las diferencias de los patrones de consumo de cada región. Así se puede saber, por ejemplo, que en el sur de Europa se consume más aceite de oliva que en el norte, por lo que lleva asignada una ponderación “en la cesta nacional que refleja el porcentaje del producto en el gasto de los hogares de ese país”.
¿Cómo me afecta la inflación?
La inflación tiene un impacto directo en nuestros bolsillos ya que, con la subida de los precios, los hogares se empobrecen. Así lo explica, el artículo «¿Cuáles son las consecuencias de la inflación en ahorros e inversión?», publicado en el blog de educación financiera Cuentas claras de ABANCA, entidad de crédito adherida a CECA, asociación de cajas de ahorros y bancos creados por ellas.
En primer lugar, el aumento de precios desvaloriza la moneda. Lo que hoy vale una determinada cantidad de dinero, si hay inflación, valdrá más. Por ejemplo, con una inflación anual del 5 % un producto que hace un año costaba 100 euros hoy costará 105 euros. Por tanto, con la misma cantidad de dinero podremos comprar menos cantidad de ese producto, o, lo que es lo mismo, tendremos que pagar más dinero para comprar la misma cantidad. Esto se conoce como pérdida de poder adquisitivo.
Además, la inflación incide negativamente en nuestros ahorros. Si el valor del dinero es menor este año con respecto al pasado, hoy habrá que gastar más para comprar lo mismo que ayer. Por tanto, nuestra capacidad para ahorrar también se ve reducida.
La inflación también tiene efectos indirectos en nuestras finanzas personales derivados de los cambios en la política monetaria. Como explicamos en el artículo «¿Cómo me afectan los tipos de interés y cómo influyen en mi hipoteca?», en un escenario de inflación elevada como el que vivimos en Europa desde hace dos años, una de las medidas del Banco Central Europeo (BCE) para controlar el alza de precios es subir los tipos de interés. Esta subida, como sabemos, se traslada directamente a los productos financieros. Así, por un lado, los prestamos se encarecen, elevando por ejemplo las cuotas mensuales de las hipotecas a tipo variable; por otro, la rentabilidad de los productos de ahorro, tales como los depósitos a plazo o las cuentas remuneradas, aumenta.
En conclusión, es necesario controlar la inflación y mantenerla dentro de unos límites adecuados por sus efectos negativos sobre el consumo y el bienestar de la sociedad. En el caso de la eurozona, la responsabilidad del BCE es hacer todo lo necesario para que la inflación no supere un objetivo a medio plazo del 2 %.