Imagina que decides planificar las próximas vacaciones. Abres tu navegador, buscas destinos paradisiacos y exploras opciones de vuelos y alojamientos. Mientras navegas por internet, las cookies registran tus preferencias de viaje y rápidamente empiezan a llegarte anuncios personalizados que te persiguen por cada rincón virtual que visitas. Además, a medida que compartes tus planes en redes sociales, la maquinaria de recopilación y análisis de datos de internet va tejiendo los hilos de tu rastro digital.
Este escenario, lejos de ser ficticio, refleja el día a día de miles de millones de personas inmersas en la era digital. De hecho, el rastro que dejamos cuando interactuamos en internet se ha convertido en una parte inseparable de nuestras vidas. Pero ¿qué sabe realmente internet de ti?, ¿qué diferencia hay entre la huella digital y la identidad digital?
La recopilación de datos: más allá de las búsquedas y clics
Aunque en internet hay millones de páginas a las que podemos acceder sin tener que pagar por el contenido –¿pagas por ver los reels de Instagram, los posts de LinkedIn o buscar información en Google?– la realidad es que en internet nada es gratis. Lo que no se paga con dinero, se paga con los datos que generas a medida que interactúas digitalmente. De hecho, nadie es anónimo en internet porque todo lo que hacemos deja un rastro que los algoritmos localizan, rastrean y analizan incesantemente, generando patrones de comportamiento de los usuarios.
Además, en los últimos años, las redes sociales se han convertido en un componente crucial de ese rastro digital. Al interactuar en ellas, generamos información cualitativa especialmente valiosa como, por ejemplo, nuestras conexiones sociales, nuestros gustos y preferencias o, incluso, nuestros estados de ánimo. Así, los comentarios, vídeos, likes y el contenido que compartimos en las redes son una fuente de datos clave, que las plataformas utilizan para segmentar audiencias y personalizar publicaciones.
Por ello, se dice a menudo que Facebook sabe más de ti que tu círculo social íntimo. Y es que la información que volcamos directa o indirectamente en las redes sociales es tan enorme que puede influir en el comportamiento de los demás. Por ejemplo, el 34 % de los reclutadores que participaron en el Informe Talento Conectado de 2019 afirmó haber rechazado a algún candidato por su actividad en las redes sociales.
La huella digital es el rastro que dejamos sin darnos cuenta
Este rastro que dejamos cuando navegamos en internet o interactuamos en las redes sociales es lo que se conoce como huella digital o fingerprinting. Tal y como lo define la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) en su estudio “Fingerprinting o Huella digital del dispositivo”, es una recopilación sistemática de información sobre un determinado dispositivo con el objetivo de identificarlo, singularizarlo y, de esa forma, poder hacer un seguimiento de la actividad del usuario con el propósito de perfilarlo.
Como comentábamos al principio, las cookies juegan un papel clave a la hora de recopilar los datos que dejamos a nuestro paso por internet y las redes sociales, sobre todo las conocidas como cookies de seguimiento que son las que te acompañan durante el tiempo que navegas y te siguen por los sitios visitados para acabar creando un perfil de usuario. Estas cookies no deben confundirse con las cookies técnicas que son necesarias para asegurar el buen funcionamiento de la página web.
Relación entre la huella y la identidad digital
La huella digital es el conjunto de datos que se genera pasivamente cuando interactuamos en internet o en las redes sociales. Estos datos por sí solos no tienen una importancia particular. En cambio, cuando se recopilan, analizan y perfilan se construye una imagen coherente de nuestra persona. Si a esa imagen le añadimos los datos personales (y únicos) de una persona -por ejemplo, nombre, dirección de correo, foto de perfil, usuario, etc.- llegamos a la identidad digital. Es decir, esa representación digital unívoca de una persona.
Proteger la identidad digital, preservando la privacidad
Según el estudio de AEPD, la huella digital añade una capa adicional de complejidad a la gestión de la identidad digital. Proteger nuestra huella digital se convierte, por tanto, en un desafío esencial para preservar la privacidad en un mundo interconectado y altamente tecnológico.
Por eso, en los últimos cambios realizados por la AEPD en la “Guía sobre el uso de las cookies” se especifica que en ningún caso la información aportada por el usuario puede ser utilizada para otras finalidades que no sean las cookies técnicas impuestas para el funcionamiento de la web. Además, es obligatorio informar a los usuarios sobre el uso de cookies y obtener su consentimiento para almacenar esos datos. Sin embargo, la realidad es que acabamos aceptándolas sin leer las condiciones para poder acceder al contenido.
Si a eso sumamos lo que se conoce como oversharing -según la AEPD, el hábito que tenemos de compartir demasiada información personal en internet y especialmente en las redes sociales- entonces los riesgos para la privacidad y la seguridad aumentan. Los datos de nuestra huella digital y los compartidos voluntariamente acaban convirtiéndose en un objetivo goloso para los ciberdelincuentes y los robos de identidad.
Protegiendo tu identidad digital más allá de las contraseñas
Ante estos desafíos, la protección de tu identidad digital se vuelve crucial. Más allá de contraseñas sólidas, la educación sobre seguridad en línea y la configuración consciente de la privacidad en las redes sociales son pasos esenciales para fortalecer tu defensa digital. La autenticación de doble factor (añadiendo un código enviado de manera instantánea a tu móvil cuando tratas de acceder con tu contraseña) y el uso de servicios de VPN (redes privadas virtuales) también fortalecen tu protección en el ciberespacio.
Según Alberto Aza, portavoz de CECA (asociación integrada por CaixaBank, Kutxabank y Cajasur Banco, ABANCA, Unicaja, Ibercaja Banco, Caixa Ontinyent, Colonya Pollença y Cecabank): “El sector bancario es experto en uso y gestión de datos sensibles, por ello está profundamente concienciado con preservar la privacidad de sus clientes en entornos de máxima seguridad y se posiciona como uno de los sectores más avanzados en materia de ciberseguridad” a lo que ha añadido que «la gran mayoría de los fraudes se producen mediante técnicas de ingeniería social en redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, por ello los usuarios deben tomar conciencia de la importancia de sus actos en el ciberespacio y proteger sus datos aplicando la máxima prudencia”.
Cuando envías un correo electrónico, la AEPD también recomienda evitar facilitar información que pueda comprometer tu privacidad, y, en caso de que no tengas otra elección, cifrar o comprimir los ficheros con alguna contraseña que solo sea conocida por el destinario del email y tú.
En cualquier caso, recuerda que tienes derecho a la protección de tus datos personales, lo cual te otorga la capacidad de disponer y decidir sobre toda tu información personal. Se reconoce desde la Constitución Española, el Derecho Europeo y, en particular, en el Reglamento General de Protección de Datos. Sin embargo, el desafío persiste en garantizar la aplicabilidad y eficacia de estas medidas en un entorno digital en constante cambio.
Para obtener más información, la AEPD ha creado una guía divulgativa con pautas para proteger tu privacidad en la era de internet. Además, en caso de tener conocimiento de que nuestros datos personales han sido robados por ciberdelincuentes, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) ha elaborado una serie de recomendaciones a llevar a cabo. Asimismo, en dicha web ofrecen una serie de recursos como juegos virtuales para poner en práctica tus conocimientos entorno a la privacidad.
Fuentes
Agencia Española de Protección de Datos – Estudio Fingerprinting o Huella digital del dispositivo
Informe Talento Conectado de Infoempleo 2019
Agencia Española de Protección de Datos – Guía sobre el uso de las cookies
Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE)
Agencia Española de Protección de Datos – Guía Privacidad y Seguridad en internet
Declaraciones de Alberto Aza, portavoz de CECA