La sequía en Cataluña ha alcanzado unas proporciones sin precedentes, generando graves impactos directos en los sistemas naturales y en los sectores económicos más vulnerables. Con 239 municipios en estado de emergencia, la situación más crítica se observa en el sistema Ter Llobregat, donde alrededor de seis millones de personas tienen restricciones en su uso del agua.
Ante esta emergencia, la Agencia Catalana del Agua (ACA) puso en marcha el Plan de Sequía Especial el pasado 2 de febrero y la Generalitat está negociando con el Ejecutivo la inversión de dos nuevas desaladoras y la posibilidad de transportar agua desde Sagunto a Barcelona en barcos si la situación no mejora.
La gravedad de esta situación se evidencia en el prolongado período de sequía, que comenzó en otoño de 2020 y se ha extendido hasta la actualidad, con un impacto sin precedentes en la región. La persistencia de la sequía desde hace tres años, con lluvias por debajo de la media, representa el doble de tiempo que la peor sequía anterior vivida en 2008. Si bien las sequías son habituales en el clima mediterráneo, el actual episodio muestra una gravedad excepcional, intensificando los esfuerzos para mitigar sus efectos y garantizar el suministro de agua a la población afectada.
En este contexto de sequía extrema, es importante desmentir cinco falsas creencias que circulan entre la población.
- Las sequías son algo nuevo, ¡antes no había!
Es falso que las sequías son eventos aislados y poco frecuentes. Siempre ha habido sequías y seguirán existiendo, según lo expuesto en la web de la Generalitat de Cataluña. No obstante, la que sufre actualmente España es la más extrema desde 1970 en diversas zonas de España, según los análisis publicados. Los expertos coinciden en que el cambio climático hace que las sequías sean más frecuentes y duraderas, por lo que los ecosistemas no tienen tiempo de recuperarse.
- La solución a la sequía son los trasvases
La solución a la sequía implica ahorrar más agua y construir más infraestructuras, como desalinizadoras o depuradoras, lo que permitiría no depender de la lluvia. En España existen miles de embalses (más de 1.230 grandes presas) “y están casi vacíos porque se usa mal el agua”, según la ONG WWF. Los trasvases tampoco son la solución, pues la sequía se instala simultáneamente en amplios territorios. La solución reside en una adecuada planificación del agua.
- El agua que llega al mar sin ser usada se desperdicia
No es cierto que el agua que no se usa y llega al mar es un desperdicio, según la Generalitat de Cataluña. Es más, resulta vital para mantener la salud del ecosistema marino y sustentar actividades humanas relacionadas. Esto se debe a que transporta nutrientes esenciales para la vida marina, lo que repercute en la preservación de las playas y la biodiversidad costera.
- Se usa agua para crear nieve artificial a pesar de la sequía
Esto es falso. No hay desperdicio de agua potable para generar nieve artificial durante la sequía, recogen desde el Gobierno regional catalán, ya que el agua empleada proviene del deshielo y se almacena en balsas, formando un ciclo cerrado.
- Se vacían los embalses para generar electricidad
Nunca se vacían los embalses exclusivamente con fines hidroeléctricos; la liberación de agua se realiza para asegurar el suministro de consumo doméstico, el riego agrícola y los caudales ecológicos. Solo se aprovecha esta liberación de agua para la generación de electricidad, destacan desde la Generalitat.
Fuentes
Plan de sequía. Agencia Catalana del Agua