Los antibióticos han salvado miles de vidas. Sin embargo, en los últimos años existe una amenaza creciente: la resistencia bacteriana a los antibióticos. De acuerdo con un estudio publicado por The Lancet, alrededor de 1,27 millones de personas fallecieron en 2019 por infecciones de bacterias resistentes a estos fármacos. De hecho, estos patógenos matan a más personas que la malaria o el sida.
La principal causa de este fenómeno se encuentra en el uso inadecuado de los antibióticos. Desde el Ministerio de Sanidad recomiendan “usar con prudencia los antibióticos”, ya que puede ayudar a detener el desarrollo de bacterias resistentes y conseguir que estos medicamentos mantengan su eficacia para las generaciones venideras.
Para concienciar a la sociedad sobre esta realidad y fomentar un uso responsable de estos fármacos, cada 18 de noviembre se celebra el Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos. Con motivo de esa efeméride, repasamos los mitos más comunes que rodean a estos medicamentos.
Los antibióticos sirven para tratar cualquier infección
Falso. Los antibióticos solo están indicados para el tratamiento de las infecciones causadas por determinados patógenos, “pero no frente a todos”, puntualiza Rita de la Plaza Zubizarreta, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria.
Existen otros seres infecciosos, tales como hongos o virus, “los cuales se tratan con otro tipo de medicamentos, denominados antifúngicos o antivíricos respectivamente”, explica Eduardo Perales, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.
Para poder comprenderlo mejor, este experto pone como ejemplo la gripe. “Cuando la causante es el virus de la influenza (influenzavirus), no puede curarse con un antibiótico”, puntualiza.
Los antibióticos son una buena opción para combatir el dolor
Falso. Los antibióticos no sirven para combatir el dolor. Los antibióticos tienen la capacidad de, o bien detener el crecimiento bacteriano, o de matar a la población bacteriana.
“Aunque la eliminación de una infección bacteriana derivaría en la curación del paciente y en una mejoría de sus síntomas, entre los cuales puede ser dolor o malestar, esto no quiere decir que, porque un paciente sufra dolor en una parte corporal, tenga que tomarse un antibiótico para solucionarlo”, señala el experto Eduardo Perales.
Para combatir el dolor, existen otros medicamentos, los denominados analgésicos. En este grupo están, por ejemplo, el paracetamol o el ibuprofeno.
Se pueden tomar medicamentos caducados
Falso. La presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, Rita de la Plaza Zubizarreta, indica que es importante respetar la caducidad, “porque puede influir en su efectividad”.
Aunque se han realizado estudios que han evaluado el mantenimiento de la estabilidad en unos pocos medicamentos más allá de su fecha de caducidad, “en ningún caso se puede recomendar el tomar medicamentos que la hayan sobrepasado”, dice Eduardo Perales.
“En la industria farmacéutica se establece un periodo de tiempo máximo de 5 años, dependiendo del medicamento y de sus requisitos de conservación, en el que se garantiza que, conservado bajo las condiciones de prospecto, el medicamento mantiene su estabilidad y no sufre degradación”, explica Eduardo Perales, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.
Más allá de ese tiempo, o si no cumple dichas condiciones, no existe ninguna garantía sobre su eficacia o aparición de subproductos no deseables.
Los antibióticos se toman con el estómago lleno
Falso. Por norma general, tomar un antibiótico con el estómago lleno o vacío no modifica su actividad, aunque puede afectar a la velocidad de absorción. “Por ejemplo, la doxiciclina se recomienda tomar en el trascurso de una comida para evitar la irritación del esófago”, señala Marta Faci. Y agrega: “Por, otro lado, la fosfomicina debe tomarse con el estómago vacío ya que los alimentos pueden retrasar la absorción”.
“También cabe destacar que determinados alimentos pueden alterar la absorción de algunos antibióticos como la tetraciclina, que no debe tomarse junto con lácteos porque disminuye su absorción”, resalta la experta. Para resolver estas dudas, lo mejor es leer el prospecto o consultar con el farmacéutico.
Aunque el medicamento esté abierto, mantienen sus propiedades
Verdad a medias. Según la forma y las condiciones de conservación en las que se guarde el medicamento, pueden verse alteradas sus propiedades. Por eso, siempre se tiene que tener en cuenta la información indicada en el prospecto.
“Los medicamentos que se conservan en su blíster original, respetando sus requisitos de conservación, mantendrán la caducidad original. Sin embargo, otros medicamentos, tales como soluciones o suspensiones, su caducidad se verá reducida una vez abiertas”, señala Marta Faci, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.
Los antibióticos siempre se guardan en la nevera
Falso. Depende del medicamento. “Solo se guardan en nevera en determinadas ocasiones en las que la estabilidad del antibiótico se ve comprometida a temperatura ambiente y siempre debe estar indicado en el envase y/o en el prospecto”, señala Marta Faci, farmacéutica del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.
Entre ellas, la amoxicilina en polvo para solución oral en la que la solución se tiene que preparar antes de poder administrarse añadiendo una cantidad determinada de agua. “Una vez reconstituida, tiene que conservarse en nevera hasta un máximo número de días indicado por el laboratorio”, agrega Faci.
No obstante, para resolver cualquier duda, lo más aconsejable es “leer siempre las condiciones de conservación incluidas en el prospecto”, precisa la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria.
Fuentes
Estudio Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019:
a systematic analysis (en español, Carga mundial de resistencia bacteriana a los antimicrobianos de 2019: un análisis sistemático), publicado por The Lancet el 20 de enero de 2022
Declaraciones de Marta Faci, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza
Declaraciones de Rita de la Plaza Zubizarreta, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria
Declaraciones de Eduardo Perales, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza