El sarampión es una enfermedad viral sumamente contagiosa. “Se propaga fácilmente cuando una persona infectada respira, tose o estornuda. Puede provocar una enfermedad grave, complicaciones o la muerte”, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, según sus cálculos, “una persona con sarampión puede infectar a nueve de cada diez contactos directos no vacunados”. El sarampión puede afectar a cualquier persona, pero es más común entre los niños, mujeres embarazadas o inmunodeprimidas.
Los síntomas del sarampión suelen aparecer entre 10 y 14 días después de la exposición al virus. El más visible es una erupción cutánea prominente, generalmente en la parte de cara y el cuello. Otros síntomas que aparecen son rinorrea, tos u ojos rojos. Por lo general, dura entre 5 y 6 días hasta que desaparece.
A día de hoy, no existe un tratamiento específico para el sarampión. Por ello, es importante la vacunación. “Vacunarse es la mejor manera de evitar contraer el sarampión o contagiarlo a otras personas”, resalta el organismo.
Los cuidados deben centrarse, por tanto, en aliviar los síntomas y la prevención de complicaciones. Entre las recomendaciones que ofrece el organismo se encuentran “beber agua en cantidad suficiente y los tratamientos para combatir la deshidratación pueden compensar la pérdida de líquido debida a la diarrea o a los vómitos. También es importante seguir una dieta sana”.
¿Puede causar el sarampión complicaciones graves?
La letalidad oscila entre el 1% y el 15% en los países en desarrollo. De hecho, como se ha indicado, la enfermedad puede ser especialmente grave en embarazadas, niños menores de 5 años, personas inmunodeprimidas y personas no vacunadas o con una vacunación incompleta.
Aunque la mayoría de personas superan la infección sin problemas, aproximadamente uno de cada diez casos presenta complicaciones, indican desde el hospital Clinic de Barcelona. Las complicaciones más frecuentes asociadas al sarampión son las respiratorias y las neurológicas. “Las más comunes son otitis media aguda, diarrea, mastoiditis, sinusitis, linfadenitis cervical, laringotraqueobronquitis, neumotórax, neumomediastino, neumonía o bronconeumonía, enteritis, púrpura trombocitopénica, convulsiones febriles, hepatitis, apendicitis, miocarditis y encefalitis aguda posinfecciosa”, enumeran desde la Asociación Española de Vacunología (AEV) en el documento “10 claves sobre el sarampión”.
La vacunación es esencial para evitar la enfermedad
En España, resaltan desde el hospital Clinic de Barcelona, ha aumentado el número de brotes, con más de 100 casos diagnosticados sólo en los primeros meses de 2025. Dado que el virus del sarampión es muy contagioso, se necesita una cobertura vacunal cercana al 100% para evitar que el virus circule por el entorno.
La Asociación Española de Vacunología (AEV) en el documento “10 claves sobre el sarampión” explica que, al ser una de las enfermedades más contagiosas, “requiere niveles de inmunidad del 95% o más de la población para interrumpir su transmisión y eliminarlo de la comunidad”.
Según los datos actualizados del Sistema de Información de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad (SIVAMIN), la cobertura de vacunación de la triple vírica (sarampión, rubeola y paperas) en 2023 en España fue del 97,8% en la 1ª dosis y 94,4% en la 2ª dosis, aunque hay algunas comunidades por debajo de estos porcentajes.
“Estas cifras corresponden a la media de España, pero hay que tener en cuenta que en la 1ª dosis hay dos comunidades autónomas que están por debajo del 90% y dos entre el 90% y el 95%. Y en la 2ª dosis cinco comunidades están por debajo del 90% y seis entre el 90% y el 95%.”, señalan en el documento “10 claves sobre el sarampión”.
Cabe recordar que la vacuna triple vírica está incluida en el calendario de vacunación infantil con dos dosis: una a los 12 meses y otra a los 3-4 años.
Fuentes
Organización Mundial de la Salud (OMS)
Asociación Española de Vacunología (AEV)
Sistema de Información de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad (SIVAMIN)