Hoy 24 de noviembre, Día Mundial del Vino Tinto, levantamos nuestras copas para celebrar una de las bebidas más emblemáticas del mundo. El vino forma parte no solo de la cultura de España, sino de la universal. Esta bebida ha sido una constante en la historia de la humanidad, acompañándonos desde tiempos prehistóricos. Los hallazgos de orujos y uvas prensadas como los de la cueva de la Rasa, en la provincia de Almería, sugieren que el hombre ya elaboraba vino hace miles de años. En concreto, se estima que en España fue en la Edad de Bronce (3.500 a.C.) cuando se empezó a producir vino de forma intencionada.
En cada copa de vino tinto español se encuentra la huella de una historia milenaria que conecta a España con sus raíces más profundas. En el catolicismo, el vino era (y sigue siendo) utilizado con fines litúrgicos. En la Edad Media, la tradición del vino fue preservada por los monasterios, donde los monjes perfeccionaron las técnicas de vinificación. Por otro lado, en Egipto, el vino se ofrecía a los dioses y formaba parte de los servicios funerarios de los faraones, mientras que los griegos no solo perfeccionaron su almacenamiento en ánforas, sino que lo elevaron a un elemento central en su mitología, vinculado a dioses y héroes. Esta bebida no solo es un producto agrícola, sino también un testigo vivo de la evolución cultural y social de la humanidad.
Sin embargo, alrededor del vino tinto se han tejido numerosos mitos y falsas creencias que, aunque populares, no siempre son ciertas. En este artículo desmontamos algunos de los más comunes.
1. El vino tinto mejora con los años
Esta afirmación tiene un matiz de verdad, ya que no todos los vinos tintos mejoran con el tiempo. Para el enólogo Diego Cutillas, miembro destacado de la Federación Española de Enología, la longevidad de un vino depende de su calidad, la variedad de uva utilizada y las condiciones de almacenamiento. “Algunos vinos, especialmente aquellos con una buena estructura de taninos y acidez, pueden desarrollar sabores más complejos con los años. Sin embargo, muchos vinos están diseñados para ser consumidos jóvenes y no necesariamente mejoran con el tiempo”, detalla.
2. El vino tinto se toma a temperatura ambiente
Este mito tiene un matiz histórico. La idea de que el vino tinto debe servirse a temperatura ambiente proviene de épocas en las que las casas eran más frías. Lo ideal es servirlo entre 16°C y 18°C. “Si el vino está demasiado caliente, se pueden resaltar los alcoholes, mientras que, si está muy frío, se pueden ocultar sus aromas y sabores. Por lo tanto, la temperatura adecuada varía según el vino y el contexto”, indica Cutillas.
3. El vino tinto siempre mejor con carne
Aunque es cierto que algunos tintos maridan excelentemente con carnes, no son la única opción válida. Desde la Federación Española de Enología (FEAE) explican que la combinación de vino y comida depende de múltiples factores, incluyendo el tipo de carne, la preparación y las especias. “Además, hay vinos blancos y rosados que pueden complementar carnes de manera sorprendente. La clave es experimentar y encontrar lo que más le gusta a cada persona”, recomiendan.
4. Cuanto más caro, mejor
Este mito es engañoso, ya que el precio no siempre es sinónimo de calidad. El precio de un vino puede influenciar su percepción de calidad, pero no siempre es indicativo de su sabor o disfrute personal. “Existen vinos económicos que son altamente valorados por expertos y disfrutados por consumidores”, subraya Cutillas. “La calidad de un vino también puede depender de gustos personales, más allá de su precio”.
5. El vino tinto es siempre más saludable que otros vinos
El vino tinto contiene resveratrol, un compuesto antioxidante asociado a beneficios para la salud cardiovascular. Sin embargo, la cantidad de resveratrol en una copa es mínima. “No significa que sea siempre más saludable que el vino blanco o rosado. La moderación es clave en el consumo de cualquier tipo de vino, y la elección debe basarse en preferencias personales y condiciones de salud”, aconsejan desde la FEAE.
6. Una copa de vino al día alarga la salud
Probablemente todos hayan oído la idea de que una copa de vino al día es buena para la salud. El problema es que se basa en investigaciones científicas erróneas, según un nuevo informe publicado en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
El investigador principal, Tim Stockwell, científico del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias de la Universidad de Victoria, asegura que la idea de que beber con moderación conduce a una vida más larga y saludable se remonta a décadas atrás. El autor ejemplifica con la “paradoja francesa”: la idea de que el vino tinto ayuda a explicar por qué los franceses disfrutan de tasas relativamente bajas de enfermedades cardíacas a pesar de una dieta rica en grasas, se popularizó en la década de 1990. “Esa visión del alcohol como un elixir todavía parece estar ‘arraigada’ en la imaginación pública”, señaló Stockwell.
En realidad, concluye, “el consumo moderado de alcohol probablemente no prolongue la vida de las personas y, de hecho, conlleva algunos riesgos potenciales para la salud, incluido un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Por ello, ninguna organización de salud importante ha establecido nunca un nivel de consumo de alcohol libre de riesgos”.
7. Los vinos con tapón de rosca son de mala calidad
De acuerdo con Diego Cutillas, enólogo destacado de la Federación Española de Enología, este es un estereotipo que está cambiando rápidamente. Los tapones de rosca han sido utilizados por bodegas de renombre y permiten un cierre hermético más efectivo, previniendo la oxidación y el deterioro del vino. Muchos vinos de alta calidad vienen ahora con tapones de rosca, desafiando la idea de que el corcho es sinónimo de calidad.
Fuentes
Journal of Studies on Alcohol and Drugs
Instituto Cervantes. Vino y toros. Mito y poesía – Pascuala Morote Magán
Declaraciones de Diego Cutillas – Federación Española de Enología (FEAE)