El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992 para destacar la relevancia del agua dulce y promover la gestión sostenible de este recurso esencial. Aunque su uso es imprescindible, a veces no se le da la importancia que merece.
Según datos de la ONU, el agua cubre aproximadamente el 71% de la superficie terrestre y es fundamental para la vida en el planeta. Aunque el volumen total de agua en la Tierra es de aproximadamente 1.400 millones de kilómetros cúbicos, solo el 3% es agua dulce, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y de esta, una gran parte está congelada en glaciares y casquetes polares. Esto deja menos del 1% de agua dulce disponible para el consumo humano, lo que resalta la importancia de su uso racional.
Al igual que ocurre con el planeta, el agua es esencial para los seres humanos. No solo para la hidratación, sino también para la higiene, la agricultura y la industria. A pesar de su importancia, existen numerosos mitos en torno al consumo de agua. Desde INFOVERITAS analizamos algunos de los más comunes.
1. Hay que beber ocho vasos de agua al día
Seguro que lo has escuchado hasta la saciedad, pero la creencia de que es necesario consumir ocho vasos de agua diarios no tiene una base científica sólida. El profesor de Fisiología y Neurobiología de la Dartmouth Medical School en New Hampshire, Heinz Valtin, fue uno de los primeros en cuestionar esta afirmación.
En uno de sus artículos científicos concluyó: “No solo no hay evidencia científica de que necesitemos beber tanto, sino que la recomendación podría ser perjudicial, tanto al precipitar una hiponatremia potencialmente peligrosa y la exposición a contaminantes como al hacer que muchas personas se sientan culpables por no beber lo suficiente”, detalla.
En este sentido, el profesor hace hincapié en que dicha cantidad es demasiada para personas sanas que no realicen algún tipo de esfuerzo vigoroso. No obstante, sostiene en su estudio que tampoco encontró evidencia científica de artículos que recomendaran una menor ingesta: “No he encontrado ninguna prueba científica de que debamos beber al menos ocho vasos de agua al día, ni prueba, hay que admitirlo, de que beber menos no sea perjudicial”.
2. El agua embotellada es siempre mejor que la del grifo
No necesariamente. De acuerdo con la nutricionista de la clínica HLA Santa Isabel Pilar Villar siempre que el agua del grifo sea potable, beber agua embotellada no es más seguro ni saludable, “ya que el agua embotellada no tiene porqué pasar los mismos estándares de calidad y seguridad a los que sí está sujeta el agua del grifo”, comenta.
3. Es mejor consumir agua con gas que sin gas
El agua con gas es simplemente agua a la que se le ha añadido dióxido de carbono para crear burbujas. No hay evidencia que sugiera que una sea mejor que la otra. Eso sí, el agua con gas aporta bicarbonato, que podría reducir el riesgo de aparición de cálculos renales por oxalato cálcico.
No obstante, beber agua con gas también tiene sus puntos negativos, sobre todo en personas que padezcan reflujo gastroesofágico. La nutricionista Pilar Villar considera que, puestos a elegir, siempre es preferible consumir el agua sin gas por todos los beneficios que esta tiene. “El agua con gas también aporta beneficios e hidrata de igual manera que el agua natural, pero no siempre es recomendable, ya que el gas puede irritar las mucosas digestivas y en exceso podría ser perjudicial, sobre todo en algunas patologías”, sostiene.
4. Beber agua durante las comidas engorda
Falso. “El agua es el único alimento que no contiene calorías, por lo que no engorda”, recuerda Villar. “No obstante, sí que puede llegar a potenciar la sensación de saciedad y, por tanto, sentirnos más hinchados”.
5. El agua fría quema calorías
Existen estudios que consideran que el consumo de agua fría contribuye a acelerar hasta en un 30% el metabolismo. Esta creencia popular ha llevado a pensar que cuanto más fría, más adelgaza. Sin embargo, los investigadores no han encontrado evidencia científica certera para demostrarlo. Así lo confirma un estudio publicado en Revista de Endocrinología Clínica y Metabolismo que también concluye que enfriar el agua antes de beberla solo estimuló una pequeña respuesta termogénica, muy por debajo del coste energético teórico de calentarla a temperatura corporal.
“Beber agua enfriada a 3 °C provocó un pequeño aumento del gasto energético del 4,5% durante 60 min”, detallan en el estudio. “Estos resultados ponen en duda la eficacia del agua como agente termogénico para el tratamiento de la obesidad”. Por lo tanto, no se puede afirmar que ayude a adelgazar, pues su impacto en el organismo es mínimo.
No obstante, otros expertos como el doctor Francisco Astudillo consideran que beber agua muy fría provoca otras consecuencias, ya que «puede enlentecer la digestión y el vaciamiento gástrico”. Asimismo, continúa, puede “dificultar la absorción de nutrientes, provocando trastornos asociados». El doctor recomienda beber agua natural, pero que no esté a temperatura elevada.
6. Beber demasiada agua es perjudicial
En algunos casos sí. De acuerdo con la Clínica Mayo, consumir agua en exceso puede producir hiponatremia, una afección que genera síntomas como náuseas, vómitos, confusión, fatiga extrema e incluso convulsiones. No obstante, estos casos aislados tan solo ocurren en personas específicas como atletas que intentan prevenir la deshidratación durante actividades físicas prolongadas. “Rara vez representa un problema para adultos sanos y bien alimentados”, indican.
7. Si no bebes agua en días tres días, puedes morir
La nutricionista Pilar Villar recuerda que no ingerir agua puede llevar una deshidratación y sí se puede producir la muerte por esta causa. No obstante, el tiempo es relativo, pues “va asociado a las características del individuo y del ambiente, por lo que no se puede establecer un tiempo concreto, aunque la supervivencia se ve muy reducida tras una semana”.
8. El agua con limón desintoxica el cuerpo
El agua con limón tiene un efecto diurético y concretamente el limón se considera un alimento con muchas propiedades beneficiosas. En este sentido, Villar asegura que esta ingesta se suele relacionar con la eliminación de toxinas en el organismo. Sin embargo, existen otros factores a tener en cuenta. “Es importante recalcar que estas propiedades se hacen notar acompañadas de una alimentación saludable y equilibrada”, comenta. Por lo que, si nos alimentamos mal, no hay que esperar que el agua con limón haga milagros en nuestro organismo.
Fuentes
Día Mundial del Agua – UNESCO
Declaraciones de Pilar Villar, nutricionista de la clínica HLA Santa Isabel (Grupo ASISA)
Asociación World Wildlife Fund (WWF)