Probablemente muchos de ellos los uses cada día y no sabes que detrás de esos inventos se encuentra un español. Gran parte de actividades cotidianas en nuestra rutina diaria llevan la impronta del ingenio castizo. España ha sido un semillero de inventores que, a lo largo de la historia, han concebido soluciones innovadoras a problemas cotidianos.
Sin embargo, como suele ocurrir con las grandes historias, la realidad de estos inventos a menudo se ve envuelta en una capa de mitos y leyendas. Con motivo del Día del Inventor Internacional, que se celebra hoy 9 de noviembre, INFOVERITAS recapitula los inventos españoles más emblemáticos, con el fin de desentrañar su origen.
El submarino: Isaac Peral
Isaac Peral, un oficial de la Armada española, desarrolló el primer submarino de propulsión eléctrica alrededor de 1885. El submarino de Peral marcó un antes y un después en la historia naval. Si bien no fue el primero en sumergirse, su innovadora propulsión eléctrica y su capacidad para lanzar torpedos bajo el agua lo convirtieron en un diseño revolucionario que cambió el curso de la guerra submarina. “El Peral fue el primer submarino de la historia con propulsión eléctrica operativa y fiable, dotado de torpedos también operativos», indican desde el Instituto de Historia y Cultura Naval.
«Fue capaz de realizar inmersiones y salidas a superficie fáciles y seguras, fue capaz de sostener una navegación estable bajo el agua, y contó con elementos revolucionarios, como el aparato de profundidades, el periscopio, el sistema de renovación del aire y otros”, continúan desde la institución. No obstante, es común encontrar informaciones que atribuyen la invención del submarino a otros países, pero el prototipo de Peral fue fundamental y único en la historia naval, pues fue precursor de los submarinos modernos.
Captura de pantalla del Instituto de Historia y Cultura Naval
La fregona: Manuel Jalón
Y seguimos con un militar detrás del invento. A pesar de que la fregona podría pensarse que lo ideó alguien relacionado con la limpieza, lo cierto es que detrás de su creación se encuentra un ingeniero y oficial del Ejército del Aire, llamado Manuel Jalón Corominas.
La primera fregona se probó en 1956 en Zaragoza. “Consistía en un palo de escoba que, en su parte inferior, disponía de un penacho de fajas de algodón (la mopa). Estas fajas se escurrían en un cubo con unos rodillos que se accionaban por medio de un pedal”, detalla el escritor David Zurdo.
La idea le vino a tras observar por casualidad un sistema para limpiar el aceite de los aviones que caía al suelo empujando una bayeta con un palo. Aquel militar riojano pensó que esa técnica era mejorable y se podría aplicar también en cualquier otro ámbito, como en los hogares.
Captura de pantalla de Revista Española de Defensa
La jeringuilla desechable: Manuel Jalón
Dos décadas después, Jalón también fue el creador de la jeringuilla desechable, esa que tanto se usó para vacunar a la población contra el COVID-19 y que a día de hoy se sigue usando para administrar vacunas, antibióticos, analgésicos y otros tratamientos de manera rápida y segura.
Con la jeringuilla desechable, Jalón marcó un antes y un después en la sanidad de todo el mundo. “Este invento ha salvado la vida de incontables personas al reducir las probabilidades de transmitir infecciones y aumentar la higiene en procesos como, por ejemplo, las vacunaciones o los análisis de sangre”, subrayan desde la Revista Española de Defensa.
El chupachups: Enric Bernat
El chupachups fue inventado por el catalán Enric Bernat en 1958. La idea surgió al imaginarse cómo sería comer un caramelo con un tenedor para que los niños evitaran mancharse las manos al comer caramelos. Bernat pensó que una buena solución sería crear un caramelo con palo. El primer “caramelo con palo” se llamó Gol y sus sabores eran: fresa, limón, naranja, cola y menta.
No adoptaría el nombre de “Chupa Chups” hasta 1963 y su famoso logo fue diseñado seis años más tarde nada menos que por Salvador Dalí, lo que añadió un toque icónico al invento que se convirtió en todo un fenómeno global. De hecho, el chupachups fue el primer caramelo que se consumió en el espacio. Según el escritor David Zurdo, en 1995, varios “ejemplares” provenientes de la fábrica rusa se pusieron en órbita desde el cosmódromo de Baikonur, con destino a la estación espacial MIR.
El traje espacial: Emilio Herrera
Emilio Herrera Linares, un granadino nacido en 1879, fue una figura clave en la historia de la aviación y la tecnología española. Como general de la aviación y reconocido ingeniero, dejó una huella imborrable en diversos campos. Sin embargo, es especialmente recordado por su revolucionario invento: la «escafandra estratonáutica«, como llamó a su prototipo de traje espacial presurizado, que anticipó en décadas las tecnologías utilizadas en los actuales trajes de astronauta.
Herrera Linares, quien también llegó a ser presidente del Gobierno de la Segunda República Española en el exilio, creó un traje de seda vulcanizada alrededor de 1930. Fue el primer presurizado de la historia, cuyo hermetismo fue curiosamente probado en el baño del piso que Herrera tenía en Sevilla.
Captura de pantalla de Astrosafor
El futbolín: Alejandro Finisterre
Alejandro Finisterre es conocido como el inventor del futbolín, el popular juego de mesa inspirado en el fútbol. Finisterre, un poeta gallego, ideó este juego en 1937 tras ser herido en la Guerra Civil española. Según narra el filólogo José Manuel González Freire en este artículo publicado en la UNAM, su objetivo era permitir que otros niños heridos pudieran disfrutar de una versión del fútbol.
Aunque existen versiones similares en otros países y a quien asegura que el futbolín ya existía en Gran Bretaña, Finisterre patentó su diseño en España, y su invención se convirtió en un símbolo de creatividad en tiempos de dificultad.
Fuentes
Grandes y pequeños inventos españoles – David Zurdo
Instituto de Historia y Cultura Naval