“¿Te has preguntado alguna vez si tu hijo puede ser autista?” Así comienzan muchos vídeos en redes sociales que difunden principalmente padres o madres en los que se informa de supuestos “indicios tempranos de autismo” en bebés de pocos meses de vida. Mucho cuidado si encuentras este tipo de contenidos en redes sociales. La difusión y visión de esos vídeos puede ser peligrosa, puesto que no están respaldados por información veraz ni rigurosa.
“Muchos se basan en mitos o señales no validadas, lo que puede generar confusión y ansiedad en las familias. Además de llevar a diagnósticos erróneos que hacen que los padres malinterpreten signos en sus bebés, provocando falsas alarmas o, por el contrario, ignorando señales reales que requieren atención”, explica María Verde, psicóloga del área de Investigación de Autismo España.
En este artículo, recurrimos a fuentes expertas y autorizadas para disipar las dudas sobre esta condición y la importancia de un diagnóstico temprano.
¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?
María Verde, psicóloga del área de Investigación de Autismo España, explica a INFOVERITAS que se trata de una condición del neurodesarrollo que afecta a la configuración del sistema nervioso y el funcionamiento personal. “Concretamente, afecta a dos ámbitos de funcionamiento: la comunicación e interacción social y la flexibilidad de la conducta”, puntualiza.
Así, las personas autistas pueden tener problemas para relacionarse, comunicarse, comprender las interacciones sociales, las emociones o el lenguaje tanto verbal como no verbal. También suelen presentar conductas rígidas, repetitivas y mostrar intereses muy focalizados, además de presentar un procesamiento sensorial específico. De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente uno de cada 100 niños tiene autismo.
Sin embargo, es un espectro muy amplio, “que se manifiesta de manera diferente en cada niño en función del sexo, la capacidad cognitiva y el contexto, entre otras variables”, señalan desde el hospital infantil Sant Joan de Déu de Barcelona.
En la teoría, se clasifica en función de tres niveles basados en la escala DSM-5: nivel 1, requiere apoyo; nivel 2, requiere apoyo sustancial; y nivel 3, requiere apoyo muy sustancial. No obstante, en la práctica cotidiana, explica María Verde, estas etiquetas tienden a diluirse. “Solemos hablar simplemente de las necesidades de apoyo: hay personas con muchas necesidades, personas con pocas necesidades y personas con algunas necesidades de apoyo”.
Sobre las causas de esta condición, la evidencia científica disponible indica la existencia de múltiples factores, “entre ellos los genéticos y ambientales, que hacen más probable que un niño pueda tener autismo”, destacan desde la OMS.
Cuidado con los indicios tempranos, porque no confirman un diagnóstico de TEA
María Verde explica que, desde los 12 meses, las familias y profesionales pueden detectar señales tempranas de autismo. “Si bien no siempre son evidentes y esto provoca que haya muchos niños y niñas que no son identificados hasta los 3 años”, especifica. Entre esos indicios tempranos, la experta enumera los siguientes: “dificultades para utilizar la mirada como forma de comunicación, la escasez de gestos y conductas comunicativas, la emisión de pocos sonidos o palabras, la falta de respuesta al nombre o la búsqueda o rechazo de determinada estimulación sensorial”.
No obstante, detectar estas señales no confirma un diagnóstico de TEA. “Estas primeras señales tempranas son, en general, indicativas de que es preciso vigilar y apoyar el desarrollo, pero no necesariamente indican de forma unívoca que el niño o niña manifestará autismo. Hay algunas conductas que se asemejan a las que muestran niños y niñas con trastorno específico del lenguaje, déficit de atención e hiperactividad u otros, de modo que es muy importante que reciban un buen diagnóstico diferencial y una vigilancia detallada de su desarrollo”, explica Verde.
Ante la duda, lo mejor es consultar con el pediatra del niño para ser derivados lo antes posible y obtener una evaluación especializada y confirmar o descartar el diagnóstico.
¿Pueden ayudar los contenidos en redes sociales a detectar si mi hijo tiene un TEA?
No, nunca. De hecho, estos contenidos son muy peligrosos. Para empezar, los elaboran padres y madres y no fuentes autorizadas y no están respaldados por información veraz y basada en evidencia científica.
“Muchos se basan en mitos o señales no validadas, lo que puede generar confusión y ansiedad en las familias, además de llevar a diagnósticos erróneos que hacen que los padres malinterpreten signos en sus bebés, provocando falsas alarmas o, por el contrario, ignorando señales reales que requieren atención. También pueden fomentar el sensacionalismo y la estigmatización del autismo, en lugar de promover una comprensión basada en la neurodiversidad. Además, seguir consejos sin fundamento puede hacer que las familias pierdan tiempo y recursos valiosos en lugar de acudir a profesionales cualificados”, expresa tajante Verde.
La experta insiste en que para informarse de manera adecuada se debe acudir siempre “a profesionales de referencia especializados en materia de autismo, a la red del movimiento asociativo del autismo, y consultando fuentes especializadas y respaldadas por la evidencia científica”.
¿Por qué es importante realizar un diagnóstico temprano?
Una detección precoz garantiza una intervención temprana, que apoya el desarrollo desde los primeros momentos de vida, lo que “mejora el pronóstico de calidad de vida de los niños en el largo plazo”, señala esta psicóloga.
De hecho, es posible diagnosticar autismo aproximadamente a partir de los 15 meses. Por ello, los controles que realiza el pediatra en los primeros años son fundamentales. “En principio, en los protocolos de seguimiento del niño sano, se recomienda de forma general que se preste atención al desarrollo socio-comunicativo y, en casos de sospecha, se recomienda un cribado para detectar posibles signos de autismo. También en aquellos casos de niños con familiares autistas o con circunstancias que les predisponen más (ej. prematuridad, síndromes genéticos, etc.) la recomendación es aplicar pruebas específicas para la detección del autismo”, concluye María Verde, psicóloga del área de Investigación de Autismo España.
No obstante, como es una condición que acompaña a la persona toda su vida, se puede recibir un diagnóstico en cualquier momento del ciclo vital.
Fuentes
Declaraciones de María Verde, psicóloga del área de Investigación de Autismo España
Página web de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Hospital infantil Sant Joan de Déu de Barcelona