El próximo 5 de noviembre, martes, se celebrarán las elecciones en Estados Unidos. Los candidatos a presidir el país norteamericano son la actual vicepresidenta Kamala Harris, por el Partido Demócrata, y el expresidente Donald Trump, por el Partido Republicano. Aunque son unos comicios que tienen repercusión en todo el mundo, el sistema electoral estadounidense para elegir presidente es bastante desconocido.
El método de voto en EE. UU. tiene varias particularidades: la necesidad de estar inscrito para poder votar (excepto en Dakota del Norte) y el Colegio Electoral. No es un lugar físico, sino un proceso por el que se elige a los presidentes estadounidenses, explican desde la web Gobierno de Estados Unidos. Este sistema se compone de una figura denominada electores. Cada Estado tiene un número determinado de electores; en total, hay 538.
Cosme Ojeda, profesor de América Hoy en la Facultad de Derecho y Relaciones Internacionales y de Opinión Pública en la Facultad de Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, explica que “el candidato que gana el voto popular recibe todos los votos electorales de ese estado”. Los aspirantes necesitan reunir un total de 270 electores para lograr acceder a la Casa Blanca como presidentes.
Dada la complejidad del sistema electoral y el calado de las elecciones estadounidenses, desde INFOVERITAS te damos todas las claves para entender cómo se elige a los presidentes de EE. UU.
El Colegio Electoral, una pincelada histórica
El profesor Cosme Ojeda cuenta que el Colegio Electoral se estableció en la Constitución de EE. UU. por varios motivos. “Fue un compromiso entre quienes querían la elección popular del presidente y quienes preferían una selección por el Congreso. También pretendía equilibrar los intereses de los Estados individuales con el interés nacional”, comenta.
Desde el punto de vista práctico, en 1787 (año de creación de la Constitución, informan desde la Casa Blanca), era poco funcional realizar una votación popular “debido a la falta de métodos de comunicación fiables. Y se tuvo también en cuenta la esclavitud, ya que el sistema daba más influencia a los Estados del sur con una gran población de esclavos (que no podían votar)”.
El sistema electoral en EE. UU. se basa en esta particularidad. Cada Estado tiene asignado un número determinado de electores, las figuras que componen el Colegio Electoral. Este número es igual al total de senadores y representantes en el Congreso. En total hay 538 electores, 435 del Congreso, 100 del Senado y tres para la capital del país, Washington DC.
Para ser elegidos presidentes, los candidatos necesitan un mínimo de 270 votos electorales. “En la época de Lincoln solo se necesitaban 180 y fue el único candidato al que solo apoyaron electores de los Estados del norte”, concluye.
Los electores
El Colegio Electoral se compone de electores, que son elegidos, en una lista de posibles electores, en cada Estados por los partidos políticos. No obstante, esta elección en diferente en cada Estado, destacan desde la web del Gobierno de Estados Unidos.
En general, el proceso de elección de los electores se divide en dos partes, aseveran desde los Archivos Nacionales de EE. UU. El primer paso es la mencionada elección por parte de los partidos políticos, que se produce antes de los comicios. El segundo se produce durante la votación; las personas seleccionan los electores de su región cuando votan.
Estos electores se asignan a cada Estado según su representación en el Congreso (compuesto por el Senado y la Cámara de Representantes): dos porque cada región tiene dos senadores y un número de votos equivalente al número de representantes en la Cámara. En la web de las elecciones estadounidenses ejemplifican con el caso de Arizona. Arizona cuenta con nueve distritos en el Congreso (este número se basa en la población), es decir, nueve representantes, a lo que hay que sumar los dos electores por los dos senadores. Por lo tanto, Arizona tiene un total de 11 electores.
En el momento en que los candidatos a presidente presentan la documentación para ser aspirantes, también deben presentar un formulario de nominación para ellos mismos, los vicepresidentes y sus electores. Siguiendo con el ejemplo de Arizona, los votantes de dicho Estado verán en su voto a los candidatos presidenciales, los vicepresidentes y sus 11 electores. “Arizona tiene un ganador que toma todas las asignaciones, lo que significa que cualquier candidato recibe el mayor número de votos recibe los 11 votos electorales”, explican.
Tras depositar el voto para elegir a los presidentes, este pasa a un conteo estatal. En la mayoría de los Estados el ganador consigue todos los votos. Así, los candidatos necesitan un mínimo de 270 electores, más de la mitad, para ser elegidos. “Por lo general se proyecta al ganador la noche de las elecciones en noviembre, cuando termina el conteo de los votos de los ciudadanos. Pero la decisión final viene con los votos del Colegio Electoral, a mediados de diciembre cuando los electores se reúnan en sus estados”, destacan.
Elegir al presidente de EE. UU.
El profesor Cosme Ojeda explica que a cada Estado le corresponde una cantidad de votos electorales, “aproximadamente en consonancia con el tamaño de su población. California es el que más tiene, con 54, mientras que un puñado de estados poco poblados como Wyoming, Alaska y Dakota del Norte (y la capital) tienen el mínimo de tres”.
“Cuando los estadounidenses votan a un presidente, en realidad están votando a los electores de su estado”, afirma. De hecho, en 48 estados y en la capital, el candidato que gana el voto popular “recibe todos los votos electorales (el ganador se lo lleva todo; winner-takes-it-all). Los estados de Maine y Nebraska utilizan un sistema de distritos, asignando dos votos electorales en función del ganador estatal y un voto electoral al ganador de cada distrito del Congreso”.
En caso de que ningún candidato supere los 270 votos electorales, es la Cámara de Representantes el organismo que elige al presidente, apunta Ojeda.
Ventajas y desventajas del Colegio Electoral
Para el experto Cosme Ojeda, el sistema electoral de Estados Unidos tiene ventajas y desventajas. Entre las primeras se encuentra la garantía de que los Estados más pequeños “sigan siendo importantes para los candidatos (lo mismo que Soria en España, que siendo la provincia menos poblada tiene 2 diputados en el Congreso)”. Asimismo, facilita que los candidatos se centren en los principales Estados indecisos “y simplifica los posibles recuentos”.
Sin embargo, este experto también señala algunas desventajas. Por ejemplo, “que el ganador del voto popular puede perder las elecciones (como ocurrió con Trump en 2016, que obtuvo 2,9 millones de votos menos que Hillary Clinton; y como puede volver a ocurrir en 2024), o que algunos votantes sienten que su voto individual no importa y que el poder en los estados indecisos es desproporcionado”.
A pesar de este debate, un posible cambio de sistema requeriría una enmienda constitucional.
Fuentes
Declaraciones de Cosme Ojeda, profesor de América Hoy en la Facultad de Derecho y Relaciones Internacionales y de Opinión Pública en la Facultad de Comunicación de la Universidad CEU San Pablo
Web Gobierno de Estados Unidos