Ayer, 1 de febrero, la Dirección de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha informó de un brote de tos ferina en Guadalajara que afectaba a 124 personas. De acuerdo con lo expuesto por la Cadena SER en su crónica de ayer, este brote se ha dado principalmente en el ámbito escolar, dado que la mayoría de casos ha surgido en niños de entre 5 y 13 años.
A grandes rasgos la tos ferina es una enfermedad respiratoria infecciosa causada por una bacteria que cursa, principalmente, mediante accesos o golpes violentos de tos a los que les sigue una inspiración profunda y prolongada, ya que los pulmones se vacían de aire. Esta respiración profunda va acompañada de un ruido característico provocado por el estrechamiento de la faringe.
Pero ¿cómo se reconoce la enfermedad? ¿Cómo se trata? Desde INFOVERITAS te damos todas las claves.
¿Qué es la tos ferina?
La tos ferina, como se ha dicho, es una enfermedad respiratoria infecto-contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis, de acuerdo con lo expuesto por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). La patología cuenta con un período de incubación asintomático que dura entre una y dos semanas, señalan desde la Clínica Universidad de Navarra.
Esta bacteria se adhiere a los cilios “pequeñas extensiones parecidas a vellos”, explican desde los CDC, del aparato respiratorio superior. Estos organismos liberan una toxina que daña a los cilios y hace que se inflamen las vías respiratorias.
La forma de contagio de la enfermedad es por vía aérea. Estas bacterias “se propagan fácilmente” por el aire. Cuando un afectado de tos ferina tose o estornuda, puede liberar partículas con la Bordetella pertussis, que son respiradas por otras personas. También se puede contagiar por contacto prolongado.
¿Con qué síntomas cursa?
Tras el período asintomático de incubación, la Clínica Universidad de Navarra establece otra fase, la catarral. Se trata de otras dos semanas con síntomas inespecíficos de resfriado, como estornudos, lagrimeo, tos leve, seca e irritativa o rinitis; también puede darse febrícula. Así, esta tos se va intensificando, especialmente por la noche, y puede llegar a provocar vómitos. Este síntoma puede provocarse con estímulos leves.
Posteriormente, se entra en el período que la clínica denomina convulsivo, durante unas cuatro o seis semanas. Aquí la tos se vuelve “paroxística”, es decir, de golpes o accesos violentos y continuados. La persona afectada puede notar que va a tener un ataque de tos, aun encontrándose bien, y realiza una inspiración de aire profunda. El golpe de tos dificulta la respiración, por lo que el rostro del paciente va tornándose rojo y llorosos los ojos. Cuando pasa la crisis, vuelve a realizar una respiración profunda que provoca el ruido característico al pasar el aire por una faringe estrechada.
¿Quién puede contraer la tos ferina?
Según recoge el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, esta enfermedad puede contraerse a cualquier edad. Además, desde esta institución aclaran que los niños que no han llegado a la edad de vacunación y las personas que no han completado la pauta de vacunación primera tienen un mayor riesgo de contraer “la versión más severa” de la tos ferina.
En este sentido, de acuerdo con los datos del Informe epidemiológico sobre la situación de la tos ferina en España, 2005-2020, elaborado por el Instituto de Salud Carlos III en julio de 2022, la incidencia de esta patología en 2020 fue de 1,61 casos por cada 100.000 habitantes, con 761 casos diagnosticados. Ese mismo año hubo 201 hospitalizaciones y un fallecimiento por tos ferina.
Cabe destacar que el año de esta serie con mayor incidencia y más casos, hospitalizaciones y fallecimientos fue 2015. Aquel año hubo 9.234 casos, con una incidencia de 19,88 por cada 100.000 habitantes, 1.492 hospitalizaciones y ocho muertes (este último dato, igual que en 2011). El año con menos casos fue 2005, con 366; en 2006 no hubo fallecimientos.
¿Cuál es el tratamiento?
En la web oficial del Gobierno de la Comunidad de Madrid especifican que el principal tratamiento es la toma de antibióticos. “Los jarabes para la tos, los expectorantes y los antitusígenos por lo general no se suelen utilizar al ser de eficacia dudosa. No obstante, serán los profesionales sanitarios quienes pongan el tratamiento individual en cada caso”, destacan.
En este sentido, enfatizan que la vacuna es la mejor forma de prevenir la tos ferina. Esta se administra durante la infancia, en función del calendario de vacunación. Además, “para la protección a los recién nacidos, el grupo de población que puede padecer los casos más graves de esta enfermedad, es fundamental la vacunación durante el embarazo”, concluyen.
Fuentes
Web del Gobierno de Castilla-La Mancha
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
Clínica Universidad de Navarra