La pandemia del COVID-19 ha evitado que se hable de otras enfermedades. Sin embargo, en las últimas semanas hay una preocupación palpable por la bronquiolitis, una afección respiratoria especialmente virulenta en niños menores de dos años que suele presentarse en otoño y alcanza su punto álgido en invierno.
No obstante, este año, los expertos han percibido algunos cambios: la enfermedad se ha adelantado unas semanas respecto a su estacionalidad habitual. David Andina, vocal de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), señala llevan viendo casos «desde octubre”, un mes antes de lo habitual. Respecto a las causas de este adelanto, el experto señala que no las conocen con seguridad.
Debido al actual aumento de casos de bronquiolitis en las últimas semanas, INFOVERITAS ha hablado con expertos para responder a las dudas que suscita esta enfermedad:
¿Qué causa la bronquiolitis?
La bronquiolitis es una infección de los pulmones y del aparato respiratorio, que en adultos causa un simple leve resfriado, pero que en bebés lactantes es mucho más virulenta porque sus pulmones y su sistema inmunitario no está completamente desarrollado. La enfermedad causa “inflamación y congestión en las pequeñas vías respiratorias (bronquiolos) del pulmón” apuntan desde la Clínica Mayo, ubicada en Estados Unidos.
Desde la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP) señalan que puede ser causada por varias clases de virus. “El más frecuente es el denominado Virus Respiratorio Sincitial, conocido comúnmente por sus siglas VRS”, destacan desde este organismo. Otros virus menos frecuentes son el virus de la gripe, parainfluenza, adenovirus y metapneumovirus.
¿Cuáles son los síntomas de la bronquiolitis?
David Andina, vocal de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) explica que los primeros días cursa como un catarro. Los síntomas son similares a los de un resfriado: tos, mucosidad, fiebre…
Sin embargo, si estos síntomas se estacionan en el tiempo y los niños evolucionan con dificultad respiratoria, respira más deprisa y con dificultad, se le marcan las costillas y el abdomen le sube y le baja de manera exagerada, y se ensanchan las fosas nasales, y a tener la respiración ruidosa, con sibilancias, hacer un sonido como un silbido de tono alto al respirar, o un sonido más grave o de burbujeo (roncus o estertores).
Todo esto ocurre porque sus bronquios están obstruidos por la inflamación y por el moco que segrega la propia enfermedad. “En estos casos es importante acudir al médico”, apunta Andina. También si el niño está irritable o adormilado.
Cuando son bebés muy pequeños, el experto recomienda permanecer atento a las tomas. “Si no hace bien las tomas y no moja el pañal es un signo de alerta”.
¿A quién afecta más?
El doctor Andina señala que, a menor edad, existe más riesgo de contraer la enfermedad, “especialmente si el bebé tiene menos de seis meses” o si es prematuro. Además, recuerda que el menor puede volver a contagiarse.
¿Qué tratamientos existen para curar la bronquiolitis?
En la actualidad, no existe ningún medicamento que facilite la curación de la bronquiolitis. David Andina recuerda que no se trata con antibióticos, ya que no es una bacteria la causante de la infección, ni jarabes para la tos, mucolíticos o descongestionantes nasales. “No hay evidencia científica de que la bronquiolitis mejore con fármacos como salbutamol o adrenalina o con suero salino hipertónico inhalado ni de que los corticoides orales, inyectados o inhalados sean efectivos en la bronquiolitis”, apunta.
La mayor parte de las bronquiolitis evolucionan bien y el niño no requiere hospitalización. Sólo son necesarias medidas de soporte, para ayudar a mejorar los síntomas: realizar lavados nasales, beber mucho líquido y mantener al niño incorporado para ayudarle a respirar mejor. Lo habitual es que dure entre siete y 10 días.
Desde la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP) señalan que en casos más graves, se puede requerir el ingreso del niño. Las medidas son similares a las expuestas. Sin embargo, pueden requerir la administración de oxígeno.
¿Cómo evitar el contagio?
La bronquiolitis se contagia como un resfriado, a través de contacto cercano con saliva o moco, también, y esto es muy importante, por las manos. Por ejemplo, cuando alguien estornuda, ríe o al entrar en contacto con objetos contaminados, como un pañuelo o juguetes.
Para prevenir el contagio, las medidas más eficaces son el lavado de manos y mantener el uso de las mascarillas. Si se tienen síntomas de catarro, evitar acercarse a bebés lactantes. En caso de que el niño ya esté contagiado, lo recomendable es no llevarlo a la guardería para evitar que el virus se expanda.
Fuentes
Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP)
Declaraciones de David Andina, vocal de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP)