Los problemas cardíacos son cosa de hombres, las enfermedades cardíacas no se pueden prevenir o fumar poco no daña al corazón. Como demuestran estas frases, los mitos y las falsas creencias sobre este órgano son abundantes, provocando el diagnóstico tardío de muchas enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte.
Con motivo del Día Mundial del Corazón, INFOVERITAS ha contactado con varios expertos para desmentir los bulos más frecuentes y proteger a este órgano mucho mejor.
Mito 1. Las afecciones cardiacas sólo afectan a los hombres
El riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular es “igual en hombres que en mujeres”, señala Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC). Sin embargo, las mujeres no son conscientes del riesgo por la creencia popular de que este tipo de patologías son más habituales en el género masculino.
El doctor Íñiguez señala que estas enfermedades son la primera causa de mortalidad en las mujeres, por encima del cáncer de mama. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 fallecieron 11.531 mujeres por enfermedades isquémicas del corazón, mientras que por este tipo de tumor fallecieron 6.572 mujeres, recoge Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Para reducir esta brecha, las guías de prevención actuales contemplan las diferencias fisiológicas, patológicas y clínicas relacionadas con el género e incluyen la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (volumen eyectado por el ventrículo izquierdo hacía la aorta), las reacciones adversas a los medicamentos, las tendencias en los factores de riesgo y la conciencia de enfermedad cardiovascular, señalan a INFOVERITAS Isaac Moll Adrián, presidente de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología y Concepción Fernández Redondo, directora web de este organismo.
La doctora Rebeca Mata Caballero, médico adjunta del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Getafe, explica que las mujeres tienden a presentar más a menudo síntomas atípicos y tienden a presentarse más tarde que los hombres. «Por lo tanto, es importante mantener un alto grado de concienciación sobre el infarto de miocardio en mujeres con síntomas potenciales de isquemia», señala.
Finalmente, los expertos también destacan que en los últimos años existe mayor concienciación sobre la importancia de realizar chequeos después de la menopausia.
Mito 2. Tras un ataque al corazón se debe evitar hacer ejercicio
Todo lo contrario, el movimiento protege el corazón. De hecho, la doctora Rebeca Mata precisa que «el ejercicio físico es fundamental en la rehabilitación de los pacientes con cardiopatía, incluso en los que han sufrido un infarto de miocardio. En estas situaciones, el más beneficioso es el ejercicio físico aeróbico».
No obstante, tras un infarto de miocardio la incorporación al ejercicio físico debe ser progresiva y adaptada a cada paciente, siendo la recomendación general 30-60 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada al menos 5 días por semana.
“El entrenamiento físico tiene muchos otros efectos potencialmente beneficiosos, incluida la mejora de la función endotelial y la reserva de flujo miocárdico (básicos en la prevención de infarto de miocardio), una reducción del peso corporal (índice de masa corporal), un descenso del nivel de lípidos (colesterol y triglicéridos) en sangre y control de las cifras de tensión arterial. Además, se ha visto que tiene efectos de mejora sobre la depresión y la ansiedad y aumenta la calidad de vida en pacientes cardíaco”, dicen Isaac Moll Adrián, presidente de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología y Concepción Fernández Redondo, directora web de este organismo.
Mito 3. No se puede hacer nada para prevenir una enfermedad cardiovascular
Aunque algunos factores no se pueden cambiar, como los antecedentes familiares, el sexo o la edad, sí se pueden adoptar ciertos hábitos para reducir el riesgo de sufrir estas patologías. Desde la Clínica Mayo ofrecen las siguientes recomendaciones:
– No fumes
– Muévete. Realiza actividad física entre 30 y 60 minutos al día
– Duerme ocho horas al día.
– Controla el estrés
– Reduce el consumo de alcohol al máximo
– Mantén una dieta saludable. Para ello es aconsejable disminuir la ingesta de grasas:
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- reducir las grasas saturadas (lácteos enteros, quesos, carnes, mantequilla o aves) y reemplazarlas parcialmente por insaturadas (aceite de oliva y los frutos secos) y polinsaturadas: omega 3 (sardinas, salmón, jurel y caballa) y omega 6 (semillas y cereales), sal, azúcar e hidratos de carbono procesados, y también se recomienda aumentar la ingesta de fruta, verdura y de fibra.
– Evita respirar aire contaminado. En la página web de la Federación Española del Corazón calculan que en España se producen ya cerca de 16.000 muertes ligadas a la contaminación. Se estima que, si una ciudad de las dimensiones de Madrid o Barcelona redujera el nivel de contaminación al recomendado a nivel internacional, se disminuiría en 1.800 el número anual de ingresos hospitalarios por enfermedad cardiovascular y respiratoria y en 3.500 el número de muertes.
– Realiza exámenes médicos de manera regular y ante la duda consulta siempre a los expertos
Mito 4. Fumar poco no afecta al corazón
La mayoría de las personas conocen el vínculo entre el tabaco y el cáncer de pulmón. Sin embargo, la sociedad es poco consciente del daño que los cigarrillos provocan al corazón. Desde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos explican que cada vez que alguien da una calada a un cigarrillo inhala la mezcla tóxica de más de 7,000 químicos que interfieren en el funcionamiento del cuerpo, entre ellos el transporte de sangre rica en oxígeno al corazón y al resto del cuerpo, lo que puede desembocar en una enfermedad cardiovascular.
Las cifras que ofrece la AEEC ilustran la magnitud del drama: “Un fumador de por vida tiene un 50% de probabilidad de morir por fumar, y en promedio perderá 10 años de vida. El riesgo de enfermedad cardiovascular en fumadores < 50 es cinco veces mayor que en no fumadores.”
¿Solución? Dejar de fumar es potencialmente la más eficaz de todas las medidas preventivas. “Si dejamos de fumar, el riesgo de sufrir este tipo de enfermedades se iguala con el de las personas no fumadoras”, apostilla Andrés Íñiguez, presidente de la FEC.
Mito 5. Las enfermedades cardíacas sólo afectan a personas mayores
A mayor edad, más riesgo. Lo más habitual es que estas enfermedades se presenten en personas mayores de 65 años, pero esto no significa que los jóvenes se despreocupen de la salud de su corazón. En la aparición de esta enfermedad influyen factores como el sexo, en las mujeres estas enfermedades aparecen de media 10 años más tarde, el tipo de patologías o el estilo de vida del individuo. Por tanto, personas jóvenes también pueden sufrir este tipo de patologías.
Mito 6. Las enfermedades cardiacas no presentan signos de alarma
Puede que nunca experimente síntomas, pero en la mayoría de ocasiones el cuerpo manda mensajes de alarma para alertar de que el corazón no funciona bien. Es habitual tener dolor torácico o molestias en el pecho, mareos, fatiga, respiración entrecortada… Ante la detección de estos síntomas, «lo más aconsejable es acudir al médico para estudiar el caso y, en caso de que sea necesario, poner el tratamiento correspondiente», apunta Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón.
Fuentes
Fundación Española del Corazón (FEC)
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos
Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)
Instituto Nacional de Estadística (INE)
Declaraciones de Andrés Íniguez, presidente de la Federación Española del Corazón (FEC)
Declaraciones de Isaac Moll, presidente de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC), y Concepción Fernández Redondo, directora web de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología
Declaraciones de Rebeca Mata, médico adjunta del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Getafe