Poco tiempo después de que las vacunas contra el COVID-19 comenzaran a comercializarse, empezó a circular el bulo de que las vacunas de ARNm, como las fabricadas por Pfizer y Moderna, pueden causar ‘turbo cáncer’.
El ‘turbo cáncer’ es un término inventado para describir el fenómeno falso de que las vacunas contra el COVID-19 causan y aceleran cánceres anormalmente agresivos. Para apoyar esta teoría de la conspiración se basan en los datos de incidencia de diferentes organismos internacionales que prueban que en los últimos años las tasas de cáncer están en aumento, sobre todo en personas jóvenes.
Desde entonces, este bulo persiste en el tiempo. De hecho, hace unas semanas la desinformación volvió a circular a gran velocidad a raíz de las publicaciones que difunden las palabras de un oncólogo británico que asegura que Kate Middleton, princesa de Gales, tiene un ‘turbo cáncer’ causado por las vacunas contra el COVID-19.
El término ‘turbo cáncer’ no existe
Para empezar, el término ‘turbo cáncer’ no existe. Fue inventado por los difusores de esta teoría de la conspiración para describir el fenómeno falso de que las vacunas contra el COVID-19 causan y aceleran cánceres anormalmente agresivos. Se trata, por tanto, de una expresión inventada por promotores de la desinformación sobre vacunas para crear alarma y miedo que confunde correlación con causalidad.
Es más, a fecha de publicación de este artículo no existe ninguna vinculación entre las vacunas contra la COVID-19 y el cáncer. Así lo confirman instituciones como el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos: “No hay pruebas de que las vacunas contra la COVID-19 causen cáncer, recidiva o progresión de la enfermedad. Es más, las vacunas contra la COVID-19 no cambian el ADN (es decir, el código genético).”
En la misma línea desmiente esta relación la Asociación Americana contra el Cáncer: “No hay información que sugiera que las vacunas para el COVID-19 causen cáncer. Tampoco existe información que sugiera que estas vacunas puedan aumentar el cáncer o su recurrencia (que vuelva).”
Las vacunas protegen contra el cáncer, no lo causan
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) indica que “casi uno de cada cinco casos de cáncer en el mundo los producen bacterias, virus y otros agentes infecciosos.” En ese contexto, estar al día de las vacunas es una manera eficaz de prevenir algunas de las infecciones que pueden causar estos virus y, por tanto, de prevenir en la medida de lo posible el cáncer.
“La hepatitis B es una enfermedad causada por la infección del VHB, que puede producir cáncer de hígado, fibrosis hepática, insuficiencia hepática e incluso la muerte. El VHB daña el hígado: cuanto más dure la infección, mayor es la probabilidad de tener cáncer de hígado. Si se tiene hepatitis B crónica, el consumo de alcohol o la coinfección por el virus de la hepatitis C aumenta sustancialmente el riesgo de tener cáncer de hígado”, resaltan desde el organismo.
Por otra parte, el VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente. En la mayoría de los casos, la infección no produce síntomas y desaparece por si sola. “En otras ocasiones, produce verrugas genitales y puede llegar a producir cáncer de cuello uterino, vulva, vagina, pene o ano. No debemos olvidar que el virus también puede infectar la garganta, lo que implica que también puede producir cáncer orofaríngeo”, puntualizan.
Entonces, ¿por qué hay un aumento de las tasas de cáncer?
Sí es cierto que en los últimos años se ha producido un aumento de las tasas de cáncer. No obstante, ese incremento no guarda relación con las vacunas contra el COVID-19. La causa del aumento de los casos de aparición temprana es todavía una gran desconocida y es probable que sea multifactorial
Desde Global Vaccine Data Network, un consorcio de organismos de investigación para estudiar a nivel mundial la seguridad de las vacunas que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que el aumento de las tasas de cáncer entre las generaciones recientes sugiere una mayor exposición a factores cancerígenos en la vida, “posiblemente debido al estilo de vida y los cambios ambientales. Los cánceres relacionados con la obesidad (por ejemplo, colorrectal, uterino, pancreático) son prominentes, alineándose con el aumento de las tasas de obesidad y las condiciones metabólicas asociadas. “
Otros factores que contribuyen pueden incluir cambios en la dieta (por ejemplo, aumento de los alimentos procesados), estilos de vida sedentarios, microbiomas alterados, cambios reproductivos y consumo de alcohol. Los cambios ambientales, como el aumento de la exposición a los productos químicos, también pueden desempeñar un papel. Finalmente, una mejor detección y un diagnóstico temprano pueden explicar en parte el aumento de la incidencia de ciertos cánceres.
INFOVERITAS verifica que…
Es falso que las vacunas contra el COVID-19 causen ‘turbo cáncer’. De hecho, el término no existe. Ha sido inventado por los difusores de desinformación para generar alarma contra las vacunas.
Fuentes
Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)