La III Cumbre Global sobre Desinformación, celebrada en septiembre de 2023 y organizada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Proyecto Desconfío (Argentina) y la Fundación para el Periodismo (Bolivia), reunió a expertos y líderes en un foro crucial para abordar la creciente amenaza de la desinformación en el mundo actual. En la declaración resultante, se destacan varios puntos fundamentales:
En primer lugar, la desinformación se reconoce como un fenómeno global que socava los fundamentos de las sociedades democráticas al obstaculizar el sano debate de ideas y la formación de consensos.
Se subraya la necesidad de que gobiernos y organismos multilaterales asuman la responsabilidad de combatir la desinformación, promuevan la transparencia y el acceso a información confiable.
Se insta a las grandes plataformas tecnológicas a desempeñar un papel activo en la lucha contra la difusión de contenidos desinformativos, superando las deficiencias que se han evidenciado en este ámbito.
Por último, se destaca el rol esencial de la alfabetización mediática como una herramienta fundamental para fortalecer a las sociedades y reducir la circulación de narrativas desinformadoras.
Las entidades organizadoras de la Cumbre Global sobre Desinformación enfatizan la necesidad de un enfoque integral en la lucha contra la desinformación, que involucre a gobiernos, medios de comunicación, plataformas tecnológicas y la sociedad en su conjunto para abordar eficazmente el desafío de la desinformación en las democracias contemporáneas; y consideran:
- La desinformación es un fenómeno global que conspira contra las sociedades democráticas, perjudicando el debate de ideas y la búsqueda de consensos. La desinformación empaña los procesos electorales.
- Los gobiernos deben combatir la desinformación y desalentar las prácticas que fomentan la circulación de mentiras y engaños. Los gobiernos no deben constituirse como jueces de la verdad, ni utilizar su poder de amplificación para propagar información falsa o engañosa.
- Las campañas de difamación a medios y periodistas por parte de gobiernos deben ser monitoreadas, denunciadas y sancionadas por parte de los organismos multilaterales, entidades públicas y organizaciones de la sociedad civil. Se requiere de un esfuerzo multidisciplinar para hacer frente a este tipo de hechos.
- Los gobiernos y organismos multilaterales deben comprometerse con la transparencia de los asuntos públicos y la defensa del derecho de acceso a información confiable. Se requieren políticas públicas integrales y eficientes que aborden la problemática.
- La industria de los medios debe recuperar la confianza de sus audiencias por medio de estrategias que den cuenta de prácticas transparentes en el tratamiento de la información. Las empresas periodísticas deben procurar la incorporación de metodologías que les permitan crear contenidos de calidad y elevar los indicadores de credibilidad de las noticias.
- Las grandes plataformas tecnológicas deben implementar acciones concretas y efectivas para frenar la circulación de contenidos falsos o engañosos, discursos de odio y teorías conspirativas. Sus medidas han demostrado ser insuficientes.
- Los medios de fact-checking así como los fact-checkers tienen un rol esencial en el análisis de los discursos públicos, en la identificación de patrones en el flujo de contenidos digitales, y en la distribución de información verificada a las audiencias.
- Existe un amplio acuerdo en la necesidad de incorporar pautas éticas en el uso de IA por parte de los medios de comunicación. Los actores involucrados necesitan mirar atentamente y evaluar el impacto de la IA en el periodismo.
- La estrecha vinculación entre las posibilidades que ofrecen las herramientas de IA y el fenómeno de la desinformación ha sido demostrada por diversos estudios en todo el mundo. Quienes abogan por la lucha contra la diseminación de información falsa y engañosa, deben comprometerse a investigar y fomentar el uso de las posibilidades que ofrece la IA en la detección temprana de piezas de desinformación.
- La educación es el arma más poderosa para transformar el mundo. Medios de comunicación, periodistas y actores comprometidos en la lucha contra la desinformación, deben promover y fortalecer las prácticas de alfabetización mediática en la sociedad para mitigar la circulación de narrativas desinformadoras.