Hoy es 23 de abril, el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor, según la UNESCO. En la web de la entidad se recoge que esta efeméride se celebra “para reconocer el poder de los libros como puente entre generaciones y culturas”. Se trata de una fecha muy simbólica, porque, de acuerdo con la institución, coincide con la que tradicionalmente se considera de la muerte de autores fundamentales como Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
El Día del Libro se celebra cada año, y cada año, desde 2001, se designa una ciudad como capital mundial del evento. Este año, la anfitriona es Río de Janeiro (Brasil), informan desde la UNESCO. Por lo tanto, ha habido, hasta ahora, 25 capitales del libro. Y la primera fue Madrid.
En este sentido, España ha estado involucrada en la celebración del Día del Libro desde su misma fundación. El promotor de la fecha fue Vicente Clavel Andrés, un escritor, periodista y editor valenciano. Pero la primera jornada no se llevó a cabo un 23 de abril, sino un 7 de octubre. Fue en 1926, y, hasta la actualidad, este día se celebra por real decreto. Acompáñanos a conocer la historia de esta iniciativa española para promocionar el libro.
Vicente Clavel Andrés y el Día del Libro
Vicente Clavel Andrés fue el promotor del Día del Libro. En su origen, la fecha comenzó llamándose Día del Libro Español, según el Ministerio de Cultura. Este organismo explica que este escritor y periodista estaba “fascinado por la figura de Cervantes, defensor a ultranza del acceso universal a la cultura, a él le debemos la promoción quijotesca y exitosa del Decreto del Día del Libro que en 1926 daría un auténtico espaldarazo al fomento de la lectura”.
En 1916 fundó la Editorial Cervantes en un contexto en el que surgían otras editoriales en Barcelona, algunas tan conocidas como Salvat o Espasa, y en el que se constituyen las cámaras del Libro de la Ciudad Condal (de la que Clavel fue promotor, según Antonio García Jiménez, de la Biblioteca Nacional de España) y de Madrid, “así como la posterior fusión de ambas en el Comité del Libro, hacen que la cultura, más que nunca, se convierta en un asunto de Estado”.
Siete años después, la Memoria de la Cámara del Libro ratifica que se está examinando la propuesta de Clavel de promocionar cada año, un día, la Fiesta del Libro Español. Finalmente, en 1925 la cámara respalda el proyecto y, al año siguiente, “de la mano del ministro de Trabajo don Eduardo Aunós, el rey la convierta en real decreto (decreto, por cierto, cuya redacción es obra del propio Vicente Clavel)”.
El primer Día del Libro
Fue el 7 de octubre de 1926, informan en el artículo de la Biblioteca Nacional de España. La razón: entonces “se pensaba que Cervantes había nacido ese día, pero en 1930 se cambió al 23 de abril por considerarse más segura la fecha de su muerte”. Con esto se puso en marcha una jornada con la que se pretendía “enaltecer las virtudes del libro y fomentar la lectura”.
Medio año antes, la Gaceta de Madrid hizo público el decreto por el que el Gobierno de la época instituía el primer Día del Libro el 7 de octubre. Así, los actos de aquella fecha incluían sesiones de divulgación del libro en universidades, academias e institutos, también en escuelas militares y la Armada. “En los colegios se debía dedicar una hora a la lectura, por maestros o alumnos, de trozos escogidos de clásicos españoles. Las bibliotecas oficiales y de centros educativos estaban obligadas a adquirir libros ese día y las diputaciones provinciales y ayuntamientos a destinar una cantidad a la compra y reparto de libros”, amplían.
Como añadido, ese mismo día, cada año, las diputaciones habían de crear una biblioteca popular, como mínimo, en su territorio, y las cámaras del Libro ponían en marcha un premio “para el mejor artículo periodístico que difundiera el amor al libro”. Además, recomendaban “a sus asociados que hicieran un descuento especial en la compra ese día, así como donar libros a hospitales, hospicios, colegios de huérfanos, centros de beneficencia y centros penales”.
La ampliación de la celebración
El rey Alfonso XIII firmó el decreto para celebrar el primer Día del Libro el 7 de octubre. No obstante, la fecha se movió no solamente por las dudas sobre el nacimiento de Cervantes, sino que también intervinieron “algunas críticas de miembros del sector del libro que veían en octubre un mes poco grato para hacer que las calles bullesen con festejos literarios”, destacan desde el Ministerio de Cultura.
Así, este organismo señala que desde los años 30 la jornada se caracterizaba por la “publicación de novedades y la organización de actos de firmas de ejemplares con autores, dos características de la celebración tal y como la conocemos hoy en día”. El Gobierno, continúan, se volcó en la difusión de la fecha, que fue especialmente seguida en Barcelona, al coincidir con Sant Jordi. “Bajo este patronazgo surgiría la tradición hoy día tan difundida de intercambiar libros y rosas”, concluyen.
Además, también el 23 de abril se entrega el Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras españolas, desde 1976.
Sin embargo, el Día del Libro fue sumando actividades casi desde su mismo inicio. Por ejemplo, en 1928, el Ayuntamiento de Madrid, entre otros, permitió que los libreros “pusieran puestos de venta en la acera de sus establecimientos, lo que triplicó la venta. También hubo premios municipales para los mejores escaparates”, de acuerdo con el artículo de García Jiménez en la web de la Biblioteca Nacional de España.
Al año siguiente, en este sentido, pasó a celebrarse la Semana del Libro y se ofrecieron descuentos del 10% entre el 7 el 12 de octubre “y los escaparates y puestos callejeros se adornaron con los retratos de los escritores”. Además, por la Exposición Iberoamericana de Sevilla de aquel año se instauró una exposición permanente de obras modernas de Hispanoamérica en la Biblioteca Nacional. “Hubo charlas con escritores en diversos centros, concursos literarios y lo último en tecnología: entrevistas durante la semana en la emisora Unión Radio con un autor cada día, entre ellos Ramón Gómez de la Serna y Enrique Jardiel Poncela”, apunta.
El Día del Libro en la actualidad
Como se ha dicho, es la UNESCO la entidad que declaró el Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor, pero en España, el Día del Libro está regulado por real decreto. La normativa que se encuentra en vigor es el Real Decreto 307/1993, de 26 de febrero, por el que se establece la celebración del Día del Libro, de 1993. Aquí se establece la fecha y el objetivo de esta efeméride “dedicada al libro y al fomento del hábito de la lectura”.
En la ley se establecen algunas de las actividades culturales que se llevan a cabo en conmemoración del día, “relacionadas con el mundo del libro, prestando especial atención a su difusión y al fomento del hábito de la lectura”, y promoviendo la colaboración con comunidades autónomas, entidades locales, sector privado y universidades.
También, continúa la normativa, en colegios se llevan a cabo actividades que fomenten en los alumnos “el gusto por el libro y la lectura, el aprecio de los valores literarios y la consideración de la literatura como elemento esencial del propio desarrollo personal”. Esto también incluye a los centros militares y organismos de las Fuerzas Armadas, donde “se realizarán, en la medida que las necesidades del servicio lo permitan, celebraciones del Día del Libro con actos culturales específicos, difundiendo aquellos textos que se consideren convenientes para la iniciación en el hábito de la lectura”.
Asimismo, los ministerios de Cultura y, en su momento, el de Asuntos Sociales, podrá concertar con editores, libreros y distribuidores, asociaciones, agrupaciones y entidades juveniles actividades para promocionar la lectura y del libro.
Fuentes
Real Decreto 307/1993, de 26 de febrero, por el que se establece la celebración del Día del Libro