La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido informó, el pasado 7 de marzo, de que una persona había viajado a Inglaterra desde Nigeria enferma de fiebre de Lassa. El paciente regresó al país africano, donde se le diagnosticó. “Ahora estamos trabajando para identificar a las personas que estuvieron en contacto con el individuo afectado mientras estaba en el país”, informa la autoridad sanitaria británica en este comunicado.
Además, la nota destaca que “la fiebre de Lassa no se propaga fácilmente entre personas y el riesgo general para la población es muy bajo. Si no ha sido contactado por UKHSA (la agencia), es muy poco probable que haya estado expuesto a la fiebre de Lassa y no necesita tomar medidas”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que esta es una enfermedad vírica que transmiten los animales (zoonótica). En concreto, un tipo de roedores que habita en África. No obstante, el 80% de los casos cursan sin síntomas o con síntomas leves. Así, “una de cada cinco infecciones desemboca en una forma grave de la enfermedad, con afectación de varios órganos, como el hígado, el bazo y los riñones”. Dado el desconocimiento que gira en torno a esta dolencia, desde INFOVERITAS te damos a continuación todas las claves.
¿Qué es la fiebre de Lassa?
La fiebre de Lassa es una enfermedad que transmiten roedores del género Mastomys, según la OMS, más conocidos como rata común africana. Estos animales “no enferman, pero pueden transmitir el virus a través de la orina y las heces”. El virus de Lassa, el patógeno causante de la dolencia se identificó en Nigeria en 1969 por primera vez.
La principal vía de contagio en los humanos es la exposición a alimentos u objetos contaminados con orina o heces de estas ratas, así como por contacto directo con los roedores infectados. “Las ratas Mastomys están presentes en toda África Occidental. Pueden habitar en el interior o en los alrededores de los hogares, colonizar zonas donde se almacena comida o vivir en campos y zonas deforestadas. Aunque las ratas Mastomys son el reservorio principal, también se ha aislado el virus de Lassa en otras especies de roedores, que también podrían ser fuentes de infección”, explican desde la Organización Mundial de la Salud.
Según esta guía del Gobierno de Reino Unido el virus se encuentra principalmente en Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona, donde estas ratas son prevalentes. “Este vector animal puede estar presente en toda la región, con casos y brotes ocasionales en países vecinos a zonas endémicas”, concluyen.
La transmisión del virus entre humanos es mucho menos frecuente, aunque puede darse al entrar en contacto directo con sangre, orina, heces y “otras secreciones corporales de personas con fiebre de Lassa. La transmisión de persona a persona puede producirse principalmente en entornos de atención de salud, donde el virus también puede transmitirse a través de material contaminado, como agujas utilizadas”, destacan desde la OMS.
¿Qué síntomas tiene?
El período de incubación de la fiebre de Lassa oscila entre dos y 21 días. Y, cuando cursa con síntomas, que es la menor parte de los casos, la dolencia se manifiesta de forma paulatina, explica la OMS. Fiebre, debilidad de cuerpo, cefalea y malestar general son los primeros síntomas. Posteriormente, pueden aparecer dolores en los músculos, el tórax, el abdomen y la garganta, además, de náuseas, vómitos, diarrea y tos, continúan desde la entidad.
“A medida que la enfermedad avanza, en los casos graves, puede aparecer tumefacción facial, derrames pulmonares, hemorragias bucales, nasales, vaginales o gastrointestinales e hipotensión. En fases más tardías pueden producirse convulsiones, shock, temblor, desorientación y coma”, amplían.
Alrededor del 15% de las personas que requieren ingreso hospitalario muere, y el fallecimiento suele producirse en las dos semanas posteriores a los primeros síntomas
Por otra parte, apuntan, “durante el embarazo, la fiebre de Lassa puede provocar una mortalidad materna y fetal elevada, especialmente al final de la gestación. En el tercer trimestre, las tasas de mortalidad fetal y materna pueden superar el 80% y el 30%, respectivamente”.
¿Cómo me protejo de la fiebre de Lassa?
En la actualidad, no hay vacuna autorizada contra esta enfermedad, según la guía británica. Existe mayor riesgo de padecerla en las poblaciones que vienen en zonas endémicas de África que cuentan con grandes poblaciones de las ratas que transmiten el virus. En estas zonas, “el control de roedores y evitar el contacto con ellos y sus excrementos ayuda a prevenir la infección. El control de infecciones incluye almacenar los alimentos en recipientes a prueba de ratas”, destacan.
Otra forma de prevenir la infección es no entrar en contacto con personas enfermas, con sus fluidos, y con objetos contaminados. “Evitar las prácticas funerarias que impliquen tocar el cadáver de personas sospechosas de haber fallecido por fiebre de Lassa también reduce el riesgo de infección”, concluyen.
La OMS recomienda también promover una higiene comunitaria adecuada para que las ratas no entren en las casas. Otras medidas pasan por una buena limpieza del hogar y preparar adecuadamente la comida, cocinándola bien.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad aconseja evitar el contacto con roedores, no visitar ni dormir en sitios con poca higiene o condiciones de hacinamiento, no consumir alimentos y evitar materiales que puedan estar contaminados, prácticas sexuales seguras y una buena higiene de manos a base de agua y jabón o desinfectante con más de un 60% de alcohol.
Fuentes
Comunicado de la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido
Organización Mundial de la Salud (OMS)