La Guardia Civil ha publicado un mensaje en su cuenta oficial de X (la red social antes conocida como Twitter) donde desmieten varios mitos que no ayudan a disminuir la tasa de alcohol en sangre cuando se va a realizar un control de alcoholemia. “¿#SabesQue … ni el agua, ni el café, ni el ejercicio, ni un chicle de menta… reducen la tasa de alcoholemia? Si quieres conducir seguro #CeroCero #NoEsPorLaMulta #SeguridadVial” (sic), leemos en el tuit.
¿#SabesQue …
— Guardia Civil (@guardiacivil) September 27, 2023
ni el agua 🍶
ni el café ☕️
ni el ejercicio 🏃
ni un chicle de menta 🍃
… reducen la tasa de alcoholemia?
Si quieres conducir seguro #CeroCero #NoEsPorLaMulta #SeguridadVial pic.twitter.com/K2q7a1DG6S
Dado el post de la Guardia Civil, desde INFOVERITAS queremos desmentir las estrategias que usan algunos conductores para evitar dar positivo en un control de alcoholemia, ya que no son eficaces. De hecho, según explica la Dirección General de Tráfico, para salir airoso de estos controles “lo mejor es evitar conducir después de haber consumido cualquier cantidad de alcohol. La única tasa realmente segura es 0,0 g/l”.
¿Cómo se mide el nivel de alcohol en sangre?
La alcoholemia es la cantidad de alcohol presente en la sangre. “A mayor nivel de alcohol en sangre, mayores son los efectos sobre la conducción”, advierte la Dirección General de Tráfico.
El 90 o 98% del alcohol, según los datos de tráfico, se metaboliza en el hígado. “Principalmente por la enzima alcohol deshidrogenasa”, destaca el doctor Mikel Urroz Elizalde, especialista del servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario La Paz. La parte restante se elimina a través de la orina, el sudor y el aire espirado.
Los controles de alcoholemia aprovechan el valor del aire espirado, puesto que existe una “relación constante 2001/1 entre el nivel de alcohol en sangre y el nivel en aire espirado”, explica la DGT. Esto se mide mediante el etilómetro, un dispositivo que proporciona un resultado fiable, apuntan.
Además, puede conocerse la tasa de alcoholemia mediante la medición del nivel de alcohol en sangre, prueba que se formula en un centro sanitario. Esta extracción se produce en aquellos casos en los que los conductores afirman no poder efectuar la prueba en aire “por padecer una enfermedad que le impida soplar, en lesionados, o en aquellos casos en los que el interesado solicite una prueba de contraste”.
Ni el agua, ni el café, ni el ejercicio, ni un chicle de menta reducen la tasa de alcoholemia
En este artículo de la Dirección General de Tráfico detallan los falsos mitos con los que no se disminuye el nivel de alcohol en sangre. “Respecto al alcohol y la conducción existe una serie de creencias erróneas compartidas por muchos conductores”, leemos en la web de la DGT.
“Un café, una cabezadita y como nuevo”, enumeran. Sin embargo, ninguna de estas estrategias permite reducir la tasa de alcoholemia. Tampoco el té, la ducha o dormir. “Debes ser muy crítico con todos estos tópicos y ser consciente de que lo más seguro siempre será no beber cuando tengamos que conducir”, expresa Tráfico.
El doctor Mikel Urroz asevera que ninguno de estos trucos modifica la presencia del alcohol en la sangre y que tampoco interfieren en el efecto cerebral ni en el proceso de metabolismo y eliminación del alcohol.
Contrariamente a lo que se piensa, tampoco es eficiente hacer ejercicio, ni ingerir chicles, caramelos balsámicos, menta, otras hierbas o productos con azúcar. Ni los granos de café, beber aceite, fumar abundantemente, ni los aerosoles bucales, beber mucha agua, comer una clara de huevo o consumir cocaína. “El consumo simultáneo de cocaína y alcohol produce una nueva sustancia denominada cocaetileno, que potencia los efectos tóxicos de la cocaína”, remarca el experto.
El tiempo para que desaparezcan completamente los efectos del alcohol es variable. “Depende de la graduación de la sustancia alcohólica y la cantidad ingerida”, informa Urroz. Otros factores que pueden condicionar son el cansancio que puede aparecer tras la ingesta de alcohol.
El alcohol condiciona nuestra capacidad de concentración
El doctor Urroz señala que el alcohol es una de las sustancias de las que más se abusa en el mundo. “Todo consumo de alcohol conlleva un riesgo”, insiste.
El alcohol actúa en el sistema nervioso central, a través del neurotransmisor GABA (ácido gamma aminobutírico), disminuyendo la señalización nerviosa. Es depresor del sistema nervioso central y puede reducir las capacidades cognitivas y físicas “con el consiguiente aumento del riesgo de accidentes”, puntualiza Urroz. “No existe un límite de seguridad de consumo de alcohol con el cual se eviten sus efectos”, añade.
El doctor Urroz Elizalde informa al equipo de INFOVERITAS que las personas que han consumido alcohol tienen un riesgo entre dos y tres veces mayor de cometer errores en tareas que requieran concentración “de estructuración visual y en aquellas dependientes del tiempo de reacción, en comparación con las personas que no habían consumido alcohol”.
En una intoxicación aguda, uno de los síntomas más comunes es la reducción del nivel de conciencia “y suele acompañarse de dolor de cabeza, mareo, náuseas o vómitos, dificultad para la marcha o el habla, retraso en el desarrollo del pensamiento y del lenguaje”, añade el experto. En el caso de intoxicaciones graves, pueden darse “traumatismos a cualquier nivel”, apunta el doctor. “La bronco-aspiración, disminución del nivel de azúcar en sangre, hipotermia, así como convulsiones”, especifica.
¿Cómo absorbe nuestro cuerpo la ingesta de alcohol?
El alcohol se absorbe en el aparato digestivo. Según los datos de Tráfico, “un 20-25% en el estómago y la mayor parte en el intestino delgado”. Desde el intestino delgado pasará a la sangre, transcurrido un período de tiempo de entre 30 y 90 minutos alcanzará la mayor concentración. Una vez se ha absorbido el alcohol, la sangre lo distribuye por todo el organismo.
El doctor Mikel Urroz Elizalde confirma que la absorción del alcohol etílico es principalmente digestiva. Además, explica que “en condiciones óptimas de absorción, entre el 80% y el 90% de una dosis ingerida se asimila completamente en una hora”.
Estos datos dependerán de varios factores, como la presencia de alimentos en el estómago, puesto que puede retrasar la absorción; el tipo de bebida, “las destiladas, como las mezclas con bebidas gaseosas, se absorben antes”, puntualiza la DGT; la absorción es más rápida al principio de la ingesta; y el grado de tolerancia, los conocidos como bebedores crónicos absorben con mayor velocidad que los abstemios.
El doctor Urroz confirma que algunas condiciones pueden implicar que la absorción, en lugar de que transcurra en una hora, se retrase hasta las dos o seis horas tras la ingesta. Además, la cantidad de etanol que se absorbe “está determinada por la presencia de la enzima alcohol deshidrogenasa presente en el estómago”, lo que explica que en el caso de alcohólicos crónicos se produzca una mayor absorción, dado que se reduce la actividad de esta enzima.
Urroz recalca que la mayor parte de la ingesta de alcohol se absorbe entre una y seis horas después y produce principalmente sus efectos en el sistema nervioso central.
Fuentes
Página web oficial de Dirección General de Tráfico
Cuenta de Twitter de la Guardia Civil
El doctor Mikel Urroz Elizalde, especialista del servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario La Paz.