De acuerdo con Greenpeace, la Hora del Planeta nacía en Sídney (Australia) en 2007 como un gesto simbólico para concienciar a la ciudadanía sobre el problema del cambio climático. Un sencillo gesto que consiste en apagar las luces de edificios y monumentos durante una hora.
Con motivo de esta efeméride, que tiene lugar cada 25 de marzo, INFOVERITAS explica en este artículo en qué consiste el cambio climático, cómo nos afecta y que podemos hacer para reducir su impacto en nuestro planeta.
¿Qué es el cambio climático?
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico explica que se llama cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Esta variación que provoca y acelera esos cambios puede ser natural, como la modulación en los ciclos solares, o artificial.
Se sabe que desde el siglo XIX, la principal causa son cambios inducidos por el hombre. Actividades en las que intervienen factores como la quema de combustibles fósiles del tipo carbón, gas o petróleo. De acuerdo con los datos de Naciones Unidas, representan más del 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y casi el 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
¿Cómo nos afecta?
El aumento de las temperaturas está cambiando los patrones climáticos y alterando el equilibrio normal de la naturaleza. Esto plantea muchos riesgos para los seres humanos y todas las demás formas de vida de la Tierra.
Muchos de los efectos del cambio climático tienen que ver con los procesos naturales, como las olas de calor más intensas, las lluvias más fuertes, el aumento de las sequías o la desaparición de especies.
Además, los cambios en el clima y el aumento de condiciones meteorológicas extremas son algunos de los motivos que provocan un aumento global en la desnutrición en las poblaciones más pobres y el aumento de refugiados climáticos.
De hecho, la Agencia de la ONU para los Refugiados contempla recoger esta nueva definición para las personas que se ven obligadas a desplazarse y a abandonar sus hogares debido a los efectos adversos del cambio climático, como inundaciones u otros desastres naturales.
Según el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el 20 de marzo de 2023, casi la mitad de la población mundial vive en regiones vulnerables al cambio climático.
Consumir productos de proximidad
Todo puede empezar cambiando la lista de la compra. ¿Cómo? Sustituyendo los aguacates de Perú y los kiwis de Australia por el consumo de alimentos de proximidad y con certificación ecológica, que permite reducir nuestra huella de carbono.
También se aconseja priorizar el consumo de frutas, verduras y hortalizas frente al consumo de carne. La industria cárnica y los productos lácteos requieren para su producción una gran cantidad de energía, agua y tierra. Además de generar un alto porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esto se debe, principalmente, a que la producción de carne necesitan de extensos terrenos de tierra que se crean mediante la tala de árboles, liberando el dióxido de carbono de los bosques.
Muévete en transporte público
El transporte por carretera es una de las fuentes más contaminantes. Así lo demuestran los datos. “El 77% de las emisiones del transporte de la Unión Europea provino del transporte por carretera en 2020” publica la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Con la aparición de los vehículos eléctricos o híbridos se ha conseguido reducir en un 5,5% las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto sitúa este tipo de vehículos preferibles al diésel o de gasolina.
Si se opta por el transporte público, se descongestionarían las carreteras. Otra alternativa, que además puede mejorar nuestra condición física, es optar por caminar o movernos en bicicletas.
Práctica el ejercicio de las 4 R : reducir, reutilizar, reparar y reciclar
Vivimos en la era de la moda rápida. Y sencillamente no es posible soportar este nivel de producción, consumo y contaminación. De hecho, después de la industria energética, la moda es la industria más contaminante que existe en el mundo.
Por ese motivo, instituciones como el Parlamento Europeo desean acelerar la transición a la economía circular. “Para elaborar una sola camiseta de algodón, las estimaciones indican que se necesitan 2.700 litros de agua dulce: la cantidad de agua que una persona bebe en dos años y medio”, explican en el análisis.
Para paliar esta situación, se propone apostar por reducir el consumo y reciclar. Comprar en tiendas de segunda mano o marcas que trabajen con textiles reciclables. Reparar los artículos que ya tenemos, en lugar de reemplazarlos. Y reutilizar, podemos alargar la vida de muchas de nuestras prendas.
Fuentes y herramientas
Web de las Naciones Unidas, acción por el clima
Web de la Agencia Europea de Medio Ambiente, AEMA
Web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
Web de ACNUR, sobre los refugiados climáticos
Web del Parlamento Europeo sobre la economía circular