Cada cierto tiempo los chemtrails plagan las redes sociales. Esta semana las fotografías de estelas en el aire han vuelto a circular acompañadas de mensajes como: “Los que mañana hacen una moción de censura no te dirán nada de cómo nos envenenan por el cielo igual que no te dijeron nada de cómo te envenenaron con los pinchazos”.
Los chemtrails, o estelas químicas en castellano, se asocian a distintas teorías que defienden que se están lanzando productos químicos desde los aviones “con el objetivo de modificar artificialmente el tiempo”, explica la AEMET. Teorías que apoyan que todo forma parte de un plan secreto por el que se está envenenando a la población mundial.
Sin embargo, la comunidad científica, instituciones gubernamentales u organizaciones mundiales o climáticas no consideran que esta teoría tenga una base creíble. De hecho, Greenpeace, asegura en su página web que “no ha encontrado una evidencia sólida que justifique investigar en profundidad si esto es un problema real. Hasta donde sabemos, los chemtrails son una teoría de la conspiración”.
Son muchos los estudios que lo defienden. Por ejemplo, el publicado en la revista Nature en 2017 y que señala que este tipo de opiniones conspirativas han representado el 60% del discurso de geoingeniería en las redes sociales durante la última década.
¿Chemtrails o contrails?
Llegados a este punto surge otra pregunta. Si los chemtrails están asociados a una supuesta teoría de la conspiración, ¿qué son las estelas que muchas veces vemos en el cielo? La NASA denomina estos rastros como ‘contrails’ (estelas de condensación en castellano).
“Son un tipo de nube de hielo que forman los aviones a medida que el vapor de agua se condensa alrededor pequeñas partículas de polvo, que proporcionan el vapor con suficiente energía para congelar”. El vapor de agua está en el aire y las partículas de polvo se producen en el proceso de combustión del motor.
Desde la agencia estadounidense apuntan que los contrails “también se pueden formar cuando el vapor de agua de los motores del avión choca con el vapor de agua en el aire”.
Las estelas de condensación que forman los aviones no es algo nuevo, las primeras referencias se ubican hacia finales de la primera guerra mundial. Desde entonces han surgido muchas preguntas. Por ejemplo, si hay que preocuparse por el fenómeno.
Tal y como indica la AEMET en un informe sobre las estelas de condensación, hay estudios que relacionan estas estelas con la formación de cirros. El 30% de la superficie terrestre está bajo una cobertura nubosa de cirros y el aumento de esta tiende a aumentar la temperatura global superficial. “Las nubes no pueden envenenarnos”, “pero no debemos minusvalorar sus consecuencias en el futuro del planeta”.
Estudios que refutan las teorías de la conspiración sobre los chemtrails
¿Cree que es cierto que el gobierno tiene un programa secreto y rocía productos químicos nocivos con aviones desde el aire? En 2011 un grupo de investigadores lanzaron esta pregunta a ciudadanos estadounidenses, canadienses y británicos. Un 17% de los encuestados valoraron como ciertas estas teorías. Casi un 3% dijeron que eran “totalmente ciertas” y un 14% que había parte de verdad.
Los resultados de esta encuesta animaron a otro grupo de investigadores a realizar un trabajo sobre la opinión de los expertos al respecto. Buscaban una valoración sobre esa creencia de que existe un Programa Atmosférico Secreto a gran escala (SLAP por sus siglas en inglés). Para ello se consultó a dos grupos de expertos: químicos atmosféricos y geoquímicos.
Los resultados de este estudio desvelan que 76 de los 77 científicos (98,7%) que participaron no habían encontrado evidencia de un Programa Atmosférico Secreto. Además, explicaron que los datos que se suelen citar como evidencia de la teoría de las estelas químicas podrían explicarse a través de otros factores, incluida la física y la química.
El artículo publicado en la revista Nature que mencionábamos anteriormente concluyó que las estelas químicas no son reales, aunque sí lo es creer en la teoría de la conspiración; principalmente en la conversación en las redes sociales. “Eso hace que las conversaciones racionales sobre la geoingeniería solar y su papel potencial en la política climática sean aún más difíciles de lo que serían sin la conspiración de los chemtrails”.
¿Por qué relacionan al Gobierno de España con la teoría de los chemtrails?
Un usuario de Twitter, en relación a esta teoría de la conspiración, aseguró en un mensaje que “el gobierno reconoce que modifican el clima con chemtrails, y ningún grupo político lo denuncia, ni los ‘nuestros’”. El origen de este tipo de mensajes está en una medida aprobada en abril de 2020 para luchar contra la pandemia de coronavirus.
La Orden SND/351/2020, que se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 17 de abril de 2020, autorizaba a las Unidades NBQ de las Fuerzas Armadas y a la Unidad Militar de Emergencias (UME) a emplear biocidas autorizados por el Ministerio de Sanidad en las labores de desinfección. En el texto se indica que una de las técnicas más eficaces de desinfección es la que se hace con medios aéreos.
Y dice textualmente que las unidades a las que se dirige “disponen de medios personales, materiales, procedimientos y el adiestramiento suficiente para llevar a cabo desinfecciones aéreas, pues son operaciones que ejecutan regularmente, con la salvedad de que en vez de emplear productos biocidas lo hacen con otros productos químicos descontaminantes”.
Con motivo de la aprobación de la Orden SND/351/2020, un reclamante solicitó al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) más información al respecto. Quería saber, entre otras cosas, cuántas operaciones se habían realizado al amparo de ese texto que podrían haber influido en la aparición de estelas químicas. El expediente está disponible en internet, la Resolución 3/2022.
Las Fuerzas Armadas no rociaron el cielo con productos químicos durante la pandemia
Analizada la solicitud de información al CTBG, el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa respondió al reclamante: “Los medios aéreos con dependencia operativa de este Mando de Operaciones no han realizado durante los años 2020 y 2021, ni está previsto realizar en el 2022, vuelos sobre el TERRITORIO NACIONAL”.
Además, especificaron en la respuesta que tampoco se habían “utilizado técnicas de nebulización, termonebulización, micronebulización, o cualquier otra similar, para expandir en la atmósfera productos biocidas y otros productos químicos, ya sea para la realización de desinfecciones aéreas, descontaminaciones o actividades encaminadas a la modificación del tiempo, y de las que se hayan podido derivar estelas químicas sobre los cielos ya sean visibles o no visibles”.
Por otro lado, respecto a la “desinfección aérea” a la que se refería la Orden SND/351/2020 apuntan que no puede asociarse al empleo de medios aéreos, sino “a la pulverización en tierra efectuada por el personal desplegado para la desinfección de instalaciones contemplada en la citada Orden”.
¿Qué dice la AEMET sobre los chemtrails?
En 2015 se difundió que cuatro trabajadores de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) habían confesado que España estaba siendo rociada desde el aire con dióxido de plomo, yoduro de plata y diatomita. Pero ¿es esto cierto?
En una búsqueda sencilla en Google con las palabras ‘agencia’, ‘estatal’, ‘meteorología’ y ‘chemtrails’ encontramos una noticia de Europa Press que lo desmiente. Desde la propia agencia lo confirmaron al medio. “Ningún trabajador de la Aemet ha hecho ninguna afirmación de este estilo de manera oficial, según ha indicado a Verificat Rubén del Campo, meteorólogo y portavoz de la agencia”, dice la noticia.
Además, ya en 2016, la agencia meteorológica publicó un artículo en su blog oficial explicando en qué consiste la geoingeniería o la modificación artificial del tiempo y por qué las teorías conspirativas de los chemtrails no se sostienen.
Este bulo sobre los trabajadores de AEMET llegó incluso a traspasar las fronteras españolas.
Los chemtrails también se colaron en Bruselas en el año 2015
La afirmación relativa a los cuatro miembros de la AEMET llegó hasta Bruselas en 2015. Con esa información en su haber, el europarlamentario Ramón Tremosa i Balcells, miembro de ALDE (Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa) registró una pregunta para la Comisión Europea.
“¿Puede confirmar la Comisión Europea que ha recibido un informe de los meteorólogos españoles para que tome posición sobre el asunto?”. La respuesta a la cuestión fue clara. “La Comisión ha investigado la cuestión con las autoridades españolas y no ha encontrado prueba alguna de las alegaciones en relación con un plan de geoingeniería militar para cambiar el clima en España”.
Fuentes y herramientas
Orden SND/351/2020, de 16 de abril
Resolución 3/2022 – Consejo Transparencia y Buen Gobierno
Pregunta registrada por Ramón Tremosa i Balcells para la Comisión Europea
Respuesta de Karmenu Vella en nombre de la Comisión Europea
AM Mercer et al 2011 Environ. Res. Letón. 6 044006
Christine Shearer et al 2016 Environ. Res. Lett. 11 084011
EPA U (2000) Aircraft contrails factsheet, Technical Report EPA430-F-00-005
Estelas de condensación, Agencia Estatal de Meteorología
Blog oficial de la Agencia Estatal de Meteorología
Artículo del blog de AEMET: ‘AEMET AL MARGEN DE LAS LLAMADAS “AVIONETAS ANTI-LLUVIAS”’